DESAFÍOS DE TRABAJAR EN GRUPOS Y EQUIPOS
ADMINISTRACIÓN. Una mirada a las formas básicas de organizar el trabajo, en busca de alcanzar las metas organizacionales.
El ser humano es parte de diferentes grupos durante toda su vida. Quizás por esto, los grupos y los equipos son temas de nuestro permanente interés. Al trabajar en una organización, lo hacemos de manera individual, grupal y, de vez en cuando, en equipo. Y cada forma es importante, dependiendo de las necesidades de la organización. Por otra parte, quizás muchas veces la persona haya sido parte de algún equipo de trabajo, pero ¿cuántas veces se logró trabajar en equipo realmente?
Los grupos y los equipos son dos formas básicas de organizar el trabajo en una organización, en busca de alcanzar ciertas metas o estándares de desempeño. Las jefas y los jefes o líderes invierten mucha energía para construir equipos efectivos, que permitan alcanzar metas retadoras. Algo que está en la génesis de los equipos desde hace varias décadas atrás: el poder enfrentar a los desafíos del entorno. Pero muchas veces los equipos operan más bien como grupos, al analizar las características propias o buscadas en un equipo. Las diferencias entre un grupo y un equipo pudieran parecer obvias, pero en la práctica no resulta tan sencillo distinguirlas.
GRUPOS
Los grupos de trabajo están integrados habitualmente por personas que realizan tareas un tanto parecidas en una organización, y el desempeño individual depende poco de la actividad de otros colaboradores. Una persona puede ser altamente eficiente y productiva en un grupo, mientras que otras no tanto. La responsabilidad tiende a ser más individual, y el producto del trabajo también. Aunque pudiera parecer contraintuitivo, al hablar de grupos de trabajo nos referimos a esfuerzos coordinados, pero más bien individuales.
Las y los integrantes buscan aportar a las metas del grupo, pero muchas veces interesa más el resultado individual o el aporte realizado al resultado grupal. No resulta tampoco demasiado complejo formar un grupo de trabajo, pues muchas veces las funciones suelen estar definidas. Existe un jefe, jefa o líder, quien decide y delega las funciones a cada integrante. La motivación suele ser externa, pues otra persona fija los objetivos, y que pudieran no coincidir con las metas personales.
EQUIPOS
En cambio, el equipo está conformado por personas que asumen el trabajo de manera más colectiva o colaborativa. Existe interdependencia, se persigue un fin en común, y la responsabilidad es compartida. Esto resulta fácil de imaginar, pero todo un desafío el hacerlo realidad. Los talentos o competencias de las personas que lo integran necesitan ser diversas y complementarias. La autoevaluación y la retroalimentación debieran ser constantes.
No existen tanto las jerarquías, sino los liderazgos compartidos. Pueden existir personas con una mayor relevancia o protagonismo en cierto momento, pero esto suele variar ante los desafíos del entorno o las etapas y necesidades de un proyecto. Los intereses colectivos debieran primar a los individuales. Se requiere de personas cohesionadas y comprometidas que apoyen a otros para alcanzar la meta final, pues el interés principal es el resultado del equipo.
CONCLUSIONES
El trabajar en grupo o en equipo dependerá de los desafíos que enfrenta la organización. Los equipos -que logran trabajar en equipo- ofrecen la oportunidad de alcanzar soluciones innovadoras a problemas complejos. A través de una sinergia positiva, o un resultado superior a la mera suma de esfuerzos individuales. Para un equipo efectivo se necesita desarrollar confianzas, entregar retroalimentación constante, promover la autonomía, ser flexibles, disponer de diversidad de visiones y competencias, la identificación con las metas en común, y manejar el conflicto.
Pero los grupos son la forma más habitual de trabajo en las organizaciones. Y tal como mencionábamos al inicio, muchas veces los equipos funcionan más como grupos. Y para disponer de grupos efectivos necesitamos que algunas dimensiones básicas para sus integrantes estén bien definidas, tales como: los roles o responsabilidades de cada uno, las tareas o estándares aceptables de desempeño, las normas o políticas, y las jerarquías o posiciones. Y también disponer de número adecuado de colaboradores o competencias, y un interés por estar juntos o un sentido de pertenencia. El trabajo en grupo o en equipo es parte de la vida en comunidad, y tiene todos los desafíos propios de la interacción humana y social.