RELOJ DE ARENA Al rescate del género epistolar
Una puñalada digital ha dado muerte al género epistolar, género que ha tenido a través del tiempo una posición importante en la literatura, en la política, en la filosofía y, especialmente, en la historia.
Se recopilan cartas de diversos personajes y a través de ellas se puede llegar hasta los últimos rincones de su pensamiento y de las motivaciones de su conducta.
Ahora, con los medios digitales tenemos que la correspondencia pierde forma, estilo, ortografía y gramática y, finalmente, termina en la papelera. Claro está que en el caso de fechorías, de esas que pavimentan la actualidad, es posible intrusear en esa papelera cibernética y recuperar los correos comprometedores y llevarlos a los tribunales.
La comunicación personal, con los medios digitales, se ha hecho impersonal. Ni hablar de la caligrafía y menos de cartas de amor. No existe ya el papel de carta y los sobres que nos llegan son solo de aquellos "con ventana", esos en que el remitente es un banco, una multitienda o el emisor de alguna tarjeta de crédito donde junto a los desoladores números de nuestras finanzas nos advierten de la fecha de pago…
Pero, felizmente, en papel y en libros subsiste correspondencia de famosos, buenos y malos, donde resulta interesante incursionar. Son cartas que muestran seres humanos, conductas, emociones, decisiones y, muchas veces, buen estilo. Y podemos llegar hasta el mismo Evangelio.
El tiempo perdido
La intimidad de la correspondencia ayuda a comprender personalidades y sus obras. Ejemplo clásico es el contenido de la correspondencia de Marcel Proust, el genial buscador del tiempo perdido, con su madre. Ella llama a Marcel, ya adulto, "Lobito" y él se deja regalonear y, además, exige. Escribe la madre el 7 de septiembre de 1889:
-"Pobre querido lobito: ahora que estamos prevenidos, se te escribirá todos los días, no podía suponer que estuvieses sufriendo soledad moral. Ahora, mi grandote, he recibido tu segunda carta y estoy desolada de verte como perdido y también de que hayas escrito sin hacer confidencias…".
Y ojeando una recopilación encontramos una carta de Marcel a su madre:
-"Mi querida mamá: Te escribo en un momento de gran melancolía. Ante todo por lo del dinero perdido que me molestó en un principio y que ahora toma proporciones fantásticas. Esta noche con mi dolor de estómago, etc., me perseguía como un crimen hacia vosotros, no sé… A propósito lo que me debes enviar con mayor premura es dinero (envíame muchísimo y tiemblo que no sea suficiente)".
El autor aparece en su correspondencia como hipocondríaco y dependiente en extremo de su "exquisita mamá" como la llama en alguna de sus cartas.
El tajante huidobro
Vicente Huidobro, Vicente García-Huidobro Fernández, con su creacionismo es una de las grandes figuras de la poesía nacional y hasta continental, junto a Pablo Neruda y Gabriela Mistral.
En su correspondencia aparece también gran dependencia de su madre, una mujer intelectual, feminista precursora, de principios del siglo pasado. Con su apoyo realiza publicaciones que impactan en su época.
En Europa se relaciona con importantes figuras del arte y del espectáculo, pero pasa pellejerías. Escribe a su madre el 17de junio de 1932:
-"Mamacita adorada: No he recibido aún los dos mil francos que me anuncia me enviaron por el Banco Anglo. ¿No los enviaron por avión? Esto me parece muy raro. He ido al banco a reclamar y no saben nada. Aquí nadie paga un céntimo por nada. Un artículo sobre Chile me lo pagaron 50 francos. Lo que antes me habrían pagado 200 frs. He vendido casi toda mi ropa, mi ropa vieja, y con eso he comido. Anoche fui a la Vernissage de Picasso. Estaba todo París, había un mundo elegante y absurdo que no dejaba casi mirar los cuadros. Además había bar y buffet para los invitados. Figúrese Ud. lo que comerían esas gentes y esos pobre artistas en crisis que tal vez no comían algo sólido desde hace meses, se llenaron por una semana".
El poeta, se lee en una de sus cartas, está preocupado en París por la importación de vinos y frutas chilenas y le anuncia a su madre que irá a una "venta Rostchild, que será una venta de libros muy importante y en donde habrá libros de Apollinaire y otros amigos míos".
Su vida es agitada en lo político, fue miembro del Partido Comunista y hasta candidato presidencial, y tortuosa en lo sentimental, pero el sello materno siempre está presente:
-"Hijo mío: te mando por correo la chaqueta del traje café que se te quedó. Espero verás en esto que tu madre no piensa ni vive sino para ti". Pero la madre es realista y añade en su carta al hijo que está en París:
-"Estudia algún negocio de envío de mercaderías, esencias, medias, guantes, etc. Creo que te produciría mucho. Esto no está reñido con la literatura, pues te lo colocaría yo en el comercio".
En otro lado de su correspondencia aparece la personalidad tajante del poeta en carta dirigida a Salvador Reyes:
-"La raza chilena es tonta por naturaleza y aunque ello es muy triste y no tiene remedio (A menos que lleven 500.000 europeos por año). El pobre Omer Emeth es una gallina ciega, era el único asno que había en Francia, por eso se sintió fraternamente atraído a Chile y por eso fue a encallar en nuestras playas. Díaz Arrieta es un títere que no sabe lo que es arte por definición. Por eso no hay que pensar en esa gentuza… Es una gentecilla terrible… Figúrese usted que aquí en París donde yo les ahuyento como la peste, no me dejan vivir con sus chismes".
La carta es raíz de la publicación de un libro de poesías de Reyes.
Amores de portales
La correspondencia de Diego Portales muestra sus facetas políticas y también sentimentales. En 1821, viudo, de 28 años, escribe a su padre:
-"Tengo el alma destrozada, no encontrando sino en la religión el consuelo que mi corazón necesita. He llegado a persuadirme de que no pudiendo volver a contraer esponsales por el dolor constante que siempre me causará el recuerdo de mi santa mujer, por la comparación de una dicha tan pura como fue la mía, con otra que no sea la misma, no me queda otro camino que entregarme a las prácticas devotas, vistiendo el hábito de algún convento… viviré siempre en el celibato que Dios ha querido depararme".
Pero al año siguiente, desde Lima, escribe a un amigo:
-"Decididamente, prefiero las mujeres chilenas a las peruanitas; son muy refinadas y falsas, muy ardientes y ambiciosas, muy celosas y desconfiadas y amaneradas. Vivo en compañía de Julia; pero estoy dispuesto a darle la patada".
Y 10 años después, 1832, se confidencia con su amigo Garfias:
-"Debe usted saber de mis relaciones con Constanza Nordenflycht… Sabe usted que tengo dos chicos de ella".
Al momento de la carta, Constanza está gravemente enferma de escarlatina y Portales, en beneficio de sus hijos, quiere casarse con ella "en artículo de muerte" y para ello envía un poder a su amigo para que lo represente. Años antes la mujer también había estado también en peligro de muerte y Portales al borde del matrimonio, pero no llegó a concretarlo. Temía Constanza sobreviviera y afirma en la misma carta que "me fue imposible el temor de que sobreviviese a aquella enfermedad. Yo no tendría consuelo en la vida y me desesperaría si me viera casado".
La relación con Constanza duró 14 años, tres hijos, uno nacido después de muerto Portales, pero él, pese a otras aventuras sentimentales, nunca quiso romper el vínculo con Josefa Portales Larraín, su esposa prematuramente fallecida.
Valioso el género epistolar. Hay que salvarlo. Nos lleva a recorrer el pasado y sus protagonistas y a explicar muchas conductas que tienen alcance más allá de lo personal.
¿Ha escrito usted en los últimos tiempos una carta formal de esas que se pueden conservar en el tiempo y releer con emoción, nostalgia o con una sonrisa? O, a la inversa, ¿ha recibido usted alguna carta digna de conservarse para la historia personal o familiar?
Aún es tiempo. Busque por ahí en esos papeles olvidados condenados a muerte y quizás encuentre alguna comunicación valiosa. No se trata de hacer un libro de memorias, no seamos pretenciosos, pero también tenemos nuestras historias que es bueno compartir y conservar para los que vienen después. Esto del fin de historia, de borrar el pasado y de la página en blanco vale solo para algunos constituyentes que teclean para un país que nunca existió.