Crítica constructiva de franjas electorales
Con un par de episodios emitidos, dedicamos este amable editorial al siempre ninguneado espacio de promoción de las listas parlamentarias, tan alejadas del glamour y las luces de las presidenciales.
Dedicaremos hoy este humilde espacio al reciente estreno de las franjas electorales para las parlamentarias del próximo domingo 21 de noviembre. Sus temáticas son tan variopintas como poco originales. Así pudimos ver algunas, si se quiere, un tanto más inofensivas, como el Partido Ecologista Verde llamando a luchar contra la crisis climática, la escasez de alimentos, la sequía, los incendios y las amenazas a los ecosistemas o de Unión Patriótica (UPA) citando un país "digno y soberano", con la representación del pueblo, con "educación y arte para todos y todas", antes de entrar en otras -de las cuales, por lógica, se espera mucho más- y que terminaron por mostrarse tan yermas de ideas, que no cuesta mucho entender por qué dejan el Gobierno con tan poco aprobación. Nos referimos a Chile Podemos Más, con guiños que intentan ser humorísticos y bien intencionados, pero que no llegan a puerto (como la escena del conserje calvo tratando de usted a un candidato que lo tutea para decirle que está de acuerdo en que Boric es una mala opción, o la del caballero soñando con un país sin fronteras hasta que en la televisión le explican que eso es peligroso), repitiendo hasta el hartazgo conceptos como "tiempos difíciles", "diferencias", "polarización", "ideas", "libertad", que nos les cambien el himno y la bandera y que no les toquen sus ahorros. Incluso van un poco más allá y se llenan la boca hablando de descentralización, algo que -al menos en esta administración- jamás predicaron, teniendo al Presidente, al intendente y al expresidente del Core salidos de su propia tienda. Evópoli, finalmente, tiene el mejor jingle de todos, una muy linda estética de caballitos y arbolitos, y repite más que nadie la palabra libertad. Incluso cualquiera podría sentirse atraído a votar por ellos hasta que recuerda lo que hicieron (o, mejor dicho, no hicieron) en nuestra Región, donde oxigenaron cualquier cosa menos la política. Un par de segundos para el PRI (¿habrá un partido más instrumental que ése?) pidiendo que "la violencia no gobierne Chile".
El Nuevo Pacto Social nos habla de feminismo, a través de los liberales, de todos los derechos que nos merecemos en boca del PPD (¿pero acaso no estuvieron seis años en el poder?), y el PS nos promete nueva Constitución, más justicia y solidaridad, con la imagen de Elisa Loncon, mientras ponen otra de Sebastián Piñera y Carlos Alberto Délano andando en bicicleta, cuando aseguran que erradicarán la "más putrefacta corrupción". Todo, con la emotiva voz en off de Alejandro Goic.
Ciudadanos, en lo suyo, si alguien lo retuvo, antes de dar paso a la DC, tan llena de paz y unidad (¡pero si hace un par de semanas se sacaban los ojos!) y la crisis hídrica y la apuesta de los radicales por el nicho agrícola, ambas sobreexplotando a Yasna Provoste.
Dignidad Ahora llama la atención con una inesperada cuota de realismo ("Somos los que veraneamos en el grifo de la esquina, hijos de aquellos que arreglaban sus dientes con gutapercha y La Gotita, los que vivimos en las zonas de sacrificio"...)
Humanistas e independientes poco alcanzan a decir, antes del Apruebo Dignidad con RD (que también ofrece bosquecito) y a Beatriz + Giorgio. Comunes, con el guiño de Karina Oliva, y el PC, con su cantinela del "todos, todas y todes " y que "será hermoso", dejan a la cola a la Federación Regionalista Verde Social y al PRO, que en su tercera o cuarta campaña aún no consigue idear otro eslogan más atractivo que Marco por...