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conocer próximamente, donde lo que queremos justamente es impulsar una serie de iniciativas que vayan en esa dirección, que contribuyan a cambiar la imagen y a abrir un poco las puertas de este Congreso, que a veces parece poco ensimismado, encerrado y que pueda conectar nuevamente con las necesidades y los intereses de la ciudadanía. Eso para nosotros es fundamental, nosotros creemos en una nueva forma de hacer política, que sea con participación, con transparencia, con cercanía con la gente y ese mismo criterio lo queremos imprimir en nuestra gestión a la cabeza de la Cámara de Diputados y Diputadas.

Las propuestas ás esperadas

- ¿Cuáles considera usted que son las urgencias legislativas para este año? ¿Debería ser una de ellas la reforma tributaria?

- Sin duda que la reforma madre es la reforma tributaria, porque gran parte del problema de la injusticia social que hay en Chile tiene que ver con la falta de una adecuada redistribución de la riqueza. Para avanzar hacia un país efectivamente más justo, desde la perspectiva tributaria, se requiere un nuevo pacto tributario y ese nuevo pacto pasa por cambios importantes que permitan que quienes más tienen contribuyan proporcionalmente más al Fisco, a través de impuestos que sean progresivos, y de esa forma, que esa mayor recaudación fiscal vaya en beneficio de los sectores más vulnerables, de los sectores de clase media a través de políticas sociales. Por lo tanto, va a ser esa reforma tributaria la que va a solventar fiscalmente todo el resto de las reformas sociales, en materias salariales, de pensiones, salud, educación, de crecimiento y medio ambiente, equidad de género, un sinfín de materias que requieren recursos frescos que queden disponibles, a propósito de lo que va a ser la discusión de la reforma tributaria. No es fácil, por cierto. Creo que el gobierno debe acelerar un poco el tranco del trabajo prelegislativo, para preparar el camino para la construcción del diálogo que se requiere con los parlamentarios y con la Comisión de Hacienda, particularmente respecto de lo que va a ser esa iniciativa, que entiendo que va a estar compuesta por varias medidas y varios proyectos, no solo uno. Se va a presentar en varias etapas, que van a tener también un período, durante los próximos meses, de participación ciudadana con la sociedad civil, que es muy importante para su legitimidad; por tanto, a partir de junio el gobierno tiene que iniciar el trámite legislativo. Creo que hay que empezar las conversaciones desde ya, porque la construcción de los acuerdos en materia tributaria siempre son complejos, siempre tienen características muy técnicas, pero también ribetes bien políticos que hacen que se pueda complejizar un poco el camino. Lo importante es ahí tomar todas las precauciones y después vendrá la gran reforma de pensiones, que creo que es un tema absolutamente prioritario e impostergable. No nos podemos dar el lujo de seguir postergando una reforma profunda al sistema de pensiones en Chile, que ya está fracasado, para dejar atrás el sistema de AFP y pasar a un nuevo sistema de seguridad social que de verdad garantice una vejez digna para todos los chilenos y chilenas. Eso es algo fundamental que se ha postergado durante muchos años y que hoy día, simplemente, no puede seguir postergándose y vamos a poner todo nuestro esfuerzo para colaborar en ese debate que va a ser muy muy complejo, pero si ponemos todos el interés de la gente, de los adultos mayores y de los pensionados por delante, creo que es posible acercar posiciones y llegar a un acuerdo.

- ¿La solicitud del quinto retiro de los fondos de pensiones puede ser una piedra de tope para esta reforma de pensiones y una complejidad en la relación entre el gobierno y la Cámara?

- Son cosas que van por carriles distintos. Una dice relación con una reforma al sistema de pensiones y cómo garantizamos que las condiciones de la vejez mejoren significativamente, y la otra dice relación a cómo se establece una respuesta desde el Estado a las carencias socioeconómicas de las familias chilenas, a propósito de las consecuencias de la crisis que hemos vivido. Ya hay algunas mociones que se han presentado de retiro y nosotros lo que hemos dicho es que todos los debates van a tener espacio para ser discutidos y tramitados, éste es un órgano democrático que no va a vetar proyectos, ni va a tomar decisiones entre cuatro paredes o de espaldas a la ciudadanía, muy por el contrario, siempre con transparencia, con diálogo y de cara a la ciudadanía, que es lo más importante. Lo mismo respecto de la reforma de pensiones que tendrá, por cierto, el espacio en los tiempos que fije el Ejecutivo para poder empezar a discutirse en profundidad, ya sea en la Comisión de Trabajo como también en la Comisión de Hacienda y la sala; y estaremos absolutamente a disposición, así se lo hemos manifestado a los ministros de Hacienda y también a la ministra del Trabajo, para colaborar en esa causa. Además, personalmente la conozco, me tocó el 2019 liderar desde la presidencia de la Comisión de Trabajo, lo que fue la mesa técnica de toda la oposición en aquel entonces, para hacer una contrapropuesta en materia de pensiones, a lo que fue el gobierno del Presidente Piñera. Lamentablemente eso no llegó a buen puerto, la iniciativa quedó estancada, no se viabilizó un acuerdo ante la falta de flexibilidad del gobierno anterior, de ceder en sus posiciones para alcanzar un acuerdo, y espero que no se cometan los mismos errores ahora.

- Mencionó a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, armó una mesa técnica para avanzar en el proyecto de ley de las 40 horas laborales. ¿Cree que pueda salir pronto éste?

- Yo he sido especialmente colaborador con la iniciativa de las 40 horas, y no sólo colaborador con el proyecto inicial, sino que también soy autor de una iniciativa que avanza en la misma dirección, pero que también incorpora otros elementos. Yo creo que el debate respecto de cómo conciliamos el tiempo del trabajo con el tiempo de descanso y la familia se hace hoy día imperativo y fundamental, sobre todo cuando la pandemia que se nos viene encima va a ser la de la salud mental, y para cuidar la salud mental necesitamos conciliar de mejor manera esos aspectos. Hoy día tenemos una jornada laboral extensa en Chile que impide muchas veces que tengamos buenas relaciones familiares, buenos tiempos de descanso y por lo tanto, una calidad de vida. Creo que eso se puede cambiar con responsabilidad, se puede mejorar con gradualidad, como lo han hecho los países desarrollados en el mundo y también entender que si reducimos las jornadas laborales, hay que tener un cambio cultural donde entendamos que esas menos horas laborales tienen que ser efectivamente más productivas. Eso va a generar un círculo virtuoso, donde no solamente va a ganar el trabajador, sino que también va a ganar el empleador y la economía de nuestro país. Ahora bien, creo que las jornadas laborales no pueden ser rígidas, dadas las nuevas formas de trabajo que se han ido incorporando. Hoy día tenemos el teletrabajo, tenemos otro tipo de relaciones laborales a propósito del avance de las tecnologías y las nuevas formas de relacionarnos en nuestras distintas labores, eso plantea desafíos también a la legislación laboral. Nosotros hemos planteado por ejemplo, que también se evalúa la posibilidad de incorporar una semana laboral alternativa de 4x3, que es un proyecto que nosotros presentamos en conjunto con las rebajas a la jornada laboral hace unos años atrás, está hoy día radicado en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados y Diputadas, y que yo creo que complementa de muy buena manera la reducción de la jornada, en la medida que entrega al trabajador la posibilidad de concentrar esas menos horas en menos días, pero al mismo tiempo alargando los fines de semana y por lo tanto, los días y el tiempo de descanso, que sea una alternativa que esté sobre la mesa para que se pueda aplicar en algunos tipos de relaciones laborales y en algunos sectores que han ido generando condiciones no solamente de reducción de jornada, sino que también de mayor flexibilidad. Una flexibilidad que sea siempre protegida y pro trabajador, con más y mejores derechos laborales para los trabajadores.

Política y convención

- Por otra parte, ¿usted cree que se puede lograr formar una sola coalición como dijo el Presidente Boric en la reunión de Cerro Castillo? ¿Va a ser difícil hacerlo, hay confianza para hacerlo?

- Lo que se señaló en el cónclave, por parte de algunos parlamentarios, y se ve que también en el propio Presidente Boric, fue que era el ideal transitar hacia allá en algún momento y todos entendemos que hoy día estamos en un proceso de consolidación de un gobierno sobre la base de dos coaliciones, una coalición que es Apruebo Dignidad y otra que es lo que hoy día llamamos el Socialismo Democrático. Estas dos coaliciones tienen que terminar, primero, de cuajar entre sí y de consolidarse, de tomar forma, cuerpo, contenido y a partir de ahí generar un diálogo entre ellas. Yo creo que para Chile y para el gobierno es muy bueno que exista una coalición socialdemócrata fuerte, robusta, y creo que hoy día nuestro primer deber como sector es reagruparnos entre el socialismo, el PPD, el Partido Liberal, los radicales y muchos independientes, para consolidar ese proyecto político; y a partir de ahí tener permanentes vasos comunicantes con Apruebo Dignidad para la construcción de las confianzas que se requieren y del trabajo colectivo que se necesita para avanzar en la posibilidad de tener una sola coalición. Eso yo lo veo más bien lejano, creo que es un proceso de construcción lenta, que se tiene que ir cocinando a fuego lento y veremos si es posible construir.

- También hay que ser honestos, a lo mejor no resulta simplemente...

- Así es.

- En una entrevista que dio a La Tercera, hablando de la Convención Constitucional, dijo que "el tránsito a un nuevo sistema político no puede ser un traje a la medida de nadie, menos de quienes están redactando la Constitución". ¿A qué se refiere exactamente y qué le parece el trabajo que está llevando la Convención en torno a lo que sería el futuro Congreso?

- Nosotros hemos sido muy respetuosos de la autonomía de la Convención Constitucional. Somos especialmente colaboradores del proceso constituyente como Cámara de Diputados y Diputadas, institucionalmente hemos cumplido un rol de apoyo y de colaboración permanente y fundamental, y al mismo tiempo también queremos garantizar o colaborar a garantizar que el proceso constituyente sea exitoso, porque este es el camino de salida institucional que Chile eligió para una crisis social muy profunda. Cuando hay una crisis social muy profunda, se requiere efectivamente que ese camino de salida institucional llegue a buen puerto, para que se produzcan los cambios que la gente espera y que esos cambios sean positivos para el país, la ciudadanía, nuestra democracia y las instituciones. Sobre esa base nosotros siempre tendremos una actitud de colaboración, de respeto y de apoyo al trabajo de la Convención, pero al mismo tiempo creemos que es legítimo opinar en una democracia y que sea sobre la base del respeto mutuo y una crítica constructiva. Desde esa perspectiva, también hemos visto con algo de preocupación algunas cosas que están generando incerteza a la ciudadanía o que pueden, según algunos, generar niveles de inestabilidad institucional. Nosotros creemos que desde esa perspectiva es importante que la Convención asegure que todas las normas que se van a establecer para cambios estructurales, del punto de vista de la nueva institucionalidad política, el que se ha denominado el nuevo sistema político, tengan reglas justas y claras. Eso da garantía a todos, se necesita certeza jurídica de lo que se está haciendo, porque obviamente que todo genera implicancias políticas y culturales, que repercuten también en el quehacer institucional de nuestro país, y yo creo que si estamos en medio de un proceso de transformaciones sociales, que yo comparto y apoyo con decisión, esas transformaciones sociales sólo van a ser sostenibles en el tiempo en la medida que vayan también acompañadas de certezas, de seguridad y de estabilidad. Para que haya certeza, seguridad y estabilidad, se requiere que las instituciones sobre las cuales descansa nuestra democracia no sean debilitadas ni socavadas, sino que sean fortalecidas, cambiadas, mejoradas, pero que sean fortalecidas. Eso es lo que nosotros hemos estado señalando en estos días, sabemos que hay un proceso donde muchas normas están en construcción y esperamos que, por tanto, en los debates y procesos legislativos que vengan, se pueda garantizar esa justicia, esa claridad y también la imparcialidad que requiere un proceso de construcción de normas; por ejemplo, en materia política y electoral, cuando los propios convencionales también eventualmente podrán ser incumbentes el día de mañana.

- ¿Considera que hay ambiciones de poder por parte de algunos convencionales?

- Espero que no, porque si así fuera es preocupante. Cuando un sistema político que se crea en el marco de una nueva Constitución no puede ser un traje a la medida de nadie, me refiero justamente a aquello. Lo que queremos es que los que salga de ahí, que esa propuesta tenga legitimidad, que no tenga ningún vicio, que no tenga ningún problema de origen, como podría serlo el interés de los propios redactores de la Constitución.

- ¿No teme, a veces, que haya un rechazo a este nuevo texto constitucional?

- Yo sigo siendo optimista, creo que finalmente va a primar el sentido republicano y de responsabilidad, y finalmente se va a ofrecer un texto que sea lo mejor posible pensando en Chile y no en intereses particulares; y que eso garantice también un buen resultado en este proceso. Nosotros queremos un nuevo Chile, pero un Chile que genere mayor justicia social, en que el Estado cumpla un rol protagónico al garantizar derechos sociales para toda la población, pero al mismo tiempo no queremos un Chile con incertezas, inseguridad e inestabilidad, y esos son factores que deben, sin duda, estar presentes también para que este cambio que se está produciendo ahora, tenga sostenibilidad. No queremos que sea algo que quede ahí, como castillos que se construyen en el aire, y para eso tenemos que todos colaborar para el éxito del proceso. Espero que finalmente el trabajo concluya de buena forma y finalmente podamos aprobar la nueva Constitución para ese nuevo Chile, pero todas estas cosas que quedan un poco ahí, en la incertidumbre, tendrán que verse. 2

Es importante que la Convención asegure que todas las normas que se van a establecer para cambios estructurales, del punto de vista de la nueva institucionalidad política, el que se ha denominado el nuevo sistema político, tengan reglas justas y claras. Eso da garantías a todos".

Estamos trabajando en una propuesta (...) donde lo que queremos justamente es impulsar una serie de iniciativas que contribuyan a cambiar la imagen y a abrir un poco las puertas de este Congreso, que a veces parece poco ensimismado, encerrado y que pueda conectar nuevamente con las necesidades y los intereses de la ciudadanía".

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