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LA PELOTA NO SE MANCHA

Colo Colo y la eterna injusticia

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El 26 de marzo de 2021, ante la presión del Ministerio de Salud y la necesidad de poder continuar el torneo sin restricciones, el Consejo de presidentes de la ANFP aprobó las modificaciones a las bases de los torneos y al Código de Procedimiento y Penalidades con el fin de establecer castigos deportivos contra aquellos clubes que no cumplieran las normas anti covid-19.

Además de las multas, serían sancionados con la resta de 15 puntos aquellos clubes que fuesen reincidentes en un mal comportamiento relacionado con la prevención de la pandemia.

El origen del endurecimiento de las normas, además de la presión del Gobierno, empezó ante casos como el ocurrido en el Estadio Monumental el 26 de septiembre de 2020. En aquella ocasión, Colo Colo debía enfrentar a Antofagasta, pero solo llegó al estadio el plantel de los pumas, que ni siquiera pudo entrar a la cancha a "chutear" la pelota después de un largo periplo. Los albos tenían un caso de covid-19 y estaban en situación crítica en el torneo. Ante la posibilidad de perder los puntos por incumplimiento del reglamento, optaron por hacer la del "bandido", no presentarse y presionar a la ANFP para que reprogramara el encuentro. Poco importaban los problemas que eso podía generar al rival, total, era Antofagasta.

Sin asco y con poca vergüenza, la ANFP reprogramó el encuentro para el 10 de noviembre y Colo Colo venció por la cuenta mínima a los del norte, consiguiendo tres puntos que fueron vitales para no descender ese año.

Este 2021, los colocolinos volvieron a mostrar su irresponsabilidad frente a las normas sanitarias que se habían establecido. Luego del triunfo en el clásico contra Universidad de Chile, las celebraciones en el vestuario del Monumental provocaron la inhabilitación de 18 jugadores por contacto estrecho con un contagiado. En el siguiente pleito, el equipo del cacique tuvo que enfrentar a Ñublense con juveniles, cayendo por 5 a 1.

Varias fechas después, los jugadores del cacique nos "regalaron" una de las imágenes más asquerosas de los últimos años: el delantero Iván Morales sonó a su compañero Vicente Pizarro y luego se limpió la mano en el short. Solo esa imagen, no por lo vomitiva, sino por lo irresponsable, daba para suspenderlos por el resto del torneo, pero, obviamente, no pasó nada.

Como si esto no fuera suficiente, el rito contra los chunchos se repitió en el clásico contra Universidad Católica, nuevamente con un miembro del plantel albo contagiado con covid-19. No solo hubo celebraciones en el vestuario, sino que además un jugador asistió a una fiesta en una discoteca abierta donde había también otros futbolistas, según informó mi excompañero de página, Cristián Caamaño. El mismo periodista además denunció: "Desde el momento en que ese primer futbolista se conoció como caso positivo debió dar nombre de quiénes estaban con él, porque inmediatamente no había podido viajar a Rancagua".

El equipo albo debió enfrentar nuevamente con juveniles a Audax Italiano. Aunque la derrota fue por dos goles, eso no impidió aun mantener su liderazgo en el torneo frente a Universidad Católica, su más cercano rival. El problema es que, ante la detección de nuevos casos, no tenía jugadores para enfrentar a Santiago Wanderers, su siguiente rival.

La ANFP entonces, en vez de aplicar el reglamento y castigar a Colo Colo con las sanciones que se habían fijado a inicios del año, postergó el partido. Lo que correspondía era haber restado 15 puntos a los indios y haber decretado a los porteños como ganadores del encuentro.

por winston