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LA TRIBUNA DEL LECTOR

RENATO VALENZUELA UGARTE CONTRAALMIRANTE (R) DE LA ARMADA DE LA ARMADA
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Francisco de Miranda en la independencia de Hispanoamérica

Francisco de Miranda fue un militar y político de excepción, pero, sobre todo, un viajero y escritor inagotable que dejó para la historia un conjunto de 63 manuscritos que fueron ofrecidos por el gobierno inglés a José Antonio de Irisarri, cuando era el agente de Chile en Londres en 1819, pero lamentablemente su adquisición no fue posible porque todos los recursos financieros estaban destinados a la preparación de la Expedición Libertadora del Perú de 1820.

Anticipándose a los acontecimientos independentistas de Hispanoamérica que estallaron en 1810, pero conforme a los planes originales, Miranda, en Nueva York, apoyado por el gobierno de Estados Unidos y del gobernador inglés de Trinidad, armó una pequeña flotilla, enarboló la insignia en la Leander y se abalanzó sobre tierra firme en abril de 1806, donde fue rechazado, como también en un segundo intento en agosto del mismo año. Después del fracaso, Miranda se refugia nuevamente en Inglaterra.

Cuando el 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso de independencia, persuadido por Bolívar, Miranda regresó a su tierra natal, le confieren el grado de general, ocupa varios cargos políticos y se convierte en uno de los promotores del rompimiento con España. Más tarde, en 1812 ante la ofensiva iniciada por los realistas y la caída de puerto Cabello, que defendía Bolívar, Miranda decide firmar la capitulación del ejército patriota el 25 de julio de 1812 en virtud del decreto que lo había nombrado dictador plenipotenciario y jefe supremo con el rango de generalísimo.

La capitulación de Miranda fue interpretada como una traición por los oficiales más jóvenes, que no sopesaron las paupérrimas condiciones de la defensiva que mantenía y cuando el precursor se prestaba a salir desde el puerto de la Guaira al exterior para posteriormente volver y seguir la lucha, fue apresado por Bolívar y posteriormente entregado a los realistas, quienes lo enviaron a Cádiz, España, donde murió el 14 de julio de 1816.

El proceso independentista en el norte de Sudamérica, iniciado con la arremetida de Miranda de 1806, fue posteriormente conducido por Simón Bolívar, que se proyectó hasta Lima concurriendo con su ejército desde el norte, contribuyendo a consolidar la independencia del Perú, cuyos primeros logros fueron obtenidos por la Expedición Libertadora de 1820 dirigida por el director supremo del Estado de Chile, Bernardo O'Higgins.

Respecto a las Provincias Unidas del Río de la Plata, apenas declararon su autonomía de España, el 25 de mayo de 1810, iniciaron una ofensiva creando tres ejércitos: uno dirigido al Alto Perú, otro contra Paraguay y el tercero a Montevideo. Ante la ausencia de medios navales insurgentes, los realistas pudieron realizar una ofensiva sobre el Paraná y Montevideo.

Según afirma el historiador argentino Villegas (1944), hacia fines de 1810, cuando la marina realista sitiaba Buenos Aires, los patriotas persistían en la estrategia de proseguir hacia el norte a través del Alto Perú, en el convencimiento de que era el mejor camino para llegar a Lima y derrotar al Virrey. Entonces los patriotas de Buenos Aires obtuvieron un triunfo en Suipacha (provincia de Potosí), el 7 de noviembre de 1810 y se internaron confiadamente en el norte, siendo luego sorprendidos y dispersados en Huaqui el 30 de julio de 1811.

También, más adelante, el ejército del norte es derrotado en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813 y en el noreste el general Belgrano obtiene una victoria en Salta, pero posteriormente los patriotas son derrotados en Vilcalpugio (1 de octubre de 1813) y Ayohuma (26 de noviembre del mismo año). En el norte, la batalla de Sipe Sipe (29 de noviembre de 1815) marcó la derrota decisiva y el fin de la estrategia que pretendía llegar a Lima por el camino del Alto Perú, dándose fin a la recuperación para la metrópolis de toda la América española.

En cuanto a Chile, después de la derrota de los patriotas chilenos en la ciudad de Rancagua, los sobrevivientes de la batalla, ocurrida el 2 de octubre de 1814, se retiraron a Santiago y, a través de la cordillera de los Andes, se dirigieron a Mendoza, donde buscaron refugio, para posteriormente iniciar la creación del Ejército de los Andes.

En Mendoza ejercía el cargo de Gobernador Intendente de Cuyo desde el 10 de agosto de 1814, el general José de San Martín, que había dejado el mando del Ejército del Norte para recuperar su salud, según lo atestigua el historiador argentino Vicente Sierra: "Al nombramiento de San Martín, hecho a su instancia y solicitud, se lo justifica con el doble propósito de permitirle continuar los distinguidos servicios que tiene hechos a la patria y el de lograr la recuperación de su quebrantada salud" (Serra, 1970, t. V., pp. 227,228).

Por otra parte, el historiador Bartolomé Mitre (1950) le atribuye a San Martín la genialidad de haber pedido el traslado a Mendoza con el fin de crear el Ejército de los Andes; sin embargo, la genialidad que le atribuye Mitre a San Martín ha sido refutada por el historiador argentino Vicente Sierra (1970), afirmando que no hay tal originalidad en el supuesto plan de San Martín, ya que la idea de atacar a Lima por la vía de Chile "ya había sido propuesta por el gobierno de Chile en 1812 al primer Triunvirato por intermedio de Manuel de Salas" (Sierra, 1970, pp. 156,157) "y también más tarde por el coronel argentino Enrique Pillardell a su gobierno con fecha 29 de noviembre de 1813" (Sierra, 1970, p.155).

Debemos recordar que la idea estratégica de atacar a Lima a través de Chile pertenecía originalmente a Francisco de Miranda, que desde 1790 se lo propuso al gobierno inglés a través de su ministro William Pitt y que el plan, con varios detalles, se encuentra en el archivo de Miranda y sus antecedentes fueron largamente comentados entre el Precursor y Bernardo O'Higgins.

Chile está en deuda con Francisco de Miranda.

El venezolano fue el precursor y motor de la revolución de Hispanoamérica y O'Higgins su discípulo más notable, que como director supremo del Estado de Chile dirigió el esfuerzo libertario en el sur del continente americano conforme a los planes esbozados en Europa desde el año 1790.

Miranda, gracias a la lectura de las obras de Alonso de Ercilla, La Araucana, y la Storia Naturale del Chili, del abate Molina, conoció la geografía y gente del país, para luego idear un de ataque a la capital del Virreinato de Perú, con un ejército formado en Chile que asediara Lima a través del mar.

El plan original de Miranda fue ejecutado por el Estado de Chile en 1820, que puso en marcha la Expedición Libertadora del Perú bajo la dirección política del director supremo, Bernardo O'Higgins, y el concurso estratégico de San Martín y lord Cochrane.

Al cumplirse 200 años de la Expedición Libertadora del Perú sería de justicia realzar también la figura del ilustre venezolano, ya que en Chile solo hay algunas calles o plazas de carácter secundario que llevan su nombre y en Chillán, un pequeño monumento junto a O'Higgins.

Chile le debe al general venezolano un reconocimiento más significativo.

* Extracto del artículo del mismo nombre publicado en el número 976, Año CXXXV, Volumen 137 de la Revista de Marina de mayo de 2020, por el contraalmirante (r) Renato Valenzuela Huerta.

Exalumno del colegio Sagrados Corazones de Viña del Mar, Renato Valenzuela Ugarte llegó a ser Magíster en Ciencias Navales y Marítimas (Academia de Guerra Naval) y Magíster en Historia Política (PUCV), además de contraalmirante de la Armada en retiro y comandante en jefe de la IV Zona Naval. Se desempeñó como académico en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe) y profesor titular en Crisis Internacional e Historia Política. También fue presidente de la Academia de Historia Naval y Marítima de Chile. Autor de los libros "Bernardo O'Higgins, el Estado de Chile y el poder naval" y "Génesis del Desarrollo del Pensamiento Marítimo en Chile", también es coautor de los libros "Historia de las Comunicaciones en la Armada" e "Historia de la Artillería Naval en la Armada". Treinta y ocho años estuvo en la institución y representó a la Armada y al país como agregado naval acreditado en Lima, Perú.

Sus funerales se realizaron ayer en la Capilla Naval y fue sepultado en Concón.

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