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opina que "ya no estamos en presencia de una extrema derecha contra una extrema izquierda".
El académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez dice que si bien "Kast sigue siendo Kast, Boric sigue siendo Boric, y sus bases de apoyo original continúan representando a la izquierda y a la derecha, "ambos han hecho esfuerzos para no ser solamente, en el caso de Kast, la derecha dura, sin complejos, muy provocativo en teorías que parecían marginales: desconocer el cambio climático, hablar incluso de 'dictadura sanitaria' o 'dictadura gay', cosas que hoy día desaparecieron" porque necesita "hacerse atractivo también para los sectores de derecha y centro derecha más moderados, y yo creo que en cierto sentido lo ha logrado".
Y en el caso de Boric, que pertenece a una coalición que fue muy crítica de la centro izquierda, "hoy día lo que parece ocurrir es que abraza en cierto sentido la herencia de la centroizquierda, de la ex Concertación, valora lo realizado por esos gobiernos, incorpora a figuras que han estado históricamente asociadas a ese mundo, y se presenta ya no como un candidato de una izquierda radical, sino casi como un socialdemócrata. En ese sentido, ambos han cumplido con el manual y se acercan a electorados más amplios que los que originalmente identificaban o convocaban".
¿"AJUSTES PROGRAMÁTICOS" CON COSTO?
Los abanderados que hoy se disputan la Presidencia ya no son 100% los mismos que se midieron en la primera vuelta. ¿El cambio habrá sido tan abrupto como para parecer zigzagueantes ante el electorado o desmarcándose de sus propias convicciones?
"No han tenido otra alternativa que ajustar sus programas; en el caso de Kast, ha debido modificar temas que son muy relevantes para la sociedad chilena, como el rol de la mujer, aparte de que surgió el problema de las declaraciones del diputado electo Johannes Kaiser, que puso aún más en evidencia la necesidad de morigerar su propuesta", observa María Cosette Godoy.
En cuanto a si la envergadura de los "ajustes programáticos" podría tener un costo electoral para ambos, la analista plantea que esos acomodos buscan llegar a un público que va más allá de su electorado fijo; que los votantes duros de Kast no dejarán de apoyarlo porque va a respetar el matrimonio igualitario, ni los de Boric le quitarán su respaldo porque ha relativizado el tema del uso de las fuerzas del orden y puesto el foco en la violencia en relación con la política, "porque lo que está en juego es que salga Kast".
A Cristóbal Bellolio esto no le parece tan relevante porque "lo esperable en estas condiciones, si uno quiere ganar, es moderar posiciones". Y si bien podría haber una crítica "de oportunismo, de darse volteretas, de no ser sincero, lo cierto es que cualquier político que piensa en gobernar a todo un país, y no solamente a su tribu, tiene que hacer concesiones". De hecho, para el académico de la UAI no es tan importante si Kast o Boric están realmente convencidos, en lo personal, de algunos de estos cambios. "Lo fundamental es que entiendan políticamente que ese es el escenario sobre el cual hay que actuar. Los políticos no solamente destacan por promover sus convicciones personales, sino también por leer correctamente la realidad y saber cómo navegarla; yo creo que eso último, de alguna manera, los exculpa de esa crítica de zigzagueo".
René Jara plantea que la tendencia clásica es que cuando en un escenario como este se producen dos polos, ambos salgan a disputar el voto del centro. "Desde el punto de vista programático, yo tengo la impresión de que ha habido bastante flexibilidad, más de la que uno hubiera esperado. En ese sentido, ambos han mostrado un pragmatismo muy grande, en ambas candidaturas hay una ambición de poder que me parece razonable y lo natural es que se moderen los programas". Aunque ve también un riesgo de que a electores más duros, que acogieron con mucha fuerza los discursos de primera vuelta, se les generen dudas sobre el grado en que en un eventual gobierno cumplirán sus compromisos.
Toda la carne a la parrilla
No se sabe hasta dónde, durante las últimas semanas, las más intensas en campañas y debates, los candidatos habrán logrado convencer de votar -y de votar por ellos- a los electores que se abstuvieron, a los indecisos y a los que apoyaron a otros candidatos.
Cristóbal Bellolio plantea que como nadie sabe quiénes son los que se abstuvieron, "si yo fuera jefe de campaña, no construiría una estrategia completa en torno a ellos, porque eso puede tener un costo muy alto en términos de recursos y de esfuerzos". Se enfocaría en cambio en quienes sí participaron en primera vuelta y votaron por otros candidatos, "gente que ya tiene cierta ritualidad democrática y participa en los procesos políticos".
Opina que a esos públicos tanto Boric como Kast sí han llegado, "porque cuando veo las encuestas actuales, me indican que están casi en un empate técnico de 50%, y eso significa que han podido aumentar un poco su porcentaje de votación". Dice que aun cuando no hay certezas respecto de cuántos electores participarán, "me parece claro que ambos van a tener mucho más de lo que registraron en primera vuelta y eso es porque han sido capaces de convocar a gente que no estaba originalmente en su tribu".
René Jara percibe que hubo un giro con el debate de Archi el viernes 10 y el de Anatel el lunes 13, equivalentes al "último gran movimiento previo a la segunda vuelta, donde los candidatos tiraron toda la carne a la parrilla e hicieron todos los esfuerzos posibles por convencer de su giro hacia el centro y de que intentarán ser lo más fieles posible a sus programas de primera vuelta". Y opina que esa arremetida, más que dirigirse a los indecisos, "fue más bien a reforzar a su electorado más cercano, en el caso de Boric a la centro izquierda, y en el caso de Kast la coalición de centro derecha".
María Cosette Godoy: "Hay mucha incertidumbre sobre cómo van a movilizar a quienes van a ir a votar, más allá de sus adherentes fijos. No se sabe si la gente al final va a ir a votar más o menos que en primera vuelta. Lo que está en juego son dos posturas que ellos mismos han presentado como posiciones ideológicamente confrontadas. Habrá que ver si esa confrontación que se percibe a nivel del mundo político, al nivel de la elite, va a tener o no el efecto de movilizar al electorado".
Traspaso de votos y sus límites
Otra gran incógnita es el grado en que son traspasables los votos de sensibilidades más o menos cercanas a los abanderados, pero cuyos candidatos quedaron en el camino.
Para el analista de la USACh, los acercamientos naturales, en el caso de Boric, son los votos del PS, del PPD y de cierta parte de la DC. Y en el de Kast, proceden de la UDI y RN, que lo respaldan oficialmente, "pero por ejemplo en el caso de Evópoli, que adhirió en la segunda vuelta a la candidatura de Kast, no necesariamente puede ser un trasvasije completo. Y siempre va a haber algunos grupos cercanos a la DC que pueden estar tentados de abstenerse, que es lo más probable, o de adherir en parte a esta candidatura, aunque creo que serían minoritarios en todo caso".
René Jara también refiere la hipótesis de que parte del voto Sichel podría redireccionarse a Boric, "porque habría visto que no hay realmente un cambio en la postura de Kast, pero eso solo lo veremos ahora". No obstante, visualiza señales en tal sentido, "como apoyos más o menos tibios a Kast en segunda vuelta, o gente que no apareció, como Briones o el mismo Sichel, que de alguna manera lo dejaron un poco solo".
Para la directora de Ciencias Políticas de la UDP, está claro que "son más fácilmente endosables a Kast los votos de Sichel. Evópoli es más complicado, sobre todo la candidatura de Briones, que convocó a Javiera Parada y otras personas que habían estado en el partido Ciudadanos. Creo que para ese mundo es más difícil votar por Kast". Y en cuanto a Boric, opina que al sector que se le haría más difícil apoyarlo es el de los electores más conservadores de la DC. A ese segmento, indica, "le complica votar por Boric, es posible que quizás no vaya a votar o anule, porque pasar la barrera de un lado a otro va a ser difícil".
"Hay ciertas cercanías ideológicas, culturales e históricas", agrega Cristóbal Bellolio. "Yo me imagino que gran parte del voto de Yasna Provoste va a ir a Boric, de la misma manera que parte importante del voto de Sichel va a optar por Kast. El de Parisi es un misterio, porque en algunos aspectos uno podría interpretar que es más cercano a Kast -la importancia del crecimiento económico, del emprendimiento-, y por otra parte uno podría verlo también más cercano a Boric, por el discurso anti elitista, anti establishment, culturalmente más liberal. Me parece que ahí podría dividirse un poco la votación. Y no descartemos a Marco Enríquez, que sacó siete puntos, que en gran parte serán para Boric. Ni a la gente que no participó la vez pasada, que ahora ve que se juega tanto y tal vez se motive".
El académico de la Universidad Adolfo Ibáñez plantea que si realmente es cierto que a mayor dramatismo en una elección hay mayor incentivo a la participación, "tal vez podamos tener un poco más de gente participando en la segunda vuelta". Pero también hace ver que esta ha sido lo que la literatura de ciencia política llama una campaña "sucia" o "negativa", y hay quienes afirman que esa clase de despliegue contribuye a enfervorizar a los parciales y a ahuyentar a los moderados y a los indecisos, "que sencillamente se asquean y no quieren participar". Bellolio tiende a pensar que hoy van a operar los dos fenómenos. 2
Lo que está en juego son dos posturas que ellos mismos han presentado como ideológicamente confrontadas".
Como está el país actualmente, no me imagino que uno de los dos pueda ganar al otro por 10 puntos".
Desde el punto de vista programático, ha habido bastante flexibilidad, más de la que uno hubiera esperado".
hoy debería terminar la incertidumbre de quién será el próximo presidente, que gobernará en un complejo escenario.
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