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El talón de Aquiles

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La encuesta Pulso Ciudadano mostró que el segundo problema más relevante para los consultados es precisamente la delincuencia -luego de la inflación-, casi con un 40% de las menciones. Aquello debiera dar pie al acuerdo nacional que está pidiendo el Presidente Boric en torno a la solución de esta temática.".

Esta semana, mientras se imprimían las portadas de los principales medios, en los que -unánimemente- se hacía referencia al anuncio en seguridad pública del gobierno de Gabriel Boric y el reforzamiento de la presencia policial en algunas zonas, el carabinero de 23 años, Breant Rivas, era abatido a balazos en la región de Ñuble, en una muestra más de la violencia que se vive en Chile.

El Presidente lo sabe. Y está consciente de que la situación no da para más. De hecho, desde Magallanes -donde se encontraba de gira- fue tajante: "No podemos seguir permitiendo esta violencia, no podemos seguir permitiendo este descontrol de armas ni de delincuentes", dijo con tono duro, a la vez que convocó a todos los sectores políticos a ser parte de un "gran acuerdo nacional" en materia de seguridad.

En paralelo, los medios informaban de la decisión del Ejecutivo de redestinar fuerzas policiales para reforzar el combate a la delincuencia en 17 comunas, lo que se materializará con la reasignación de alrededor de 700 carabineros en las zonas más rojas del país.

Aquello, solo unas semanas después de que el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, advirtiera -bastante lejos de enviar un mensaje tranquilizador- que "Chile enfrenta el peor momento para la seguridad que ha vivido el país desde el retorno a la democracia".

Todo lo anterior sucede además en momentos en que las páginas policiales han debido aumentar considerablemente. Solo esta semana, además del asesinato al funcionario policial, nos "nutrimos" de situaciones dignas del "Viejo Oeste" -con videos que se repetían una y otra vez en redes sociales y en los noticieros-, como el enfrentamiento a balazos en el Barrio Meiggs, en una especie de tierra de nadie, que terminaron impactando gravemente a la periodista Francisca Sandoval.

Y en la región no estamos alejados de esta realidad. En estos días también, un joven apareció golpeado y maniatado dentro de un refrigerador en Quilpué, pocos días después de que un hombre asesinara a tiros a dos personas cerca de El Belloto. En el mismo corto periodo, Olmué quedó conmocionado con el homicidio a puñaladas de un chico de 18 años que esperaba micro y, mientras escribía esta columna, nuevamente un hombre fue baleado en Valparaíso, la madrugada del viernes.

Los números también dan cuenta de esta compleja situación que vive el país y que no se había visto con esta intensidad y sistematicidad en la historia reciente de Chile. ¿Es culpa del gobierno? Ciertamente, no. Es imposible pensar que un fenómeno que se viene gestando al menos durante los último diez años, sea solucionado en dos meses. ¿Es responsabilidad del Ejecutivo? Sí, porque es momento de utilizar precisamente la juventud y dinamismo de esta nueva camada de dirigentes políticos para dar una vuelta de tuerca, pensar en nuevas y creativas formas de enfrentar la crisis, de manera de no continuar con las mismas medidas que claramente no funcionan.

De hecho, si bien la redestinación de carabineros podrá ayudar en el control de la situación, esto no será suficiente. El poder de fuego que han demostrado tener los delincuentes es una muestra clara de que ya el uso de las armas no es prerrogativa exclusiva de las fuerzas de orden. Además, la delincuencia no es un fenómeno estático. Se mueve. Cambia de comunas con facilidad y también de estrategias. Y eso lo tienen claro también los alcaldes, muchos de los cuales -en nuestra región- pusieron ya las alarmas respecto de la centralización de la medida en Valparaíso, en circunstancias que la violencia y el uso de armamento ha aumentado en todas las zonas.

Esta semana la encuesta Pulso Ciudadano mostró que el segundo problema más relevante para los consultados es precisamente la delincuencia -luego de la inflación-, casi con un 40% de las menciones. Aquello debiera dar pie al acuerdo nacional que está pidiendo el Presidente Boric en torno a la solución de esta temática. Pero, hasta ahora, la clase dirigente, partiendo por el propio Mandatario, ha dado señales contradictorias respecto de esta mano dura contra la violencia. Si bien "otra cosa es con guitarra", como reza el dicho, se debe generar un relato común y que comulgue con medidas concretas y factibles.

Para que un acuerdo en contra de la violencia no se convierta solo en un bonito slogan -como el terminar con la puerta giratoria de tiempos pasados-, el discurso de la élite política e intelectual deberá ser claro y de una sola línea. De lo contrario, se convertirá -junto a la delincuencia- en el talón de Aquiles del Presidente Boric. 2

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Pinches nazis

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El 29 de abril de 1945, Eva Braun y Adolfo Hitler contrajeron matrimonio en una sencilla ceremonia donde solo estuvo presente el alto mando. Se juraron amor hasta que la muerte los separara, hecho que se produjo al día siguiente".

La noticia me llegó tarde, pero no dejó de sorprenderme. En México, la tierra de Zapata, Pancho Villa, Porfirio Díaz, Frida Khalo, el Chavo del 8 y Chicharito (Luis Miguel nació en Puerto Rico), una pareja celebró un matrimonio disfrazados de Adolf Hitler y Eva Braun.

Sí, tal como lo leyó. Aprovechando la conmemoración del matrimonio de Hitler con Braun, decidieron contraer nupcias el mismo día, vistiendo de la misma forma como lo hizo la pareja nazi.

Más allá de las aprensiones y desagrado que le pueda producir el nazismo, hay un hecho objetivo: la vestimenta de los oficiales alemanes de la Segunda Guerra Mundial, más allá de la repulsión que nos genera por las atrocidades que cometieron, tiene un estilo particular. Y esa facha no es casual.

La historia se remonta a inicios de la década del 30, en el momento en que el sastre alemán Hugo Ferdinand Boss se enlistó en el partido nazi. El ímpetu de Hitler, la majestuosidad de los espectáculos masivos y la sed de revancha, luego del Tratado de Versalles que humilló a los alemanes, transformó a Boss, como a miles de sus compatriotas, en un blanco fácil para ser captado por este movimiento totalitario.

Dos años después de su incorporación, Boss fusionó su gusto político con su talento por la alta costura y empezó a confeccionar los uniformes de los Schutzstaffel, más conocida como la temible SS.

Dado el impacto estético que causaron estos oficiales, no es extraño que luego se hayan agregado otras divisiones a la lista de clientes de Boss, haciendo cada vez más próspero su negocio. Ya para 1935 el sastre se olvidó del mundo civil y dedicó toda su producción a los muchachos de Hitler. Y es que una sola división podía llegar a tener ocho uniformes distintos.

La historia de Boss comienza a oscurecerse tras la ocupación de Polonia, que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. Además de la falta de telas para la producción de los uniformes, se sumó la escasez de trabajadores que suplió, de forma trágica, con prisioneros de los campos de concentración.

Terminado el conflicto y destapada la ola de atrocidades cometidas por los nazis, Boss, al igual que muchos colaboracionistas con el régimen de Hitler, pasó a ser un personaje indeseable hasta su fallecimiento en 1948. Fueron sus descendientes los que dejaron atrás este pasado sombrío para transformar la marca en un símbolo de hombres de negocios y éxito económico.

Ahora, si lo que le interesaba a la pareja mexicana era emular la relación entre Eva Braun y Adolf Hitler, tengo la sensación de que llegaron tarde a la repartición de modelos. Y es que se trató de una relación que tuvo poco de idílica. Eva conoció al Führer cuando ella tenía apenas 18 años, mientras que Hitler ya era un caballero de cuatro décadas. Una vez que el líder nazi alcanzó el poder, este se hizo inalcanzable para Eva, lo que la llevó a sufrir una profunda depresión. Sus biógrafos registran dos intentos de suicidio como una forma desesperada por llamar su atención.

Una vez que se inició la guerra, el contacto entre ambos se hizo cada vez más esporádico. Braun vivía aislada en las montañas de Obersalzberg, mientras que Hitler estaba ensimismado analizando sus éxitos y fracasos en el frente de batalla.

En 1945, la situación cambió para Alemania y para la pareja, que se trasladó al búnker del alto mando en Berlín. Asumiendo que el final estaba cerca, los últimos días antes de la ocupación comunista los pasaron planeando la forma de quitarse la vida.

El 29 de abril de 1945, Eva Braun y Adolfo Hitler contrajeron matrimonio en una sencilla ceremonia donde solo estuvo presente el alto mando. Se juraron amor hasta que la muerte los separara, hecho que se produjo al día siguiente. El plan era que ambos se dispararan, después de tomar el veneno, con el fin de asegurarse de que no los habían engañado. Solo Hitler pudo hacerlo, para Eva bastó con el cianuro. Siguiendo las estrictas instrucciones que dejó el Führer, los soldados sacaron los cuerpos de la pareja y los quemaron para evitar que fueran vejados, una luna de miel bastante atípica.

A partir de estos antecedentes y más allá de la supuesta admiración que ha mostrado la pareja mexicana, cuesta tener una explicación lógica para comprender su matrimonio, que no sea la de la ignorancia o el mal gusto. Esperemos que enmienden el rumbo, antes de tener un final tan trágico como el modelo de su inspiración.2

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