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De pataletas y soledad

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Lo que Sichel termina demostrando con esta pataleta -y con otras, como cuando amenazó con no respaldar a quienes apoyaran el cuarto retiro- es que no se la puede con los partidos y que en un posible gobierno suyo la gobernabilidad puede ser un bien escaso".

Expectación generó esta semana la citación a la prensa por parte del candidato de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, quien organizó una conferencia en un horario clave, al inicio de los noticieros de televisión, sin dar detalles de qué hablaría y acompañado solo por sus colaboradores más cercanos, sin ningún dirigente de los partidos que supuestamente lo sustentan.

Se previó que sería un anuncio importante, dada la premura de la convocatoria y el momento. No faltaron quienes advirtieron que -dado lo duras que han sido las últimas semanas para el abanderado- este podría presentar su renuncia a la candidatura, lo que rápidamente fue descartado: no daban los tiempos legales para aquello, pues incluso de ser cierto, a estas alturas su nombre no podría ser sacado de la papeleta.

Finalmente, lo que hizo el candidato fue intentar generar un remezón en su coalición, en momentos en que varios diputados de la UDI -al menos cuatro, esta semana- se estaban descolgando y respaldando públicamente a su contendor del Partido Republicano, José Antonio Kast. Y aquello era solamente la punta del iceberg: en RN también algunos, de manera más privada, tienen la misma intención.

Entonces, Sichel intentó dar una muestra de fuerza sobre la coalición y dejó en libertad de acción a las colectividades. "Siempre creí que un independiente podría ser parte de una coalición de partidos, pero pucha que ha sido difícil", manifestó junto con fustigar a quienes se han salido del "compromiso democrático" tomado tras las primarias y advertir que los parlamentarios que han decidido respaldar a Kast "solo apoyaban este proyecto colectivo por conveniencia".

Las lecturas tras esta decisión de Sichel pueden ser diversas. Una de ellas apunta a que el abanderado intentó efectivamente salir al paso de los descuelgues y demostrar independencia frente a las tiendas políticas. "Soy un candidato independiente, no necesito a los partidos", parece decir. Pero en la realidad, otro análisis podría ser que lo que termina haciendo es una especie de capitulación, en la que entrega en bandeja la posibilidad de que las colectividades respalden al candidato más fuerte, que -al menos a partir de las encuestas- pareciera ser Kast.

Aun cuando tanto RN como la UDI -además de Evopoli- se cuadraron detrás de Sichel, al menos públicamente, lo cierto es que la molestia del abanderado alcanzó ribetes casi infantiles: incluso -consignó la prensa- se salió del Whatsapp que compartía con los presidentes de los partidos. Y luego, evitó manifestarse a favor del candidato republicano en caso de que este sea el que pase a segunda vuelta, lo que inmediatamente fue aprovechado por Kast para mostrar una señal de unidad: "Si él pasa a segunda vuelta, va a requerir de las personas que votaron por nosotros para poder ganar", sentenció, junto con entregar desde ya su respaldo en caso de que sea el exministro quien vaya al balotaje.

Lo cierto es que la estrategia del llanero solitario pudo haberle funcionado a Sichel para la primaria, pero no servirá para la presidencial. Por un lado, porque efectivamente -como apuntó Kast- ambos requerirán el respaldo del otro en una eventual segunda vuelta, pero también porque parte relevante de la campaña tiene que ver con la gobernabilidad que puede prometer este candidato "outsider". Por el contrario, lo que termina demostrando con esta pataleta -y con otras, como cuando amenazó con no respaldar a quienes apoyaran el cuarto retiro- es que no se la puede con los partidos y que en un posible gobierno suyo la gobernabilidad puede ser un bien escaso. Finalmente, se trata de una ruptura con los partidos que -en realidad- nunca estuvieron muy convencidos de apoyarlo.

En la vereda contraria, Kast inteligentemente empieza a mostrar apertura, abriéndose incluso a hacer cambios en su programa, de manera de exhibir -al menos en apariencia- su voluntad de incluir a más en su proyecto. No cierra la puerta, sino que la abre.

Esta semana Sichel participó de una entrevista en la Universidad Adolfo Ibáñez. Allí advirtió que si gana uno de los extremos -léase el líder republicano o Gabriel Boric-, "va a ser un choque de trenes tremendo". Sin embargo, a la luz de sus últimas acciones, si efectivamente su condición de centro permitía pensar que se podría evitar esa colisión, queda la duda si -de ser electo- tendrá con quién gobernar o, al menos, con quién "chocar". Esta semana, sin quererlo, terminó renunciando a liderar la coalición y demostró que está más solo que nunca en esta campaña. 2

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Noche de brujas

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A fines del siglo XVIII, un intelectual recordaba que, en 1787, una mujer de apellido Corbmarker había muerto luego de ser apaleada, acuchillada y lapidada a raíz de una acusación de brujería en la próspera ciudad de Filadelfia".

Aunque a algunos todavía les cuesta acostumbrarse a la celebración de Halloween, lo concreto es que los niños de hoy nacieron asumiendo que esta fecha forma parte del calendario de eventos extraordinarios. Más allá de lo que haga uno en cada casa, las series de televisión tienen como parte de su repertorio, capítulos dedicados especialmente para esta fecha, favoreciendo su popularidad. Dentro de los clichés que uno encuentra en éstas, aparecen en un lugar privilegiado las brujas. Aquella figura clásica, vestida de negro, nariz larga y verrugas, sombrero negro y una escoba como medio de transporte.

Con el fin de desentrañar esos mitos, resulta útil recurrir a la literatura especializada sobre este tema. Uno de los últimos libros corresponde a la investigación de Katherine Howe: El libro de las brujas. Casos de brujería en Inglaterra y en las colonias norteamericanas.

Uno de los aspectos que más llama la atención de esta investigación tiene relación con cómo la figura de la bruja y su conflicto con la Iglesia ha sido más el resultado de un proceso que se ha dado con el tiempo que un fundamento bíblico. De hecho, señala Howe, en las Sagradas Escrituras apenas se habla de brujería: "lo cierto es que la Biblia del rey Jacobo (la traducción moderna de este texto) menciona a las brujas en menos de doce ocasiones y las presenta como una categoría singular y distinta de los magos y adivinos". Sin embargo, la primera mención que se hace sobre estos personajes es lapidaria, en específico, en el Éxodo, 22, 18: "A la hechicera no dejarás que viva".

También como parte de estas descripciones, figura en el Deuteronomio la advertencia genérica de que la brujería es una práctica negativa que los cristianos deben evitar, lo que para la autora es clave pues "inaugura la posibilidad de describir la brujería con un lenguaje que puede moldearse al servicio de las necesidades de cualquier cazador de brujas".

Otro problema surge de la dificultad de que en ninguna parte se especifica cómo identificar a estos personajes, ni qué hacer con ellas, una vez que son "identificadas". La tarea la llevarán los teólogos y sacerdotes, por su propia cuenta, con lamentables consecuencias.

Los archivos de Salem, algunos de ellos disponibles en internet, evidencian un interrogatorio tipo en que, en la práctica, lo que dijera la acusada daba lo mismo. El proceso partía con alguna acusación específica a la que luego se sumaban otras preguntas como ¿Con qué espíritu maligno tienes trato familiar? ¿No has hecho pacto con el Diablo? ¿Nunca has visto al Diablo?

Tuvo que pasar mucho tiempo para que esta fiebre de acusaciones terminara. Sin embargo, a fines del siglo XVIII, cuando la caza de brujas ya parecía ser solo un mal recuerdo del pasado, un intelectual recordaba que, en 1787, una mujer de apellido Corbmarker que había muerto luego de ser apaleada, acuchillada y lapidada a raíz de una acusación de brujería en la próspera ciudad de Filadelfia. El caso era un ejemplo de la importancia de preservar la libertad de conciencia en la nueva Constitución que se estaba redactando en Estados Unidos y, a su vez, de que los avances de la ilustración en el mundo occidental aún dejaban espacio para la irracionalidad e imaginería.

En el caso chileno, el Archivo Nacional guarda algunos procesos que se llevaron a cabo en nuestro país. La historiadora María Eugenia Mena le ha seguido la pista a alguno de estos juicios y aunque reconoce que son escasos, no por ello fueron, menos importantes. A fines del siglo XVII, Juana Codosero, por ejemplo, fue acusada de asesinar a su marido con un particular menú de sesos de asno y veneno.

Finalmente, lo interesante de este tema es que, a pesar del retraso de nuestro país, la falta de pruebas en todas las acusaciones permitió que ninguno terminara en las condenas o caza de brujas ocurridas en Estados Unidos. 2

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