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ENTREVISTA. maría josé oyarzún , convencional constituyente por el Distrito 7:

"Hay una derecha que está dispuesta a dialogar y otra que quiere abiertamente que esto fracase "

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Sebastián Mejías O.

Una iniciativa patrocinada por la convencional de Revolución Democrática por el Distrito 6, María José Oyarzún, avanza en el capítulo introductorio de la Constitución que se preocupa por la ciudadanía y la nacionalidad. Ella asume que lo que había antes estaba obsoleto, por lo que era fundamental actualizar ciertos incisos referidos a la pérdida de la ciudadanía, a la incorporación de los pueblos originarios desde una lógica plurinacional, a la participación política de chilenos en el extranjero o a la protección de la infancia y garantía de los derechos básicos, para aquellos que, en condiciones de migrantes, "se encuentran mucho más vulnerables que el resto de la población".

-¿Cuánto había que actualizar ese capítulo de la Constitución referido a Ciudadanía y Nacionalidad?

-Chile debe dar un paso en pos de renovarse en materia de ciudadanía y nacionalidad. Estábamos lejos de posicionarnos en la vanguardia de estos temas. Ni considerábamos a los pueblos originarios en la Constitución, ni tampoco permitíamos que las personas privadas de libertad puedan ejercer su derecho a voto. Y cuando hablamos de derechos, estos son inalienables. Tenemos que establecer en la nueva Constitución el espacio para que los presos puedan votar, no se puede seguir incentivando, guste o no, la generación de ciudadanos de segunda categoría.

-Algo así será motivo de críticas, especialmente, en un contexto donde algunos piden más dureza a la hora de enfrentar la delincuencia.

-Siempre habrá reacciones a las nuevas iniciativas que se están presentando, eso sí, son más de mil por lo que habrá reclamos y aprobaciones de todo tipo. Va a ser inevitable que aquellos que vean perder sus propuestas reaccionen ante los medios. Es normal el impacto que han tenido las primeras votaciones y, sin duda, que son susceptibles de generar críticas. Son reacciones naturales del ser humano frente a una derrota, aunque creo que lo primero que hay que aprender en política es a perder.

-En su propuesta apunta al reconocimiento de las distintas naciones como comunidades políticas que conforman al pueblo chileno ¿Vamos a ser un Estado Plurinacional? ¿Qué implica eso?

-Sin duda que seremos un Estado Plurinacional, por lo menos, entiendo que hay mayoría para conseguirlo. No significa que Chile vaya a dividirse, ni nada por el estilo. Se trata del reconocimiento a que existen pueblos originarios dentro de nuestro país que logran acceder a la categoría de nación, a propósito de que manejan una lengua, se identifican con un territorio o tienen costumbres particulares. No se trata de ser Bolivia, sino que encontraremos una vía propia a la plurinacionalidad. En cuanto a la bandera, seguirá siendo la que todos conocemos, aunque cabe en la nueva legislación el reconocimiento a otros símbolos de los pueblos que conviven con nosotros en Chile.

-En estas primeras votaciones ¿hubo alguna cuyos resultados no la representaron?

-Por supuesto que ha habido votaciones en las que he sentido que vamos por un mal camino. El principio propersonas, por ejemplo, fue una iniciativa con la que yo no estuve de acuerdo, porque tiende a justificar el individualismo en el que nos encontramos hoy. Son iniciativas que se van perdiendo, pero no es para salir a criticar. Hay otras que las considero alocadas, por decirlo así, como cuando tuvimos que votar el derecho a la felicidad. Podríamos perfectamente incorporarlo, pero en el fondo no sabemos qué significa eso ni como un concepto así podría permear a la Constitución.

-Cuando llegue el momento de votar el plebiscito de salida ¿Qué posibilidades reales hay de que no se convierta en un enfrentamiento polarizado?

-Creo que es posible, porque hay temas que han afectado a una gran cantidad de personas que se sienten identificadas con lo que estamos haciendo, especialmente en lo que se refiere a derechos fundamentales. Hay una batería de medidas que se están trabajando en la Convención, que serán el reflejo de las necesidades de la gran mayoría de chilenas y chilenos. El derecho a la salud, a la vivienda, al trabajo, a la educación o a una pensión digna, son sentidos por una buena mayoría. Eso va a primar mucho más que el debate por los símbolos patrios. Los chilenos se identifican con su país, pero entienden que necesitan de derechos para vivir mejor.

-¿Hay algo al interior de la Convención que dé cuenta de algún grado transversalidad?

-Me puso muy contenta, por ejemplo, que se haya firmado una iniciativa por la autonomía del Banco Central, que firmó desde la machi Francisca Linconao hasta Martín Arrau. Fue una muy buena señal.

-¿Cómo están las relaciones con el bloque de la derecha?

-Lo que se puede ver en el día a día es que hay una derecha que tiende al diálogo, que va ganando espacio y convenciendo, mientras que veo otro sector que siento que quiere que el proceso fracase. Hay una derecha que sí quiere construir y dialogar que es la de Monckeberg, Álvarez y Celis. Cuando uno habla con Cristián Monckeberg, se percibe que hay una idea de construir. Son personajes en la derecha que están intentando no quedar atrás.

-¿Cuál es la derecha que no quiere construir?

-Bueno la derecha del rechazo, la de Eduardo Cretton, Teresa Marinovic y Marcela Cubillos. Se nota que están buscando que este proceso fracase y trabajan para conseguir eso.

-Desde el Colectivo Socialista plantearon la necesidad de solicitar ampliación de plazos al Congreso ¿comparte esa urgencia?

-Soy de las que piensa que nuestro tiempo como Convención es el que determinó la ley de reforma constitucional en Chile y eso quedó bastante claro. Mientras no exista una reforma constitucional nueva y que otorgue mayores plazos, tenemos que asumir los que se nos dieron. A esos tenemos que ajustarnos, por más que eso signifique trabajar fines de semana o alargar nuestra jornada. Entiendo a lo que se refieren la mayoría de mis compañeras y compañeros con el apremio que sienten. Soy consciente de que nos están faltando espacios en la agenda, pero hay que cumplir con los plazos que fijó la ley.

"Siempre habrá reacciones a las nuevas iniciativas que se están presentando, eso sí, son más de mil por lo que habrá reclamos de todo tipo".

"Hay temas que han afectado a una gran cantidad de personas que se sienten identificadas con lo que estamos haciendo". "Cuando uno habla con Cristián Monckeberg, se percibe que hay una idea de construir. Son personajes en la derecha que están intentando no quedar atrás".