Corría el año 2001 y hacía mis primeras armas en el periodismo deportivo. Como buen practicante, me tocó hacer el turno de fin de semana, lo que no me molestaba, pues incluía ir a cubrir en vivo un par de partidos. Listo para partir con mi credencial y grabadora, el editor de turno me frenó el entusiasmo para asignarme una nueva tarea. Nelson Bonifacio Acosta pendía de la cuerda floja y previo a su defenestración, al editor se le ocurrió que debíamos hacer un compilado de las mejores frases del "Pelao", tarea para la cual el suscrito era el encargado.

Mientras se jugaban partidos clave de ese torneo, yo estaba sumergido en el archivo del diario tratando de encontrar frases que fuesen significativas, curiosas o interesantes. No tengo nada contra Acosta, al contrario, pero convengamos que la investigación distaba de ser una búsqueda de nombres relevantes en el estilo de Pandora Papers. Para cuando terminé y ya era tarde para ir al Estadio, el editor volvió con una contra orden. Los rumores de la renuncia habían desaparecido y la nota ya no iba.

¿Cuál era el sentido de la nota? Humillar, ridiculizar y menospreciar al entrenador nacido en Paso de los Toros para forzar su salida. En poco tiempo, se habían olvidado de la clasificación a Francia y la medalla de bronce en Sidney. Había que sacarlo a como diera lugar y yo era cómplice activo del complot. El problema, ya lo decían Santo Tomás de Aquino y Nicolás Maquiavelo, es que nadie asegura que el que viene vaya a ser mejor… y así fue.

Después de Acosta, que renunció luego del bochorno de la Copa América, llegó Pedro García, que tenía entre sus pergaminos haber descendido a Wanderers, el mismo año que el uruguayo nos clasificó a Francia (no era cualquier Wanderers, ahí estaban David Pizarro, Moisés Villarroel y Reinaldo Navia, jugadores había; director técnico, no).

Pienso en esto porque algo similar ha sucedido una década después con Reinaldo Rueda y Martín Lasarte. Los mismos que reventaron al colombiano, después de ver al equipo de "Machete" lo recuerdan como si fuese Guardiola. Pero seamos sinceros, la selección con el profesor jugaba poquito, era fome, como esos motes con huesillo aguados. A Rueda había que reemplazarlo ciertamente. El problema es que, para ahorrar, se eligió esas ruedas de repuesto, chicas, delgadas, ridículas, con las que no se puede andar a más de 80 kilómetros por hora.

¿Acaso no había una Goodyear o Bridgestone de mejor calidad? La verdad es que si "Machete" se hizo cargo fue porque nadie más quiso. No solo por ahorro, los técnicos de élite, esos que en el contrato vienen con los pasajes para el mundial, eligen a sus equipos y no al revés. Le doy un dato, antes de hacerse cargo de la selección, Marcelo Bielsa necesitaba, para llevar a cabo su ambicioso proyecto, 14 jugadores que pudieran rendir en la más alta competencia. Sin esa materia prima, "el loco" no se tiraba a la piscina con Chile. Por ahora y durante un tiempo, estamos muy lejos de esa base, y sólo cabe reconocer que esta selección está pinchada y nadie querrá venir a inyectarle más aire...

"La verdad es que si 'Machete' se hizo cargo fue porque nadie más quiso. No solo por ahorro. Los técnicos de élite, eligen a sus equipos y no al revés".