Miradas diversas a los 6 meses de Ripamonti
Con una auditoría externa en marcha, pareciera que se agota el recurrido discurso crítico a la administración municipal anterior. Lo que la ciudad espera es una gestión que enfrente la realidad actual con la amenaza de violencia y droga presentes. Ese es el problema del momento que la municipalidad debe asumir.
Mientras se pone en marcha la auditoría externa contratada por la actual administración en la Municipalidad de Viña del Mar, parlamentarios y concejales analizan, cada uno desde su vereda, los primeros seis meses de la alcaldía de Macarena Ripamonti.
Osvaldo Urrutia (UDI) acusa a la nueva jefa comunal de adoptar "el mismo estilo sharpiano, justifica sus errores e incapacidad de gestión echándole la culpa a su antecesora en el cargo, olvidando que fue elegida para resolver los problemas que hoy le toca enfrentar".
Expresó molestia por los créditos que se llevaría la jefa comunal actual por obras gestionadas en la administración de Virginia Reginato, recordando los puentes de Reñaca y el Palacio Vergara. Al ser entregados, acusa, no se invitó a la anterior alcaldesa ni tampoco se mencionó su participación en esas iniciativas. Un tema de cortesía cívica olvidado. Recomienda Urrutia a la actual alcaldesa "que no sea mezquina, una autoridad debe ser generosa y reconocer el trabajo de su antecesora".
El diputado Andrés Celis (RN), que como Urrutia también conoce por dentro el entramado municipal, expresó que "una impronta de los alcaldes del Frente Amplio es excusarse en las gestiones anteriores. Sean de derecha, de la Nueva Mayoría, de la Concertación… La delincuencia, los ambulantes y las tomas están desbordados, no cabe duda que hay crimen organizado en las calles y que a la alcaldesa Macarena Ripamonti se la escapó de las manos. Viña del Mar nunca estuvo en estos niveles con Reginato".
También es crítico en su balance el concejal DC René Lues, al afirmar que "ya paso el tiempo de espera de la comunidad… las referencias a la administración anterior, a la escasez de facultades y a la responsabilidad de otros, ya no resultan suficientes ni aceptables. Hay que hacerse cargo". El concejal independiente Sandro Puebla, cercano al PS, alude a los muchos y graves problemas de la administración anterior, pero, añade, eso no puede ser excusa para dejar de lado mejoras en la gestión.
Alejandro Aguilera, concejal, académico de la Universidad Santa María, con la bandera de CS, afirma que sin entregar un cheque en blanco a la nueva administración, se debe entender que "después de 17 años de una administración neoliberal -palabra maldita- los problemas son muy profundos y este gobierno local está aún en coma inducido". Por su lado, el concejal comunista Pablo González sostiene que es inevitable hacer una mención crítica a la administración Reginato.
Es inevitable, sin duda, pero más que la crítica lo que la ciudad espera es una gestión que enfrente la realidad actual con la amenaza de violencia y droga presentes. Ese es el problema del momento que la municipalidad debe asumir apoyando, sin reservas, la tarea policial, olvidando las reiteradas consignas que satanizan la acción de la autoridad y dejando de lado el discurso crítico a la administración anterior.