Confusas señales en la instalación
Nos hicieron creer que el retraso en nombrar a los seremis respondía a evitar desprolijidades y encontrar a las personas mejor preparadas. La ansiedad del gobernador Mundaca en relación a la crisis del Transporte o el sobregiro del seremi Ramírez con Codelco dan cuenta de que hay algo que no termina por cuajar de buena manera.
El farragoso nombramiento de seremis en la Región de Valparaíso, que aún no sido totalmente resuelto (aún faltan Hacienda y Culturas), parece dejar dos conclusiones preliminares. Una, que su manifiesta tardanza no ha redundado precisamente en resultados prolijos (la seremi de Educación, Romina Maragaño, está siendo sumariada por desórdenes administrativos en la Municipalidad de Valparaíso; el de Medioambiente, Hernán Ramírez, es parte de una reclamación ante el Tribunal Ambiental en contra del propio Ministerio que hoy lo emplea); y, dos, la escasez de nombres entre las filas de Apruebo Dignidad es alarmante, por cuanto -tal como ha ocurrido a nivel nacional- han debido recurrir a antiguos representantes de la exNueva Mayoría para hacerse cargo de varios de los cupos y ni aún así han conseguido completarlos.
Párrafo aparte para el extraño impasse de la ministra de las Culturas, Julieta Brodsky, quien el viernes por la tarde anunció en Twitter el nombramiento de la conocida cuentacuentos Patricia Mix en la seremía de su cartera para, pocos minutos después, eliminar el mensaje de sus redes sociales y dejar en el aire un anuncio que tanta relevancia tiene para la zona.
Sobre el desconocimiento que pueda existir en la población respecto de los nombres escogidos, poco debiese importar ello si, tal como se espera, cumplen con el urgente mandato que les ha dado la Región, especialmente en Transportes, Obras Públicas, Medioambiente y Economía, ámbitos en los cuales las señales de estos primeros 20 días han sido bastante confusas.
Prueba de ello puede ser la excesiva ansiedad mostrada por el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, tras su reunión con el ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, al dar por hecho una inminente y, dado el caso, hasta inútil restricción vehicular para la zona, mientras el secretario de Estado regresaba a Santiago soñando con teleféricos y esa entelequia apodada Marga Marga pedaleable.
De la misma forma podría hablarse del sobregiro del ya citado seremi Ramírez, quien no dudó en lanzarse contra Codelco en sus primeras 48 horas en el cargo, abriendo un flanco que, en la propia experiencia del anterior Gobierno, sabemos que resta mucho más de lo que suma.
La sequía, por su parte, no muestra avance alguno en los ocho y medio meses de gestión del gobernador Mundaca, salvo por los camiones aljibes de siempre (incluso con ciertas críticas a su licitación) o la campaña antipaltas. La desalinización todavía encuentra una resistencia no muy bien argumentada, los embalses no son tema y la sanitaria Esval está en el ojo del huracán por los rumores de racionamiento y un muy particular estudio del CINV de la Universidad de Valparaíso, casa de estudios que en los últimos tiempos parece haberse decantado por una marcada posición oficialista, en desmedro del rol regional y de aunamiento que cumplía de muy buena manera hasta hace poco tiempo atrás.
En fin. Nadie nos prometió un jardín de rosas. ¿Seguimos?