Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Espectáculos
TENDENCIAS

La yerba mate resiste la inflación en Argentina y se usa para suplir comidas

TRADICIÓN. La pandemia obligó a consumir individualmente lo que antes se compartía y la crisis económica ha impulsado a destinar recursos públicos para no dejar sin mate a la población vulnerable. Además, los futbolistas pusieron de moda en todo el mundo beber la yerba.
E-mail Compartir

Agencias

La aceleración de la inflación no socava el consumo de yerba mate en Argentina, un producto tan arraigado a la cultura que se benefició con el encierro por la pandemia de covid-19 y que resiste el aumento de la pobreza, ya que la bebida también se utiliza para reemplazar comidas.

"El mate resiste culturalmente", con una penetración del 94% en los hogares, contó a Efe el gerente Comercial de la yerba CBSé, Gustavo Redondo, por lo que atraviesa invicto las crisis que padece Argentina, incluyendo la actual con una inflación que se aceleró al 58% en abril último y una pobreza cercana al 40%.

El consumo de mate alcanzó un récord histórico de 282,8 millones de kilogramos en 2021, cuando se pasó a consumir de 5,9 a 6,17 kilogramos por persona, y subió 1,5 % interanual en el primer trimestre de este año, según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

Sentirse "lleno"

Uno de los motores de crecimiento del consumo es que la gente que ve deteriorado su ingreso lo usa para reemplazar una comida: el mate genera la sensación de "sentirse lleno".

"Mucha gente ha sustituido un almuerzo o una cena con mates con alfajor, en el mejor de los casos, bizcochos de grasa o galletitas. Hacen una comida fuerte, o a la noche o al mediodía, y después lo reemplazan también con el mate cocido", explicó Redondo, al destacar las "bondades antioxidantes y energizantes" de la yerba mate.

De hecho, la yerba es uno de los productos de las cajas de alimentos ("bolsones") que reparte el Estado para mitigar la pobreza y el mes pasado el Gobierno anunció que destinará 643,3 millones de pesos (5,45 millones de dólares) a la compra de yerba para "atender a la población en situación de vulnerabilidad".

La inflación no resiente la cultura del mate, pero lo que sí hacen los argentinos es buscar una marca más barata, en un mercado con más de 200 etiquetas. "Hay que seguir construyendo marca", explicó Redondo, respecto de trabajar en el sabor, la presentación y la calidad. "A veces tenés que ser mejor que antes para que (el consumidor) no te cambie por diez pesos", asegura.

Gourmet

La tradición de tomar mate incluye compartirlo con amigos, acompañar a los estudiantes o a los trabajadores, además de tomarlo después de comer, y para beberlo se usa una bombilla que por lo general suele ser de alpaca, acero o plata, que filtra la yerba del líquido.

El encierro y el trabajar desde casa por la pandemia de covid-19 ayudaron a incrementar las colaciones y por lo tanto el consumo de mate, así como la obligación de tomar en forma individual para evitar que compartirlo genere contagios de coronavirus.

Si bien el consumo de yerba mate creció, bajó el de la yerba común al 68% del mercado, según dijo Redondo, mientras que casi el 15% es de yerbas compuestas y saborizadas, un 10% es de yerbas suaves y subió a un 7 a 8% el de yerba premium.

Con "la explosión de lo gourmet", que la "gente empezó a cocinar en su casa" y la preferencia por sabores diferentes de los jóvenes de 18 o 19 años hizo efecto en CBSé, que solo vende yerbas compuestas, saborizadas y premium y está posicionada tercera en el mercado, contó Redondo.

Ahora es "cool"

Argentina es el principal productor y exportador en el mundo: en 2021 produjo 882,09 millones de kilos. "Los jugadores de fútbol nos han dado mucha mano, porque andan con su termo y lo pusieron de moda", contó Redondo: "Gracias a Antoine Griezmann, Lionel Messi y Luis Suárez, "es 'cool' tomar mate".