La dura tarea de mirarse al espejo
La Segunda Encuesta de Bienestar hecha por la Mutual de Seguros, el CEPR de la UAI y Cadem hace un diagnóstico de los problemas regionales. No hay sorpresa en el listado de inquietudes, sino la desoladora constatación de que para muchos importan más las rencillas pequeñas y las ventajas mezquinas que la disposición a priorizar un conjunto de soluciones.
Tal como ocurre en el resto del país, la Segunda Encuesta de Bienestar "Sueños y temores de los chilenos", desarrollada por la Mutual de Seguros de Chile, el Centro de Economía y Política Regional (CEPR) de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y Cadem, muestra que la delincuencia, las drogas, los sueldos y el empleos son los problemas más recurrentes y preocupantes para los habitantes de la Región de Valparaíso. Sin embargo, en su capítulo específico sobre la realidad local, el instrumento también revela una profunda inquietud sobre dos viejos conocidos: la sequía y la falta de vivienda. Del análisis de esos datos surge un buen diagnóstico sobre la contingencia regional, pero también yace implícita en esos números una crítica a las actuaciones desempeñadas por todas las autoridades que tienen vinculación a algunos de esos temas específicos.
El acápite sobre la calidad de vida es desalentador. Un 41% de los habitantes de la zona estima que ella ha empeorado algo o mucho en comparación a un año atrás, uno de los porcentajes más altos a nivel país y un resultado contraintuitivo dado el ambiente de mayor optimismo general que existe después de que ya pasó, coincide la mayoría, lo peor de la pandemia. Solo un 25% de los encuestados menciona que ha mejorado su nivel de vida en el último año. Pero hay más esperanzas puestas en el futuro: un 92% de los consultados espera que sus condiciones mejoren en el próximo lustro, una forma sutil de decir que peor no pueden ir.
Si uno compara estos resultados con los que entregó hace una semana el estudio de "Problemas sociosanitarios en el contexto de pandemia por Covid-19 en el Gran Valparaíso", realizado por la Universidad de Valparaíso, la pregunta surge obvia: ¿cómo se puede levantar a la Región de Valparaíso? Sin meterse en el detalle, el informe de la UV muestra una profunda desconfianza en las autoridades, así como suman otros problemas no mencionados en la Encuesta de Bienestar, aunque son muy conocidos por los habitantes de la zona: los incendios recurrentes, los problemas de acceso al sistema de salud, los abusos sobre trabajadores y consumidores, la acumulación de basuras.
Dos investigaciones distintas, hechas con metodologías diferentes y encargadas por organismos que no tienen vinculación entre ellos, devuelven una cruda imagen sobre la realidad que deben asumir cientos de miles de habitantes en la Región de Valparaíso. No se trata de hechos nuevos. No hay sorpresa en el listado de inquietudes, sino la desoladora constatación de que para muchos importan más las rencillas pequeñas y las ventajas mezquinas que la disposición a priorizar un conjunto de soluciones viables para cada uno de esos problemas.