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LA PELOTA NO SE MANCHA

Otro clásico para el recuerdo

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Cada vez que el cronómetro cruza la barrera de los 85 minutos, al argentino Roberto Sensini, ex jugador mundialista y actual técnico de Everton de Viña del Mar, le debe recorrer por el espinazo una especie de escalofrío; y, si los rivales visten además camisetas verdes, el nerviosismo se debe volver angustia. Y es que Sensini fue parte de esa selección argentina que perdió, en los últimos minutos, contra una sorprendente Nigeria en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996.

Una calurosa tarde de agosto, el equipo de Daniel Pasarella llegaba a la final de las Olimpiadas con un plantel plagado de estrellas: al blondo defensor se sumaban Ayala, Chamot, Zanetti, Almeyda, el "Piojo" López, "Valdanito" Crespo y el "Burrito" Ortega. Por eso, no sorprendió que los argentinos comenzaran poniéndose en ventaja dos veces en el marcador, aunque en cada una de ellas fueron empatados. Así, hasta que llegaron esos fatídicos últimos minutos en los que un tiro libre a favor de los africanos se transformó en desgracia. La defensa, liderada por Sensini, en vez de aguantar con uñas y dientes el empate, quisieron "dárselas de vivos" y trataron de dejar a las águilas verdes fuera de juego. El problema es que todos avanzaron velozmente, todos, menos el hoy técnico ruletero. El error permitió a Emmanuel Amunike, recibir solo la pelota y fusilar a un desolado Pablo Caballero. Nigeria se quedó con el oro y los del Río de la Plata, con el metal que hace honor a su apodo. No era cualquier equipo el africano: Celestine Babayaro, Taribo West, Jay Jay Okocha, Daniel Amokachi y Nwankwo Kanu fueron algunas de las estrellas que vengaron el 0-4 sufrido contra Argentina en el mundial de Estados Unidos en 1994.

Sin ser el responsable directo, una frustración equivalente debió haber sentido Roberto Sensini este sábado en Playa Ancha, cuando al minuto 87, el wanderino Gabriel "Antoine Griezman" Rojas sacó un zurdazo que, como un misil, se coló en el ángulo del arco evertoniano, haciendo estéril la espectacular volada de Franco Torgnascioli.

No fue igual a una final Olímpica, pero los clásicos tienen lo suyo. Y es que estos partidos no se acaban con el pitazo final, sino que continúan a través de memes y posteos durante toda la semana y se extienden más allá de lo imaginado, tomando caminos inesperados.

La comparación resulta inevitable. A muchos, el gol de Rojas les recordó el de Carlitos Muñoz el 2007. Ese año, Everton tenía todo para derrotar a Wanderers en Playa Ancha, incluso un penal a su favor en los últimos minutos. Sin embargo, lo fallaron, y en el contragolpe siguiente, en el minuto 90, Carlitos entró a la historia con un gol que quedó grabado en el corazón de los wanderinos. Después de ese clásico, los del puerto ganaron solo uno de los once partidos que les tocó disputar, en una campaña que los condenaría, otra vez, al descenso. El archirrival, en cambio, aprovechó el fracaso para despedir a su director técnico y contratar al experimentado Nelson Acosta. Un año después, el "Pelado" los sacaría campeones por cuarta vez en su historia.

En el fútbol, como en la vida, nadie sabe para quién trabaja.

por winston