Expansión portuaria corregida: participación, ciudad y oportunidad
Hoy más que nunca es importante que el tema portuario se defina con la ciudad, lo que significa que reconociendo su diversidad no afecte a otras industrias y con ello a ninguna que trabaje con el borde costero o con el mar. Si esto es resuelto, la empresa portuaria tendrá nuevos aliados comprometidos, la legitimidad social que toda gran industria requiere, y que debe resultar en un crecimiento para la ciudad y el puerto.
Después de muchos años de debate, se puede observar una nueva disponibilidad de la empresa Puerto Valparaíso (EPV) para la tan necesaria reflexión que resuelva este desafío, pero muchos están expectantes sobre si los resultados lograrán dar una salida a la pasividad para recuperar la ciudad mientras se reformula el plan maestro portuario, en favor de lograr posibilidades más eficientes, compatibles y sustentables.
Para que esto ocurriera debieron superarse algunos prejuicios. Primero, el de que Valparaíso competía en bahía cuando en realidad se complementa en Región, permitiéndose hoy plantear un nuevo formato para la relicitación del 2029 y con ello un diseño acorde, aprovechando condiciones existentes de superficie, abrigo y acceso, como fue la invención del camino La Pólvora.
Segundo, el reconocimiento de las múltiples vocaciones de la ciudad y el requerimiento de espacios para ello, complementarios a la actividad portuaria y reconocedores de las condiciones de farellón costero y zonas planas, que pueden recibir de distinta manera los impactos del emplazamiento y diseño de nueva infraestructura.
Y tercero, de una disposición al diálogo abierto, multidisciplinar y conducente, como preámbulo de nuevos acuerdos para la concreción de obras.
Hemos aprendido que los tiempos de la ciudad superan lógicas inmediatistas y sobrevivirán a los vaivenes políticos, requiriendo paciencia y persistencia, pero también visión y claridad argumentativa.
Asimismo, no se entendieron intervenciones que beneficiando el comercio exterior depreciaban la zona patrimonial, o que en búsqueda de inversión expulsaron empleos, o que por emplazamientos inadecuados anulaban otras actividades económicas existentes o potenciales, más aún cuando se ha demostrado que existen opciones viables de expandir el puerto y llegar a la meta de dos millones de TEUS por año con mejor emplazamiento, con menos impactos urbano-patrimoniales y al mismo o incluso menor costo de construcción.
Con todos estos antecedentes, es pertinente decir que toda alternativa de expansión portuaria tendrá impactos y por tanto cabe ratificar donde estos sean menores, y es ahí donde la opción de San Mateo surge, ahora revalidada por la EPV, para lograr el puerto eficiente a la vez de recrear una nueva playa y miradores, pero especialmente, para abrir un renovado frente marítimo para la ciudad al centro de su anfiteatro, con nuevos bulevares y edificios históricos recuperados, acciones que solo tendrán sentido y posibilidad una vez se defina esa expansión al sur poniente.
La oportunidad está presente, y requiere creatividad de los actores, principalmente al puerto disponible para la revisión y reformulación, para no retroceder una y otra vez a los prejuicios que en el pasado nos llevaron a una innecesaria e inconducente trabazón. Y también la conciencia absoluta de ir incorporando los intereses de los trabajadores y de aquí en adelante, la voluntad generosa de las partes por evitar y resolver propositiva y participativamente todo posible nuevo desencuentro.
Como una vez dijimos, del espejismo a la oportunidad, ha correspondido el aporte permanente, para no volver a perderla, considerar que el vínculo incondicional Puerto-Municipio-Estado es parte de la clave de solución, como lo demuestra el nuevo acuerdo para el manejo de la zona patrimonial, y que el ordenamiento será sólo el primer paso para iniciar gestiones de ocupación de los nuevos espacios, receptivos y recuperadores de ese Valparaíso activo, deseado y posible, sin volver a olvidar que su recuperación y futuro están dados por cómo la ciudad defina, de una vez por todas, su relación con el mar.
expresidente del colegio de arquitectos
por alberto texido zlatar
Académico Universidad de Chile y