¿Qué se vota cuando se vota?
Siete nombres en la papeleta presidencial y una gran interrogante en el ambiente: ¿quién será capaz de devolver a Chile su sonrisa? La primera prueba será la concurrencia a las urnas. Sin ello, no hay Patria.
El influyente semanario británico The Economist publicó en su última edición una sentida advertencia al electorado chileno respecto de las elecciones presidenciales de hoy. De acuerdo con éste, la opción de elegir entre uno de los dos favoritos (léase Gabriel Boric o José Antonio Kast) sería "cometer un terrible error" ya que ambos serían "extremistas" y su sencilla presencia amenazaría la estabilidad del país.
Junto con alabar que Chile fue un país "estable y predecible", de crecimiento económico constante y políticas moderadas durante los primeros 20 años de este siglo, la publicación da por finalizado ese estado virtuoso para el estallido social de octubre de 2019.
Mientras a Boric le cargan su alianza con el "antidemocrático Partido Comunista", su prometida alza de impuestos de 8% en un lapso de 6 a 8 años y la revisión de los tratados internacionales de libre comercio, a Kast lo vinculan con promesas de mano dura, grandes reducciones tributarias y "el gobierno más derechista desde la dictadura de Augusto Pinochet, cuyos crímenes el candidato a veces niega".
"Ninguno ofrece la combinación de estabilidad, crecimiento económico y reformas que el país necesita", concluye la revista.
En una línea editorial que puede sorprender por estas latitudes, The Economist se juega abiertamente -aun cuando no los mencione- por los supuestamente moderados, algo que suele hacer en la previa de cualquier elección, dando por supuesto que tales nombres serían los de candidato oficialista independiente, Sebastián Sichel, o de la carta de la Democracia Cristiana y buena parte de la exConcertación hoy reunida en el Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste.
Por los flancos, eventualmente sin ninguna posibilidad, estarían el inubicable Franco Parisi (PDG), el porfiado Marco Enríquez-Ominami (PRO) y el exótico Eduardo Artés, defensor del modelo nuclear de Chernobyl y cuyo disciplinado partido Unión Patriótica (UPA), es el que cuenta con más afiliados en nuestra región.
¿Qué sucederá hoy? Tras una campaña tan intensa como llena de tropiezos, la población acudirá a las urnas en busca de quien pueda (o al menos lo intente, que ya es mucho) reconducir los destinos del país tras estos dos últimos farragosos años, en los cuales Chile ha sufrido una fractura social no vista en sus últimas tres décadas de democracia.
Por lo mismo, se supone necesaria una participación masiva, de la cual nadie puede eximirse. Es necesario respaldar al próximo Presidente de la República con las cifras y porcentajes que no han tenido los anteriores comicios.
Quienes resulten elegidos para el balotaje de diciembre deberán necesariamente moderar sus programas de gobierno, acaso contradiciendo las apocalípticas predicciones de The Economist. Ahí es cuando deberá primar la cordura que todos esperamos, entendiendo que no es necesario marcializar el país ni tampoco incendiarlo, a la espera del desenlace constituyente.
El Chile de los próximos 50 años se juega hoy y el próximo 19 de diciembre, a la espera de que por fin consigamos la reconciliación, la paz y los derechos que la democracia le ha quedado debiendo a mucha gente. El resto, en un nuevo escamoteo al poeta Gonzalo Rojas, tal como el título de este editorial, se trata de astucias que le son y astucias que no le son.