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la restricción vehicular, depende de cómo se implemente. Pero si uno lo hace como se hizo en Santiago hace 25 años, lo que uno logra es que efectivamente en el corto plazo reduce el tráfico y tiene la sensación de que lo hiciste súper bien, pero lo que estás incubando es que las personas empiezan a pensar, sobre todo las de altos ingresos, en que comprarse un segundo auto para no sufrir la restricción. Además, un auto que como se usa poco, no es tan bueno como el otro. A lo mejor más viejo, y ese auto eventualmente hay otra persona en el núcleo familiar que termina usándolo y hemos empeorado el sistema en vez de lograr el efecto que queríamos. Por eso es que mi reacción es que las voces que claman por restricción, qué bueno que reconocen que la solución pasa por incomodarlos, qué bueno reconocer que la solución no puede pasar por la pretensión de los automovilistas de viajar todos los días en las condiciones en que están viajando. Y ahí hay algunas medidas que por ejemplo propuso el ministro Gómez Lobo que me parece interesante, que estoy seguro que habrá gente que no le gusta, pero a mí sí, y que es implementar restricción, pero permitiendo que las personas que tienen posibilidad puedan pagar por usar el automóviles esos días que no puede, y esos recursos destinarlos a un mejor transporte colectivo. Eso tiene la gracias de que evita la compra del segundo vehículo y por lo tanto no genera esa inflación por el tráfico por parte de esta política y al mismo tiempo genera recursos para el transporte colectivo y reduce un poco el tráfico. Otra medida es la distribución del espacio vial. Tú caminas por las calles de Chile y la sensación que uno tiene que las calles están hechas para que los autos puedan circular sin problemas, cuando en realidad en la hora punta, que es cuando se mide la capacidad de las vías, es justo el modo más ineficiente de todos desde el punto de vista social, y por lo tanto lo que debiéramos ver es cómo destinamos parte del espacio vial a los otros modos, los buses, a buenas caminatas y ciclovías. Cuando comenzamos a traspasar esos espacios a esos modos pasa algo interesante, que los automovilistas van a decir, "chuta, tengo menos espacio ahora, el taco va a ser más grande", pero va a pasar un bus al lado tuyo más rápido o va a ver algunas personas que van a decir, a lo mejor hacer lo correcto y beneficio para todos es también beneficioso para mí y me empiezo a mover a los otros modos de transporte.
- En el plan de reactivación se anunció el congelamiento de las tarifas del transporte público. En algún momento la cifra deberá sincerarse y habrá un alza tal vez grande. ¿Qué se piensa para ese momento?
- Esto es un tema que me gustaría ir un paso atrás. El congelamiento de las tarifas que anunció el Presidente Boric es interesante, porque permite en un período de reactivación económica identificar una medida que logra aplicarse en los sistemas de ciudades reguladas, que es muy fácil de implementar. Porque tú tienes la regulación, la posibilidad de dar un beneficio sin ninguna postulación, sin trámites, y eso es muy atractivo. Además, es una medida que beneficia directamente el bolsillo de personas que normalmente son de estrato medio y bajo, por lo tanto es una medida progresiva, buena, fácil de implementar. Ahora bien, es importante decir que sólo lo podemos hacer en aquellas ciudades en las que tenemos sistema regulado, donde podemos controlar al operador con la tarifa que cobra. Respecto del costo, efectivamente este es un compromiso solo por el 2022 y nosotros esperamos que en el 2023 la tarifa tienda a ir normalizándose para poder ir calzando de mejor manera los costos e ingresos de cada sistema (...). La gente debe entender que a contar del próximo año las tarifas se tienen que comenzar a normalizar.
Dificultades del tren
- ¿El tren es unan prioridad para usted?
- Hay consenso de que es un modo de transporte que tenemos que promover y que también lo tenemos que hacer de forma gradual. Más que salir mañana a anunciar un tren Santiago-Puerto Montt, lo que hay que hacer es de a poco avanzar en que las grandes ciudades del país puedan tener trenes de cercanía. Hoy tenemos un estupendo ejemplo con Santiago-Rancagua-Nos, y de a poco hemos ido avanzando con una mayor frecuencia a San Fernando, otro poco a Chillán. Vamos a ir avanzando al de Santiago-Melipilla y esperamos iniciar pronto obras en Santiago-Batuco, asimismo en Temuco, con un tren de cercanía a Lautaro, o Puerto Montt-Puerto Varas o hasta Llanquihue. Son proyectos que requieren una inversión importante, pero que si logran captar la demanda esperada tienen impactos sociales muy grandes también. Hay hartas razones para pensar que el avance del ferrocarril es algo atractivo, pero tenemos que ser súper responsables en los pasos que vamos a dar.
- ¿Y Santiago-Valparaíso?
- Ese es un proyecto difícil y quiero explicarlo. Para que puedan operar los trenes necesitan que la pendiente no supere un determinado porcentaje. Cuando la pendiente es más pronunciada el ferrocarril se inhabilita como tecnología y la bajada que tenemos a Valparaíso y Viña del Mar es muy pronunciada e impide llegar con el tren plenamente. Si uno quisiera llegar de forma directa, que es el ideal, uno debe ejecutar obras civiles muy complejas y costosas, como túneles. Lo otro es irse por el norte, por Limache, que es la vuelta larga por Tiltil… pero no es la idea. Tenemos que ser creativos, pero tenemos que ver si la rentabilidad social da.
- En cuanto a las Telecomunicaciones, estamos bombardeados con anuncios del 5G, pero hay muchas zonas del país donde ni siquiera hay 4G. ¿Cómo se arregla esto?
- Es increíble, porque las telecomunicaciones han pasado de ser un bien de elite a un servicio básico. Estamos trabajando en un proyecto de ley que trabaja en ese sentido para llegar de buena forma a un buen estándar en todos los rincones del país, no sólo en esa línea, sino poder llegar con una buena conectividad a través de fibra óptica nacional y llegar a los principales centros urbanos y luego de ahí llegar a zonas donde hay menos accesibilidad. Estamos haciendo el esfuerzo. El 5G se licitó en forma muy exitosa no sólo cubriendo de buena forma el espectro y la cobertura, sino que además las empresas pagaron, y muy bien, por tener ese derecho. Hay un despliegue del 5G que no ocurre de un día para otro. Hay que ir poniendo estos emisores en las antenas y las empresas tienen compromisos de hacerlo oportunamente.
"Me parece interesante (...) implementar restricción, pero permitiendo que las personas que tienen posibilidad puedan pagar por usar el automóviles esos días que no puede, y esos recursos destinarlos a un mejor transporte colectivo (...) Otra medida es la distribución del espacio vial".