"No estaría bien que empezáramos a pedir un alargue de plazo"
Desde el día uno, los trabajos de la Convención Constitucional han estado entrampados por diversas polémicas, como el caso de Rodrigo Rojas Vade o la discusión por los 2/3. Pese a ello, el convencional por el Distrito 7, Agustín Squella, cree que después de altos y bajos, "finalmente hay un importante grado de avance, pues ya está aprobada la reglamentación interna que nos permitirá comenzar nuestro trabajo sustantivo a partir del 18 de octubre".
El abogado y periodista, que es parte de la Lista del Apruebo, considera que las diferencias son parte de un proceso tan importante como la formulación de una nueva Carta Magna. "En una zona de mediación nadie puede pretender salirse completamente con la suya", destaca Squella, aunque señala que, independiente de los contratiempos que se presenten en el camino, la Constitución debe estar lista dentro de las fechas establecidas.
- ¿Avanza el trabajo en los plazos imaginados al principio?
- Sí, y no solo lo siento, también lo veo. Pero quedan solo seis meses, y en el mejor de los casos nueve, y no estaría bien que empezáramos a pedir un alargue de ese plazo. No podemos hacer como tantas empresas que se ocupan de las grandes obras públicas del país y que no cumplen con los tiempos y andan pidiendo más plazo. Podemos y debemos proponer al país una nueva Constitución dentro de nueve meses.
- ¿Qué tal el ambiente?
- El ambiente es en general bueno, cordial, lo cual no evita que también haya de pronto asperezas. A todos nos haría bien pensar que dentro de todas nuestras diferencias, que son las mismas que hay al interior de la propia sociedad, tenemos algo en común: Chile. Ese país es lo más común que tenemos todos. Haríamos bien en pensar más en él que en nuestras identidades individuales y colectivas.
-¿Siente que hay ataques a la Convención? ¿De dónde cree que provienen?
- Críticas veo, no ataques, y en buena hora. No descarto que fuera de la Convención haya partidarios del Rechazo que todavía quieran que no haya Convención o que esta fracase, pero se trata de una minoría. Hay que estar siempre atentos a la crítica externa y, ojalá, practicar también la autocrítica.
- ¿Cuál es la autocrítica que hacen ustedes como constituyentes, sobre todo en relación a la imagen proyectada en los primeros meses?
- Considero que nuestra autocrítica ha sido escasa. Nos vendría bien una autocrítica objetiva, serena, leal, y no pensar siempre que hay conspiradores dentro y fuera de la Convención que quieren el fracaso de esta. La complacencia paraliza, la autocrítica, el autoexamen, movilizan.
- ¿Cree que ese ejercicio de reflexión es necesario antes de entrar de lleno en la formulación de la nueva Carta Magna?
- Nos vendría muy bien, y por lo ya dicho, porque se trata de un camino para mejorar; para mejorar y no para flagelarnos. La autocrítica no es una práctica de masoquismo, sino un ejercicio de sinceridad y prospectiva. Pero ¿quién hace autocrítica en Chile? Si hubiera un campeonato mundial de la crítica (a los demás) clasificaríamos siempre, pero a uno de autocrítica no llegaríamos nunca.
- ¿Siente que episodios como el de Rojas Vade dañaron la imagen de la Convención?
- Claro que la dañaron y mucho. Produjo entre los convencionales y en todo el país una gran perplejidad; perplejidad y enojo. La mesa de la Convención reaccionó muy débilmente al comienzo y él estiró mucho la cuerda antes de renunciar.
- ¿Cómo ve el futuro de la Convención?
- En el momento en que estamos, el optimismo no es un estado de ánimo, es una obligación moral. Todos pensamos que las cosas podrían ir mal o no todo lo bien que quisiéramos, pero cada uno de nosotros, constituyentes y ciudadanos en general, tenemos que preguntarnos qué está en nuestras manos hacer para que las cosas vayan lo mejor posible.
- ¿Y qué opina sobre la posible acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera?
-El actual Presidente gusta mucho del poder económico y también del poder político, sin haber hecho un esfuerzo real por separarlos, y ahora está pagando un precio muy alto por ello. Su biografía está llena de episodios de los que parece no haber sacado ninguna lección. Otra vez la falta de autocrítica. A las autoridades de cualquier tipo se les exige mucho más y ni qué decir tratándose de un Jefe de Estado.
"Críticas veo, no ataques. No descarto que fuera de la Convención haya partidarios del Rechazo que todavía quieran que no haya Convención o que esta fracase".