LA TRIBUNA DEL LECTOR Cayetana Álvarez de Toledo y la Constitución Disolvente
POR FRANCISCO ORREGO BAUZÁ, ABOGADO
Su visita a Chile fue breve, pero fecunda. Cayetana Álvarez de Toledo, diputada española y ex vocera del Partido Popular (PP), no deja a nadie indiferente; ni a partidarios ni detractores. Su viaje a Chile y Argentina para presentar su libro autobiográfico Políticamente Indeseable, ocurre en un momento muy especial para nuestro país: no sólo se debate un nuevo texto constitucional, sino que también se cuestiona un modelo que ha sido exitoso, a pesar de sus falencias. Un modelo de sociedad basado en la democracia y la libertad como valores supremos.
Inteligente. Provocadora. Directa. Clara. Valiente. Estos son sólo algunos de los atributos de Cayetana. Ella no tiene pelos en la lengua para responsabilizar a los sectores de izquierda y derecha por haber entregado la Constitución vigente como una especie de ofrenda a los dioses. Asigna a la izquierda chilena motivos puramente oportunistas y electorales para avalar esta ruptura estructural, mientras que a la derecha les atribuye miedo y renuncia frente a la violencia. El devenir de un descontento coyuntural en una ruptura estructural del sistema es lo que ella juzga como algo irresponsable, peligroso y exclusivo de Chile. De ahí, el interés de muchos países, entre ellos España, que observan nuestro proceso constituyente con especial atención y cuidado. Nadie quiere repetir la experiencia chilena. Menos saltar al vacío, como bien nos recuerda Cayetana.
Como respuesta al estallido social y como una manera de romper con el pasado, Cayetana nos enrostra dolorosamente a los chilenos haber tirado la Constitución por la borda, sin un plan concreto para reemplazarla. Su temor sobre generar un texto constitucional que divida a los chilenos y desintegre al país se está convirtiendo en realidad y las últimas encuestas así lo evidencian. No en vano Cayetana afirmó que "Chile ha pasado de ser un modelo a ser un escaparate de ruptura". Touché. Resulta particularmente frustrante para millones de chilenos haber pasado de ser un ejemplo y modelo de democracia en Latinoamérica, a un modelo que es visto como el antimodelo, para usar las palabras de Cayetana.
Que Cayetana nos advierta que la Convención Constitucional es disolvente en vez de constituyente, nos debería servir de llamado de atención sobre la forma en que se está desenvolviendo el proceso constitucional. Su visión de un texto constitucional que busca unir a los chilenos en un proyecto común, no se cumple en el caso chileno. En lugar de ello, la Convención se centra en buscar y potenciar las diferencias entre chilenos, al recoger principios o conceptos como la plurinacionalidad. Tiene razón Cayetana cuando afirma que Chile es una sola nación, compuesta por muchas culturas, al igual que el estado Español. Y advierte sobre los riesgos del separatismo: el conflicto y la confrontación, lo que lo una bomba de tiempo.
Próximo a concluir su mandato, para una amplia mayoría de chilenos el proceso constituyente ya fracasó. El sentimiento generalizado es que "no era esto lo que yo quería", lo que refleja el grave distanciamiento entre las expectativas iniciales de los chilenos y el golpe de realidad que implica el texto que se está redactado. No siendo un tema de derechas e izquierdas, sino que de demócratas versus totalitarios, Cayetana invita a nuestros jóvenes para redoblar la apuesta redactando una nueva Constitución.
Finalmente, y en complemento a Cayetana: para hacer una nueva pero buena Constitución que genere unidad, paz y progreso.