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La coalición que pierde el Gobierno tras llegar a La Moneda dos veces en 10 años

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La entrega del mando a sus rivales políticos luego de que la coalición saliente llegara a La Moneda dos veces en una década -el anterior Presidente del sector, Jorge Alessandri, había sido elegido en 1958- simboliza más que una derrota electoral.

La contundencia del apoyo a la opción Apruebo en el plebiscito de octubre de 2020, la representación de sólo 24% que obtuvo en la Convención Constitucional -no así en el Parlamento donde logró 34% en la Cámara y 48% en el Senado- y las cifras de las presidenciales que definieron la llegada de una nueva generación de izquierda al poder, convirtieron al bloque oficialista en la futura oposición, en medio de bullados conflictos internos, mientras se escucha con insistente frecuencia la palabra refundación.

Qué responsabilidad le cabe a la administración saliente en esa situación, que entre otras cosas parece adelantar una larga ausencia de los pasillos de la casa de gobierno, es otro aspecto que analizan los participantes de este reportaje.

Fracaso y responsabilidad compartida

El director ejecutivo del IES, Claudio Alvarado, plantea sin ambages: "Le cabe, sin duda, una gran responsabilidad. Más allá de excepciones puntuales, el gobierno no potenció a futuros candidatos, tampoco logró articular ni aglutinar a sus filas -de hecho, las maltrató una y otra vez-, no dio frutos que vayan a dejar huella fuera de la vacunación masiva y así, suma y sigue. Más de alguien lo ha descrito como un sepulturero, un rey Midas al revés, que dañó gravemente a su sector y a la estabilidad de Chile. Es cierto que Piñera enfrentó una oposición despiadada, pero también es verdad que su gobierno terminó siendo una gran farra: se desperdició una victoria histórica, una oportunidad privilegiada para impulsar cambios sociales de manera seria y responsable. Es probable que paguemos los costos de todo esto durante varias décadas. Vaya legado".

Francisco Chahuán expone que desde su asunción en la presidencia de RN, hace poco más de siete meses, "nos dispusimos reinstitucionalizar la relación de los partidos de la coalición que no se reunían en casi un año y medio", proceso a partir del cual "logramos enfrentar la elección parlamentaria, empatando el Senado en una competencia compleja y reñida, donde logramos doblar en doce circunscripciones importantes, dando una señal de tranquilidad y moderación de las políticas públicas en lo que viene por delante".

El presidente de RN postula que "más que una responsabilidad de alguien en particular, yo diría que es del sector, que se está remediando a partir de estas nuevas mesas de los partidos de la coalición, que han enfrentado de manera generosa, institucional y planificada la elección que nos permitió por primera vez en democracia y con sistema de representación proporcional tener la mitad del Senado", además de registrar buenos resultados en la Cámara.

Incomprensión de los cambios

Ernesto Ottone piensa que los mayores talentos y habilidades de Piñera no están en la gestión política, "que fue muy mediocre, que no logró el apoyo de su sector, por una parte, y por otra hubo una oposición muy despiadada con él", en un período "donde primaron en el Parlamento posiciones muy populistas".

Junto con mencionar la volatilidad de las fuerzas políticas que quedó en evidencia en la sucesión de resultados electorales muy diversos, producto de una crisis que se produjo en ese ámbito y que va a derivar en cambios en el futuro, considera que el Presidente saliente tiene una responsabilidad en los problemas de fragmentación de la derecha, por su falta de conducción política, "pero tampoco es responsable de todo eso, ya que se trata de un fenómeno más complejo. Si tuviera algo que decirle, sería que lo que más le conviene es dar por terminado este capítulo y cerrar el ciclo".

Camila Miranda, presidenta de Nodo XXI, expone que "la crisis de la derecha es mucho más profunda, diría que desde las movilizaciones sociales de los 2000 es una derecha que ha sido incapaz de comprender los cambios de la sociedad de Chile, lo que se acentuó tras la revuelta popular. En esta vuelta, sus intentos de derecha liberal y social son desbordados por una derecha radical, en eso desde luego le cabe responsabilidad al gobierno saliente en su abordaje del estallido y de la instalación de la Convención Constitucional y luego, de la pandemia y sus impactos económicos y sociales, como se expresó en los debates por los retiros del 10% de fondos de las AFP. El proceso de redacción de la nueva Constitución también deja en claro el dilema que enfrenta el sector, se atrinchera o se abre al cambio social en curso".

Perjuicio a las instituciones políticas

Carlos Huneeus: "Tiene una gran responsabilidad en el desplome electoral de Chile Vamos, con su aplastante derrota en las elecciones presidenciales. Sebastián Piñera nunca asumió la función de líder de la coalición gobernante, que es de la naturaleza de la función del Presidente, lo cual fue perjudicial para los partidos que lo llevaron a La Moneda, en el electorado y como organización". Además, dice, "la derecha se radicalizó por el mal liderazgo de Piñera, activado por el liderazgo de José Antonio Kast, maltratado por el mandatario, a pesar que el apoyo en la segunda vuelta en 2017 fue vital para su triunfo".

El doctor en ciencia política agrega que "el debilitamiento de la derecha por responsabilidad de Piñera provocó un grave perjuicio a las instituciones políticas. No hay democracia sin partidos fuertes, incluyendo los de derecha. Las democracias estables tienen una derecha relevante, que posee autonomía organizativa para guiarse por intereses nacionales y no por los intereses económicos de su sector. Liberales y conservadores se orientaron en esa dirección desde fin de siglo XIX hasta que el anticomunismo de la guerra fría cegó la visión de sus líderes".

Problema de comprensión política

Para el Hugo Herrera, la derrota de la derecha se debe a una suma de factores y los dos gobiernos encabezados por Sebastián Piñera "han contribuido al asunto". Pero hacer ver que el problema es de más larga data.

"En un estudio de 2014 señalé que el problema de la derecha chilena era de comprensión política. Desde la dictadura en adelante se limitaba a repetir la síntesis de economicismo de Friedman, conforme al cual el orden económico neoliberal es la base de un orden político adecuado, y el gremialismo de Guzmán, según el cual la labor del Estado debe circunscribirse, además de a la defensa y el orden público, eminentemente a intervenir sólo allí donde los privados no estén capacitados para hacerlo", expone.

Ambos pensamientos -agrega- "son complementos funcionales, que coinciden en el abstencionismo estatal y en la idea de que, en lo fundamental, basta implementar el mercado y lo demás vendrá casi como por añadidura".

Pero observa que "la política es algo radicalmente diferente: se trata de brindar expresión adecuada a las capacidades, anhelos y pulsiones populares en instituciones, discursos y obras en los que el pueblo pueda sentirse reconocido. Eso requiere de una economía vigorosa, por cierto, pero también de mucho más: crear instituciones culturales y científicas o actualizar las existentes, por ejemplo, velar por la integración del pueblo consigo mismo, por el habitar armónico del territorio. Todo eso ha sido inveteradamente descuidado, y así estamos". 2

"Nunca asumió la función de líder de la coalición gobernante, que es de la naturaleza de la función del Presidente".

Carlos Huneeus Abogado y analista

El gobierno no potenció a futuros candidatos, tampoco logró articular ni aglutinar a sus filas".

Desde las movilizaciones de los 2000, la derecha ha sido incapaz de comprender los cambios de la sociedad".

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DESDE FALTA DE LIDERAZGO HASTA ENFOOUE ECONOMICISTA DE LA POLÍTICA SE MENCIONAN COMO CAUSAS DE LA DESPEDIDA DEL PODER.

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