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LA PELOTA NO SE MANCHA Castrilli: Sin pito que tocar

POR WINSTON POR WINSTON
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Apenas se conoció la noticia del despido del Javier Castrilli, un amigo me escribió para decirme que este era un tema que yo había anunciado hace mucho tiempo. Mi fiel lector me dijo: "Tenías toda la razón, ese argentino, además de chanta, era un ladrón". Ahí lo tuve que parar: "Disculpa, nunca escribí eso último" y la verdad es que tampoco lo creo ahora, pese a todo lo que se ha mencionado sobre el tema.

Aunque la salida del Sheriff me parece razonable, porque creo que nunca debió haber llegado a Chile, la forma me pareció muy rara. Hay dos periodistas, a quienes respeto mucho, que se han empecinado con el tema del penal en Las Higueras. "Fíjate en la camiseta" es la frase que ha provocado una avalancha de comentarios y que ha terminado con Castrilli cruzando la cordillera. Sin embargo, y más allá de las dobles interpretaciones, si vamos a la jugada, el defensor de Copiapó le tira la camiseta al de Huachipato, por lo tanto, lo curioso hubiese sido que le dijera: "Fíjate en las orejas, las pestañas o en las amígdalas". Lo otro, ese gesto es parte fundamental de la jugada para determinar si fue o no penal. No le buscaría la quinta pato al gato ni trataría de ver debajo del agua.

Volviendo al tema general, el cliché que uno escucha siempre es que en Chile los árbitros pueden ser malos, pero no corruptos. ¿Por qué no? ¿Qué raro beneficio le pudo haber caído del cielo a nuestro país como para que así fuera? En el arbitraje, como en todos los ámbitos de la vida, hay árbitros corruptos, como también hay jugadores, dirigentes y hasta periodistas que por un puñado de monedas han preferido traicionar su vocación y profesión (A 10 "luquitas" la columna laudatoria).

Si olvidamos esto, es porque uno peca de ingenuo o no quiere notar la realidad para seguir disfrutando con la inocencia del hincha el torneo nacional. Sin embargo, si quiere dejar que "le vean la cara", métase en Netflix y revise la serie Juego Sucio y, en específico, el capítulo: "Veccia Ladrona" en la que aparece todos los "chanchullinis" que utilizó la Juventus para conseguir la victoria en la temporada 2004-2005.

En este documental, queda en evidencia que el cobro o no cobro de un penal es apenas la punta del iceberg de cómo un alto dirigente puede influir en el resultado. Antes de eso hay que pasar por las designaciones de los árbitros, sorteos truchos, la cantidad de amarillas que le muestran a los rivales en los partidos anteriores y el manejo mismo del partido. Se trata de una larga cadena de asquerosidades hasta llegar al encuentro deportivo. En el fútbol, como en los grandes negocios, es mucho el dinero sucio que está en juego como para que todos se mantengan limpios.

De la misma forma que nadie me "pescó" cuando encendí las alarmas con la llegada del otrora juez de hierro, a Reinaldo Sánchez también lo ignoraron cuando informó que un par de personas lo fueron a visitar a su parcela para ofrecer, a cambio de dinero (hoy día hubiese sido más efectivo un par de botellas de aceite), influir en las acciones del VAR a favor de Santiago Wanderers. A la mayoría le pareció que estaba chochando, pero ahora nos damos cuentas de que hablaba en serio.

Finalmente, lo más seguro es que esta ola de denuncias y diligencias incriminatorias se acabe pronto, cuando los principales clubes, sus dirigentes y los mismos referees se percaten de que pueden terminar destapando una caja de pandora. ¿Cuántos títulos, triunfos, penales, tarjetas y off side falsos se han cobrado por mandato del dinero y su poderosa red de influencias? Mejor no saberlo, sigamos soñando con que los árbitros chilenos son malos, pero jamás corruptos.