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Implorando por acuerdos amplios

- Hace una semana publicó junto a otras figuras del mundo social una carta abierta a la Convención Constitucional, donde instaron a que los constituyentes "busquen sin descanso los entendimientos necesarios" pensando en la elaboración de la nueva Carta Magna. ¿Le preocupa la forma en que ha operado el órgano en estos casi ocho meses?

- A ver, los cuatro que firmamos la carta somos personas de mundos muy diversos, pero qué tenemos en común: que los cuatro abogamos firmemente por el apruebo a la Constitución y por el trabajo que están haciendo los constituyentes. Pero la información que uno tiene, o que uno recoge de la gente, es que hay una preocupación porque se están votando muchas cosas en poco tiempo, temas delicados y nos preocupa que el plebiscito de salida no tenga una aprobación tan amplia como tuvo la votación para que se hiciera la constituyente.

- En entrevista con radio Cooperativa planteó que "se han buscado para ganar los dos tercios, pero el ideal es que hagan un esfuerzo para hacerlos aún más amplios". ¿La aprobación de la norma que establece a Chile como un Estado Regional, la cual recibió 112 votos a favor, es o no una muestra de un acuerdo amplio?

- Cuando uno afirma una cosa no significa que está negando otra. O sea, cuando yo les pido que busquen más diálogos, no estoy diciendo que no han hecho diálogos y que no han buscado acuerdos, sino que les rogamos -y usamos esa palabra y les imploramos-, que hagan un esfuerzo de entrar aún más en consenso para que no sea sólo una cuestión aritmética de que le gané al otro en tantos puntos. Mientras más consenso, más garantías que la Constitución va a perdurar en el tiempo.

- Asimismo, usted comentó en otra entrevista que "lo ideal es que el plebiscito de salida no sea algo que divida a los chilenos, sino que pueda ser fruto de un largo proceso de diálogo". ¿Pero la lógica de sean solo dos opciones no termina dividiendo inevitablemente a la población?

- Siempre va a haber un grupo que no va a estar de acuerdo y no se trata de que con crear un consenso ficticio, tú al final aceptes todo. Nadie ha dicho eso, pero hay que tratar que los grupos que no se sienten identificados con el resultado de la Constitución, sean lo más pequeños posible, tanto de un lado como de otro. Ahora, yo entiendo que lo que les ha pedido la sociedad a los constituyentes es que haga un cambio profundo en los poderes en Chile, y es muy difícil hacer tortilla sin quebrar huevos, pero no les estamos diciendo que no hagan esos cambios, no les estamos diciendo que no quiebren huevos, les estamos diciendo que ojalá hagan un esfuerzo para que el consenso sea lo más amplio posible. Hay un porcentaje largo de nuestra carta, en que le reconocemos a ellos el trabajo que han hecho, reconocemos en ellos la representatividad que tienen y todo el esfuerzo por dialogar, partimos reconociendo eso, pero la experiencia nos muestra, con la gente que conversamos a diario, que tal vez se necesitaría hacer un esfuerzo un poco mayor.

- En el texto plantean, incluso, la posibilidad de pedir más tiempo para realizar su labor y llegar a estos acuerdos amplios. ¿El diálogo que se ha desarrollado hasta el momento al interior del órgano le da esperanza de que esto ocurra?

- Tal vez. Yo creo que ha habido una falla comunicacional. Es muy difícil saber lo que está pasando adentro de la constituyente desde afuera, hay muy poca gente que tiene el tiempo para sentarse en internet y ver todas las sesiones, la mayoría nos informamos a través de los medios de comunicación que muchas veces pueden estar sesgados. Por eso que es muy delicada la carta nuestra, y no es la carta lanzada a los medios de comunicación ni una queja, sino que es una carta con mucho respeto, que invita a ellos diciendo "mira, hagan un esfuerzo mayor". No sabemos cuántos están haciendo ese esfuerzo, porque tenemos mala información de lo que sucede al interior de la constituyente. Hay unos que somos privilegiados, podemos tener acceso porque conocemos gente, etc., pero la gran mayoría del público se entera por títulos distorsionadores o noticias que enfocan un solo punto. En ese sentido no, yo no me atrevería a decir si cuántos diálogos están haciendo adentro porque no lo sé.

En el borde de un desfiladero

- Casi al mismo momento que ustedes, surgió el grupo "Amarillos por Chile", donde aseguran que el país "quiere reformas, no revolución, no una Constitución inarmónica o sesgada". ¿Lo representan también estos dichos?

- Creo que la diferencia es que la de ellos es una carta más bien hacia el público y nosotros es una carta muy respetuosa hacia la constituyente. Conozco a Cristian Warnken, lo quiero y admiro mucho lo que él hace y yo no creo que su idea era ponerle palitos a la constituyente, creo que muchos se subieron al chorro con esto y entró a ser otra cosa. Es re difícil poder decir algo, porque uno se mueve en el borde de un desfiladero donde por un lado están grupos que no quieren escuchar, que se encierran y que es complejo saber lo que está pasando; y por otro lado, hay un grupo fuerte que quiere, que está peleando por el rechazo desde el primer día. Entonces, es re difícil decir algo porque te tratan de tirar para los dos lados. O sea, por un lado te acusan de que le estás haciendo propagando al rechazo, y por el lado del rechazo usan todo lo que uno dice para destruir la constituyente, y conociendo a Cristian Warnken, creo que ese no era su espíritu. Su espíritu es aprobar una Constitución que cambie y nosotros lo mismo.

- El mismo grupo aludió al "intento de algunas facciones radicalizadas de la Convención de ignorar, e incluso borrar, a un sector político significativo del país", a propósito del trato hacia la centroderecha. ¿Es este el tipo de situaciones que ustedes buscan que no se repitan con el llamado de ampliar los acuerdos?

- No sé qué tanto será eso así, o sea, eso es lo que uno ve a través de los medios de comunicación, pero son dos los grupos extremos al interior, y creo que los dos hacen daño. Pero no me atrevería a decir más porque uno conoce lo que dicen los medios de comunicación, pero la estrategia de comunicación de la constituyente ha sido demasiado pobre.

- Que este tipo de reacciones públicas aparezcan en medio de las primeras votaciones del pleno, ¿nacen por temor a cómo se ha estado llevando a cabo el proceso?

- Yo lo diferenciaría, pero además te digo que es muy difícil llegar a la constituyente. Hicieron un sistema bueno para juntar 15.000 firmas para poner proyectos, pero la gente a la cual se le rechazó eso, quedó con la sensación de que no la escucharon, o sea, todo tiene sus dos lados. Es muy difícil, tratar de aportar o acercarse, porque están estos dos grupos muy potentes, que tú dices cualquier cosa que pareciera una crítica -que ni siquiera es crítica, es una imploración-, te dicen que le estás haciendo propaganda al rechazo, y por el otro lado, los otros te tergiversan para atacar al constituyente. Entonces, es muy difícil decir algo.

Espiritualidad más allá de la iglesia

- Entre las materias visadas en comisión y que pasarán al pleno, recientemente se aprobó que en Chile "el Estado se rige por el principio de neutralidad religiosa, el que implica la igualdad de trato ante las distintas entidades religiosas y grupos de orden espiritual", reemplazando el carácter laico y no confesional que se mantiene hasta ahora. ¿Es un avance?

- Habría que ver cómo se baja esto en las normas y en las leyes, porque cuando se habla de lo espiritual, se tiende a pensar en las religiones, en la Iglesia Católica, la Iglesia Luterana, la Iglesia Evangélica; pero cuando nosotros estamos tratando de rescatar las raíces de los pueblos originarios, ellos también son súper espirituales y religiosos. Entonces hay que tener cuidado porque a veces se entiende lo religioso solamente como las iglesias, los bailes religiosos del norte, la misma cultura mapuche o los moái de Isla de Pascua, tienen todos un aspecto religioso. Por eso hay que tener cuidado con estas cuestiones poco finas. Yo creo que las leyes que se hagan a partir de la Constitución van a ir afinando todo eso que implica y también viendo la gradualidad en que se aplican.

- Parte del texto también indica que "las personas jurídicas con fines religiosos no podrán perseguir fines de lucro y sus bienes deberán gestionarse de forma transparente y de acuerdo a los otros principios que la ley establezca". ¿Es esta una "una expresión de la desconfianza, la distancia y la ignorancia de los redactores respecto del fenómeno religioso", como acusa el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González?

- No estoy de acuerdo con lo que él dice. Me imagino que más bien están tratando de prevenir lo que está pasando en muchos países de Latinoamérica y del mundo, que hay grupos que forman iglesias que en el fondo son un negocio. Bueno, hemos sabido algunas cosas que han pasado en Chile también. En eso se pide más transparencia y yo creo que nadie tiene que oponerse a la transparencia, sobre todo en lo económico, es algo que ayuda a todos, a las mismas instituciones. Así que no veo problema.

La "mística" de boric

- ¿Cómo vislumbra el inicio de gobierno de Gabriel Boric, que asume el próximo viernes el cargo de Presidente en un país que tiene varias crisis sin solucionar?

- Como dices, va a recibir no sólo con problemas internos el país, sino que también internacionalmente, porque la guerra en Ucrania va a presentar mayor dificultad en el futuro. Creo que una cosa son los programas de gobierno, la calidad de la autoridad, etc., pero lo que nos ha hecho falta hace tiempo en la sociedad chilena, es que hemos caído en una especie de individualismo, de consumismo que se traduce en mucha agresión y desconfianza y corrupción. Es que nos faltan sueños y yo creo que una de las cosas que ha caracterizado al Presidente electo en este periodo, es que ha dado mística, la gente como que volvió a entusiasmarse con que podemos ser un país mejor. Eso es algo muy importante porque hace mucho tiempo que no lo teníamos.

- Sin duda uno de los puntos más complejo sería la migración. En entrevista con El Mercurio de Antofagasta apuntó que el actual gobierno "hace tiempo que no gobierna y menos en este tema". ¿Espera que Boric se ocupe de este problema desde el primer momento?

- Sí, porque el actual gobierno ha tenido siempre una mirada de sospecha al extranjero. Al extranjero tipo caucásico que viene de Europa o que llega con plata no le encuentran ningún problema, pero al extranjero que viene de Latinoamérica le llama migrante y ha tenido una actitud muy negativa hacia él. Lo ha asociado a la droga, a los crímenes y a montones de cosas que no ayudan a resolver algo que llegó para quedarse. Es como negar el calentamiento global, o sea, la migración es un fenómeno mundial que está asociado a la globalización y entonces, si viene un gobierno que tiene una actitud, eso va a ayudar mucho a cómo abordamos el tema de la migración. Se ha simplificado mucho políticamente y en forma muy simplona: se dice que si tú eres de izquierda pueden entrar todos sin ningún reparo a Chile y si eres de derecha dices que no, que no entre nadie, y yo creo que esos eslóganes políticos han hecho mucho daño. 2

Hay un porcentaje largo de nuestra carta, en que le reconocemos a ellos (los convencionales) el trabajo que han hecho, reconocemos en ellos la representatividad que tienen y todo el esfuerzo por dialogar, partimos reconociendo eso, pero la experiencia nos muestra, con la gente que conversamos a diario, que tal vez se necesitaría hacer un esfuerzo un poco mayor".

Es muy difícil, tratar de aportar o acercarse (a la Convención), porque están estos dos grupos muy potentes, que tú dices cualquier cosa que pareciera una crítica -que ni siquiera es crítica, es una imploración-, te dicen que le estás haciendo propaganda al rechazo, y por el otro lado, los otros te tergiversan para atacar al constituyente. Entonces, es muy difícil decir algo".

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"llegar a acuerdos no es ser amarillo; cuando no hay diálogo, hay violencia"

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- A propósito del conflicto que se vive desde la semana pasada en Ucrania, ¿cuál considera que debe ser el rol que puede cumplir la Iglesia Católica? ¿Ve que pueda mediar entre los beligerantes, como ha ocurrido en otros conflictos? - El Papa ofreció su ayuda, pero creo que es muy complicado. Las guerras surgen cuando ya se agotan los diálogos o no se quiere dialogar. Se va a buscar un diálogo, pero ya después que se ha matado a personas y se ha hecho destrucción. A diferencia del conflicto que hubo entre Chile y Argentina, donde se pidió y se buscó diálogo, esta vez no hubo ninguna búsqueda de ello por parte de Rusia. Ahora, lo que los chilenos tenemos que aprender de esto, primero, es que nuestros informativos son bastante pobres, sabemos muy poco del mundo, recién ahora estamos sabiendo que se trata de Ucrania y todo el conflicto; y segundo, darnos cuenta de que llegar a acuerdos no es ser amarillo, sino que si no llegas a acuerdos, si no hay diálogo, hay guerra, hay violencia. - En su calidad de sacerdote jesuita, ¿cómo ve los flujos migratorios que está provocando esta disputa armada? ¿Cree que estas personas terminen siendo aceptadas de buena manera en los países a los cuales se están dirigiendo? - Esa es una migración forzada, son más bien refugiados de guerra y bueno, hay normas distintas cuando tú quieres emigrar a un país a cuando tú vas arrancando como refugiado. Encuentro que ha sido impresionante el gesto de unos seres humanos usando bombas y matando y de otros, en cambio, haciendo todo lo posible por acoger a otro y tener empatía ante el dolor del otro. Ha sido un contraste muy fuerte. 2