Cambio de ciclo político en el país y la Región
Gabriel Boric Font asume hoy la Presidencia de la República, con el desafío de llevar adelante un plan a prueba de las circunstancias de la política. En una Región aquejada por tantos problemas, la buena coordinación de las autoridades -Ejecutivo, municipios, Gobernación y Delegación- , es capaz de marcar una gran diferencia en la gestión.
Cada vez que hay un cambio importante en el ciclo político del país surgen el nervio y la ansiedad propios de no saber qué cosas fundamentales de la vida ciudadana se mantendrán y cuáles tendrán una transformación profunda, tanto por el programa del nuevo Gobierno que entra como por el sello personal que imprima cada una de las autoridades que asume el poder político. Quizás se trata de expectativas exageradas, porque si hay algo que nos enseñó el periodo encabezado por el Presidente Sebastián Piñera es que muchas veces las circunstancias se transforman en una condición poderosa, que reordena prioridades, desbanca proyectos, desplaza las buenas intenciones y las reemplaza por necesidades que exigen decisiones difíciles y poco gratas. De todo eso tuvimos bastante en los últimos cuatros años y la mínima prudencia sugiere que las nuevas autoridades, sometidas a la disyuntiva entre dos males, elegirán con mesura y sagacidad, sin dejarse llevar por las pujas vociferantes y maximalistas de las redes sociales. Vale como ejemplo de esto la firma puesta por el entonces diputado Gabriel Boric al Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, a contrapelo de su propio partido y de las opiniones de sus compañeros más cercanos, entre otros, el alcalde Jorge Sharp.
Las ceremonias de hoy parten temprano, con el juramento de los nuevos diputados y senadores. En paralelo, el Presidente electo Gabriel Boric, instalado desde anoche en el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, sostendrá diversas reuniones, entre ellas una con dirigentes vecinales de Viña del Mar. Esta cita muestra la cercanía del nuevo Gobierno con el municipio que encabeza la alcaldesa Macarena Ripamonti (RD) -la actividad fue en parte organizada por funcionarios de confianza de la jefa comunal-, así como el sello ciudadano, de complicidad permanente, que quiere mostrar el Mandatario electo. Esa sintonía fina entre Boric y Ripamonti se extiende a otros alcaldes del Gran Valparaíso, todos militantes o en la órbita del Frente Amplio. De esta proximidad surgen también expectativas, porque los ciudadanos de esta zona esperan que la cercanía alimente sinergias económicas, acelere decisiones y reactive equipos de trabajo. En una Región aquejada por tantos problemas estructurales, la buena coordinación de autoridades a distintos niveles -Gobierno, municipios, Gobernación, Delegación Presidencial-, es capaz de marcar una diferencia. Hay, eso sí, una amenaza que vuela sobre estos apoyos mutuos. Como toda coalición nueva que llega al poder, el Frente Amplio tendrá todos los ojos encima, tanto propios como ajenos. En dicho escenario, las alianzas de cercanía política pueden ser plataformas hacia el éxito o lastres que frenan y ensucian el prestigio adquirido con buenos resultados. Esto lo hemos visto antes en la Región: cómo a veces el mejor aliado se transforma en la peor circunstancia.