Últimos cambios a estrategia sanitaria
El Ministerio de Salud definió modificaciones al plan Paso a Paso, así como el término de la obligación de usar mascarilla en zonas abiertas. Más allá del fondo al que apuntan los cambios, hubo serias deficiencias en la forma que fueron informados, un fallo que la gestión anterior del Minsal rectificó a tiempo para mejorar la aceptación de las medidas en la gente.
El Gobierno anunció ayer una serie de cambios mayores a la estrategia sanitaria contra el covid-19. Según explicó la ministra de Salud, María Begoña Yarza, el actual sistema de fases que orienta al plan Paso a Paso será reemplazado el 14 de abril, a las 5 de la mañana, por uno de escenarios de riesgo, distinguidos por los colores del semáforo -rojo para el más riesgoso, amarillo para el intermedio y verde para el que permite mayor apertura-, cuya aplicación se hará sobre zonas geográficas específicas, sean comunas, regiones o territorios más pequeños, según lo determinen las condiciones de contagio y la presión sobre la infraestructura hospitalaria.
La misma autoridad confirmó que la próxima semana también se anunciarán modificaciones al plan Fronteras Protegidas -quizás el fin del PCR de entrada a turistas-, con el objetivo global de enfrentar una nueva fase de la pandemia, una que permite proyectar las mejores condiciones de normalidad desde marzo de 2020, cuando llegó el coronavirus al país.
Aunque puedan ser correctos en el fondo que persiguen, los cambios no fueron del todo bien comunicados y poco después del anuncio varios especialistas y autoridades expusieron sus inquietudes sobre cómo se aplicarán los nuevos criterios, cuándo se informarán las decisiones sobre los cambios de fase, cómo se delimitarán las zonas geográficas afectadas y, más preocupante aún, cómo impactan las nuevas reglas los protocolos vigentes en los colegios.
Aún mayor alarma genera el hecho de que toda esta reformulación quedó eclipsada por la decisión que pone fin a la exigencia de uso de mascarilla en lugares públicos, quizás una de las decisiones más esperadas por la ciudadanía, pese a que no genera una opinión unánime entre los especialistas. Ejemplo de esto último son las opiniones dispares expresadas por el presidente del Colegio Médico de Valparaíso, Ignacio de la Torre, quien apoya la medida y la justifica en los bajos índices de contagio que viven la zona y el país en general, y la del jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, Gonzalo Wilson, quien aseguró en estas mismas páginas que "el nivel del virus circulante no hace todavía apropiado el poder tomar la decisión de levantar el uso obligatorio de la mascarilla, aunque sea en espacios abiertos". La pregunta instalada es quién esperará hasta el próximo 14 de abril para dejar de usar mascarilla en lugares públicos. Como lo aprendió a punta de críticas el gobierno anterior, en periodos de pandemia se debe cuidar de forma excepcional la comunicación de riesgos y la información sobre los cambios deben abarcar mucho más allá de la cartera de Salud, para involucrar también a gobiernos regionales y municipios. Nada de eso parece haber ocurrido ayer, en otro signo preocupante sobre el manejo de la pandemia, luego del quiebre de stocks de vacunas ocurrido hace unas semanas.