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con la Convención? ¿Cuáles son los límites, según su opinión?

- Debe ser una relación fluida, de respeto por la autonomía, pero de coordinación, porque el texto que elaboremos en la Convención debemos entregárselo al Presidente de la República, quien será el encargado de convocar al plebiscito, según lo dispone la norma constitucional. Es decir, creo que tiene que haber colaboración con respeto a la autonomía, y también eso supone que la mesa de la Convención tenga claros los mismos conceptos, es decir, cuáles son sus facultades, el encargo de la nueva Constitución y no andar metiéndose en potestades de otros poderes del Estado: el Congreso, el Gobierno, el Poder Judicial.

- ¿De qué dependerá principalmente a su juicio la aprobación de la nueva Constitución en el plebiscito de salida?

- Me da la impresión que va a depender de que seamos capaces de presentar un texto que sea audaz, que consagre un estado social y democrático de derecho, que avance definitivamente en una mejor distribución del poder tanto social, étnica como territorialmente, pero que a la vez consagre un relacionamiento político entre las instituciones que permita mayor fluidez y mayores cambios. Que reivindiquemos la política, para que nunca más la gente sienta, cuando va a votar, que da lo mismo por quién vote porque no puede hacer cambios. Si la gente percibe que vamos a tener un estado social y democrático de derecho, pero a la vez se va a abordar el esfuerzo, la libertad, el emprendimiento, el crecimiento y el desarrollo territorial armónico, el cuidado del medio ambiente, hacernos más cargo de los efectos del cambio climático y también de la irrupción digital, creo que le vamos a estar dando al país un proyecto de Constitución para el siglo XXI-XXII que podría gozar de cierta estabilidad.

Complicado escenario del próximo gobierno

- En el aspecto político, ¿usted cree que los partidos Por la Democracia, Liberal y Radical tendrían la incidencia que esperan en el próximo Gobierno?

- Hay que tener conciencia y realismo político. Gabriel Boric sacó en primera vuelta 100.000 votos más que los que obtuvo en la primaria con el Partido Comunista, con Daniel Jadue. Con eso no ganaba. Y en la segunda vuelta, con votos prestados, llegó a cuatro millones, y eso tiene que asumirlo desde el primer día, porque de lo contrario va a cometer el mismo error que Sebastián Piñera. En Chile hoy día esos votos se pierden a los cuatro, cinco meses. Hay un período de luna de miel y después la gente empieza a cuestionar. Creo que el Presidente electo debiera asumir con su coalición, la de Apruebo Dignidad, y si quiere invitar a personas de otros conglomerados, bueno, será uno a uno, pero yo no veo a los partidos de la ex Concertación, que tanto se denostó en su minuto y tanto se reclamó por los 30 años, siendo parte estructurante del Gobierno. Ahora, evidentemente, lo que ocurre es que en cada partido de la ex-Concertación hay una especie de casta de funcionariado que será oficialista e intentará quedarse en cada administración argumentando que es técnico o bien que siempre estuvo con ellos.

- En ese sentido, ¿qué le parece la disposición del Partido Socialista para entrar a la nueva administración?

- Me parece bien. Una cosa es la disposición y otra distinta es cuánto van a incidir. La pregunta es: ¿están dispuestos solamente a asumir cargos o están pensando más bien en ser parte de los anillos de poder que exigen las decisiones? ¿Y está dispuesto el Presidente electo y su coalición a permitir lo segundo? Yo ahí tengo mis dudas.

- En otro aspecto, ¿cuáles son sus expectativas respecto del cumplimiento del programa de transformaciones del Gobierno de Gabriel Boric?

- Yo espero que al nuevo Gobierno le vaya muy bien. Soy de aquellos que creen que Chile es un país fantástico, y que tenemos muchas cosas que mejorar. Pienso que tiene una misión muy difícil porque va a tener altísimas expectativas ciudadanas, bajos ingresos públicos, un alto nivel de endeudamiento y, por lo tanto, deberá tener mucha habilidad política para explicar que no va a poder concretar todo lo que ha prometido. Si al Gobierno le va bien, al país le va bien: el desarrollo, la economía, la gente en su trabajo, dependen de que al país le vaya bien y eso supone no solo crecimiento económico, no solo mejor distribución, sino sobre todo paz social. Ahí tiene un tremendo desafío este Presidente y este Gobierno porque en el último tiempo hemos visto que se ha ido validando por la vía de los hechos la violencia como una forma de expresión política y eso no puede ser, no es correcto.

Diálogo con grupos que reivindican la violencia

-¿Qué opina sobre las declaraciones de Izkia Siches, quien manifestó que en el conflicto en La Araucanía "tenemos que dialogar con todos, incluso con la CAM", que reivindicó la violencia política "como instrumento legítimo de nuestra lucha".

- Mire, quien dialoga por el país no se humilla. Si finalmente la CAM u otra organización no quiere dialogar y le cierra la puerta al Gobierno, bueno será responsabilidad de ellos. Pero yo creo que los gobiernos tienen que dialogar. Evidentemente, no estoy de acuerdo y jamás lo estaré, con la reivindicación de la violencia ni mucho menos, pero creo que ningún gobierno puede cerrarse a conversar con todos los actores si lo que se busca es la paz social. Si en Colombia se hubieran negado a conversar con las FARC no habrían tenido la tregua del último tiempo. Si en España no hubiesen negociado, pero con firmeza también, con la ETA, probablemente tampoco se hubiera logrado la pacificación y la desarticulación del principal grupo terrorista. Aquí se requiere diálogo, pero que eso no signifique en ningún momento tolerancia con la violencia. 2

"volver a levantar con orgullo las banderas de la socialdemocracia"

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- Qué rol puede tener la centro izquierda en Chile tras el recambio generacional y los últimos resultados electorales?

- Yo creo que el mapa político está cambiando, que prontamente vamos a tener nuevas alianzas y van a surgir más movimientos, porque los partidos tradicionales ya están muy desgastados en su marca, en su origen y en su capacidad de representación política. Pienso que el mundo de la centro izquierda tiene que volver a levantar con orgullo las banderas de la socialdemocracia, del socialismo liberal también, para efectos de reivindicar lo que se hizo en 30 años, cambiarlo y no pretender revivir a la Concertación, porque sirvió para otro momento de la historia. Ser una gran coalición del mundo de la centro izquierda, del mundo socialcristiano y socialdemócrata, que entienda que paz, libertad, desarrollo y justicia social son elementos fundamentales y todo detrás de un solo proyecto: estado social y democrático de derecho. Esa centro izquierda hoy se está organizando, se están construyendo o desarrollando movimientos, y espero que en un tiempo mediano podamos confluir en un gran partido demócrata que aúne a todos estos movimientos nuevos.

- ¿En esa dirección se mueve su iniciativa Proyecta Chile?

- Proyecta Chile es un movimiento en gestación, estamos trabajando con un conjunto de actores políticos y sociales, gente vinculada al mundo del emprendimiento, de la cultura, de la ciencia, al mundo social y político. Todos con un objetivo común que es promover el desarrollo de un estado social y democrático de derecho, una descentralización real en el país, una redistribución del poder y también, por cierto, los componentes que conforman el motor de la nueva economía. Esperamos con mucha humildad conversar luego con otros movimientos y confluir en un proyecto político que espero que sea exitoso y que permita proyectar al mundo de centro izquierda dejando atrás las alianzas más bien condicionadas por el Sí y el No, que hasta el día de hoy imperan en las condiciones políticas del país. Nuestro eje fundamental es hacernos cargo de los efectos del cambio climático con una propuesta muy audaz, pero también muy responsable en materia de crecimiento, desarrollo económico, cuidado del medio ambiente. Tenemos expertos en todo tipo de materias vinculadas principalmente con los efectos de la irrupción digital: cómo está cambiando el mundo laboral, cómo se afectan los derechos fundamentales, etc. Y creemos que podemos confluir en un proyecto de centro izquierda que mire los próximos 40 años y no esté condicionado por los últimos 40. 2