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LA PELOTA NO SE MANCHA VAR: Video Aburrimiento Referee

POR WINSTON POR WINSTON
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Aquellas personas que votaron por aprobar la redacción de una nueva Constitución, lo hicieron convencidos de que una nueva carta magna iba a convertir a Chile en un país más justo y menos desigual. De igual forma, aquellos que estaban a favor de la implementación del "Video Assistant Referee" (VAR) vieron en el uso de esta tecnología, la introducción de una tabla de cálculos imparciales encargada de distribuir justicia, el término de los beneficios a los grandes equipos, la desaparición de los cobros que sólo perjudicaban a los pequeños, un apoyo desde arriba a aquellos árbitros que no soportaban la presión del estadio, en definitiva, el fin de los "saqueos y de los saqueros".

Sin embargo, en la práctica, de la misma forma como vemos a la Convención entrampada en discusiones particulares sin darse cuenta de que el tiempo avanza de forma inexorable contra ellos, el VAR está muy lejos de imponer justicia.

Puedo sonar exagerado, pero si los partidos del fútbol chileno ya son fomes frente a las grandes ligas europeas, con la implementación del VAR se han transformado en una experiencia insufrible, en especial, por el mal uso que hacen de él los árbitros y, ahora último, las árbitras. Algunos ejemplos, en el partido entre Unión La Calera y Huachipato, un mal rechazo del arquero golpeó al delantero de la usina provocando un gol absurdo. Entre el llamado del VAR por una posible mano, la revisión del árbitro y la reanudación del juego transcurrieron nada menos que cuatro minutos y medio. Por si esto fuera poco, la determinación del referee tampoco resultó del todo justa, quedando un manto de duda sobre la validez de la acción. En el mismo partido, otra vez una mano, ahora de un defensor de Calera en su propia área, provocó un nuevo llamado del VAR, revisión y absolución, en total, otros dos minutos perdidos. Podría seguir con otros casos, pero no haría más que caer en la misma trampa de aburrimiento que provoca este sistemita.

Insisto, no solo es el tiempo, el gran problema del VAR es que tampoco ha resuelto de manera justa las acciones controvertidas. Y es que aunque tengamos cámaras hasta en los zapatos del jugadores y sensores de movimiento en los balones, siempre existe un margen para la interpretación discrecional. Pensemos, por ejemplo, en la expulsión de Juan Cuevas contra la Universidad Católica. Aunque la imagen muestra un golpe del tacuaco delantero ruletero al jugador cruzado, el árbitro interpretó una intencionalidad de hacer daño, determinando la expulsión.

Haciendo un balance del VAR, la evaluación es negativa en términos generales y particulares. Comienzo por lo último, falta un criterio adecuado para saber cuándo se usa o cuándo se puede prescindir de éste. Lo más sano, como en el tenis, es que cada director técnico tenga un número de oportunidades para pedir su intervención y no el árbitro. Cada vez que se sienta perjudicado, que acuda al VAR, aunque con un máximo de tres oportunidades por partido.

Asimismo, mientras el árbitro toma una decisión, uno en la casa puede servirse una cerveza, ir al baño (por culpa de la misma cerveza), hacer un trámite en el banco del Estado o, incluso, leer "Los Hermanos Karamazov" (750 páginas). Sin embargo, el sacrificado público en el estadio debe pasar de la rabia al aburrimiento y del aburrimiento a la desorientación, sin saber qué ocurre. El gran problema aquí es que nadie le explica nada, todo está hecho para el televidente, el abonado capitalista, dirán algunos, menospreciando al hincha del tablón. La solución, al igual que el rugby o fútbol americano, es que el árbitro informe al público por qué detiene el juego, qué se está discutiendo y qué determinación toma, transparentando su resolución.

Finalmente, haciendo el balance general, de la misma forma como algunos empiezan a sentirse desilusionados con que la nueva Constitución, pareciera que no va resolver todos los problemas que tiene Chile, la generación que fue marcada por Bouchardeau empieza a darse cuenta de que la promesa de justicia que venía con el VAR solo ha hecho todavía más lento y aburrido el juego en el campeonato chileno, cuestión que, ya hace algunos años, creíamos imposible de superar.