Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Espectáculos

Tren rápido ante el laberinto de los criterios de rentabilidad

Proyecto anunciado en 2018 por el Presidente quedó prácticamente fuera de la cancha al no ser priorizado por EFE porque "requiere un subsidio estatal gigantesco". Académicos y otros actores del área del transporte y la infraestructura examinan variables involucradas.
E-mail Compartir

"Cuando yo me vaya al cielo, donde se halla el paraíso,/ voy a pedirle a San Pedro el tren a Valparaíso./ Un tren que vaya hasta el Puerto desde la Estación Mapocho/ y que en una hora llegue, partiendo como a las ocho".

La fantasía del director de Quilapayún, Eduardo Carrasco, titulada "El tren a Valparaíso", adopta ritmo de vals en la interpretación de Horacio Hernández en YouTube, y seguramente son miles los habitantes de la zona que la comparten al pie de la letra.

Los mismos que cuando se enteran de que se aproxima la licitación, no tardan en imaginarse a bordo, sentados junto a la ventana, y por eso se han sentido defraudados una y otra vez. Si es cierto que solo se ama lo que se conoce, no hay que olvidar que ese servicio se inauguró el 14 de septiembre de 1863 y duró hasta comienzos de la década de los 90, lo que no es la prehistoria.

De ahí que el destino de la conexión ferroviaria Valparaíso-Santiago sea un asunto tan sensible en la región y que la reiteración del presidente de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), Pedro Pablo Errázuriz, en el sentido de que el tren no será priorizado porque la rentabilidad social no le alcanza, se transformó en estas latitudes en la gran mala noticia del primer domingo del año.

Postergaciones y falta de rentabilidad

Fue a fines de octubre de 2018 cuando el Presidente Sebastián Piñera anunció que el tren se licitaría en 2019. Sería, dijo, "un tren de uso mixto, porque va a ser de pasajeros y de carga, que unirá la Región Metropolitana con el puerto de Valparaíso, y que va a tener una variante, que va a ir hasta el puerto de San Antonio".

"Sabemos que hay varios proyectos que han presentado empresas privadas. La decisión del gobierno fue que lo vamos a licitar, en una licitación pública, abierta y transparente, a través del Sistema de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas", dijo y agregó: "Yo espero que durante el próximo año podamos llamar a una licitación internacional".

Pero hacia fines de abril de 2019 se supo que una de las iniciativas, presentada formalmente el año anterior, no estaba incluida en las licitaciones del periodo, luego de que el Consejo de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) decidiera solicitar más antecedentes de la propuesta, que se postergó para el primer trimestre de 2020. Sin embargo, para entonces arreciaba la pandemia y en la segunda quincena de febrero del año siguiente la Dirección de Concesiones de esa cartera confirmó que debido a la crisis sanitaria los estudios referidos al proyecto se encontraban suspendidos.

La seguidilla de postergaciones tuvo su culminación el pasado domingo 2, cuando el presidente de EFE -asesora técnica del MOP en la evaluación de las propuestas presentadas por dos empresas que postulan por la vía de concesiones- subrayó que "nosotros en EFE definitivamente no priorizamos ese proyecto porque nos parece que hay otros de mucha mejor rentabilidad social. El proyecto Santiago - Valparaíso es bien caro, requiere un subsidio estatal gigantesco", del orden de los US$ 250 millones al año.

Según sus estimaciones, "la inversión total debe ser de entre US$4.000 millones y US$5.500 millones" y si costara US$ 5.000 millones, "sólo los intereses al 4% son US$ 200 millones", mientras que el tren Santiago-Rancagua, con cuatro millones de pasajeros al año y una tarifa de $3.000, entrega "US$ 16 millones de ingresos por pasajeros". Además, sostuvo, los dos proyectos privados "están pensando en llegar a Maipú", pero "falta entrar a Santiago".

Dos proyectos tras la conexión ferroviaria

El consorcio Tren Valparaíso Santiago (TVS), integrado por la empresa chilena Sigdo Koppers y China Railway Group, presentó en enero de 2018 su proyecto a la entonces Presidenta Michelle Bachelet, y tras resolver varias observaciones lo reingresó en febrero de 2019 ante el MOP, a través de la Ley de Concesiones.

La iniciativa considera una inversión de US$ 2.400 millones y busca unir Santiago con Viña del Mar en 39 minutos, la capital con Valparaíso en 45 minutos y 25 minutos entre Casablanca y la Región Metropolitana. El trazado previsto para el traslado de pasajeros -hay una iniciativa de carga también- parte en la Estación Barón de Valparaíso, avanza hasta Viña del Mar, desde donde enfila hacia Casablanca, para llegar, 45 minutos después, a la Región Metropolitana, donde conectaría con la Línea 5 del Metro. Además, contempla la

Es complejo encontrar un subsidio óptimo. En algunos países el transporte público tiene un 100%, y en otros 30%".

el proyecto tvs se presentó formalmente en 2018 y tras resolver algunas observaciones reingresó en 2019 al mop. su trazado une santiago y valparaíso a través de casablanca.

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl

"