La crisis que amenaza a la Corporación Cultural
Futuro de la entidad, que arrastra deudas laborales, depende principalmente del aporte anual que entrega la Municipalidad de Viña del Mar. Es oportuna la revisión de las finanzas de la Corporación, pero ello debe hacerse con un ánimo propositivo en medio de la urgencia. Por otro lado, hay que insistir en captar recursos privados, a través de la Ley de Donaciones.
En medio de los problemas económicos que afronta la Municipalidad de Viña del Mar se debate el aporte anual que se otorga a la Corporación Cultural. Esta entidad, creada en 1963 en conjunto con el municipio, alcaldía del DC Juan Andueza, realiza una importante labor cultural, en la que destaca el Concurso Internacional de Ejecución Musical Luis Sigall. A esa relevante actividad se suman exposiciones permanentes en la Sala Viña del Mar y su anexo junto a conferencias, ciclo de charlas y presentaciones diversas, incluyendo el lanzamiento de obras literarias.
La Corporación tiene un directorio, actualmente presidido por Luis Bork e integrado por representantes designados por la municipalidad y la asamblea de socios. Para su funcionamiento cuenta con una planta de 14 funcionarios y un director ejecutivo, el historiador y gestor cultural Jorge Salomó. Las actividades de la Corporación se desarrollan en un local municipal entregado en comodato, pero sus actividades se proyectan a otros recintos, como ha sido tradicionalmente el Teatro Municipal, hoy en restauración.
En sesión municipal se debatió el tema del monto de la subvención que el año pasado fue de $190 millones, cantidad para la que se pide un aumento del 12%. Los concejales Sandro Puebla (independiente pro PS) y Jorge Martínez (UDI) valoraron el trabajo de la Corporación, en tanto el DC René Lues destacó la importancia de mantener el Concurso de Ejecución Musical. Crítico del monto de la subvención solicitada fue el concejal comunista Pablo González, quien apuntó a que la entidad debería producir ingresos propios. Los concejales, en línea con lo planteado por Tomás de Rementería, acordaron solicitar detalles de costos, gastos y plan anual de trabajo, materias que analizarán la próxima semana. Entretanto, informó Salomó, hay sueldos e imposiciones impagas desde el 31 de enero.
La realidad es que la situación es crítica y el futuro incierto. Los aportes de acuerdo a la Ley de Donaciones Culturales de $60 millones han caído a cero y si también desaparece el aporte municipal, la Corporación no podría seguir funcionando, arriesgando con ello sus actividades periódicas y el Concurso de Ejecución Musical justamente cuando se intenta recuperar el posicionamiento internacional de Viña del Mar con una nueva versión del Festival de la Canción.
Es oportuna la revisión de las finanzas de la Corporación, pero ello debe hacerse con un ánimo propositivo en medio de la urgencia. Por otro lado, hay que insistir en captar recursos privados a través de la Ley de Donaciones, interesando a eventuales donantes con mayor participación y presencia en la gestión de la entidad. Es posible también una integración económica y cultural con las universidades, abriendo la céntrica sala viñamarina de la Corporación a las actividades de extensión de las casas de estudios superiores.