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SALUD

Viruela del Mono: qué es y cómo se transmite la enfermedad que ya está en tres países de europa

ENFERMEDAD. Reino Unido, España y Portugal fueron los primeros en reportar casos de "monkeypox", que está afectando a hombres que se identificaron como "homosexuales, bisexuales o que tienen relaciones con otros hombres".
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Agencias

Ya hay casos confirmados de la denominada viruela del mono en distintos países de Europa, en específico en Reino Unido, España y Portugal, pero se sospechas de muchos más contagiados con "monkeypox", todos de sexo masculino y con síntomas como erupciones en manos y cara, similar a la viruela, fiebre, mialgias y adenopatías.

En general la transmisión de la enfermedad se produce por vía respiratoria, pero en el caso de los españoles, y por las características de los 23 sospechosos de contraer esta viruela, apuntan a que fue por contacto con mucosas durante las relaciones sexuales, informó la Consejería de Sanidad madrileña.

Además, esta viruela del género Ortopoxvirus, es transmisible a través del contacto con animales o contacto próximo con personas infectadas (o con sus fluidos corporales, incluida la salida), así como también materiales contaminados, pero el patógeno no se contagia fácilmente entre personas, por lo que el riesgo para la población es bajo.

Las personas en estudio evolucionan positivamente y se encuentran aisladas en sus domicilios, aunque se debe mantener una vigilancia estrecha ya que pueden llegar a requerir ingreso hospitalario.

Los responsables de Salud Pública en España están a la espera del resultado de las pruebas de laboratorio y evaluando el papel de la vacuna de la viruela para el control de la transmisión, así como el uso de antivirales de ser necesarios.

También están realizando la investigación epidemiológica a los afectados e identificando a los posibles contactos.

Partió en reino unido

El pasado 15 de mayo el Reino Unido lanzó una alerta sanitaria a la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras detectar los cuatro primeros casos en Europa, que ahora suman siete en Gran Bretaña.

El primer confirmado se trata de una persona que había viajado recientemente a Nigeria, pero los demás aparecieron en Reino Unido y esto hace sospechar en que se produjeron por transmisión comunitaria.

En Portugal confirmaron, también ayer, cinco casos de esta viruela y la sospecha de 15 más, todos de la región de Lisboa y Valle del Tajo.

Producto de la aparición de los casos en Europa, la OMS anunció que buscará esclarecer, con la colaboración de Reino Unido, las razones de esta expansión, especialmente entre la comunidad homosexual.

Según la agencia británica de seguridad sanitaria, los contagiados detectados en ese país se identifican como "homosexuales, bisexuales u hombres que tienen relaciones con hombres".

Por otro lado, la OMS señaló que está "viendo transmisiones entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres", lo que es "una nueva información que debemos estudiar adecuadamente para comprender mejor la dinámica".

Desde la OMS, María van Kerkhove aclaró que están trabajando "muy estrechamente" con el centro europeo de control de enfermedades y en especial con la agencia británica para "evaluar la fuente de su infección" y hacer un "ejercicio de seguimiento".

Los primeros casos humanos de esta enfermedad, que no tiene tratamiento y se cura sola, se identificaron en el Congo en 1970 y aumentó en la última década en países de África occidental y central, que es donde suele aparecer.

OMS: El mundo tardará años en acabar con el covid, estamos igual que en 2019

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El covid-19 hizo que el mundo se replanteara su forma de afrontar las crisis sanitarias, pero los cambios son demasiado lentos y se tardará años tanto en acabar con esta enfermedad como en estar preparados para futuras amenazas, advierte la última gran evaluación global sobre la respuesta a la pandemia.

El tercer informe del panel independiente de expertos creado con el beneplácito de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para analizar la gestión de la pandemia, es pesimista: estamos igual de expuestos que antes de 2020.

"Si una nueva amenaza sanitaria surgiera este año, el mundo dependería de las mismas herramientas que tenía a finales de 2019", señaló la ex primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark, que encabezó el panel junto a la expresidenta de Liberia y premio Nobel de la Paz Ellen Johnson Sirleaf.

Falta de progresos

Al actual ritmo, y con el desvío de la atención que han causado nuevos desafíos como la guerra en Ucrania o la espiral inflacionaria, "podría tardarse años en lograr un fiable sistema internacional que pueda identificar y contener con rapidez una nueva amenaza pandémica, algo que puede aparecer en cualquier momento", afirmaron.

Las cifras ilustran bien esta falta de avances: en el año transcurrido desde que el panel emitiera sus primeras recomendaciones ha habido 352 millones de contagios de covid (el doble que los detectados antes de mayo de 2021) y 2,8 millones de muertes (casi el mismo número hasta entonces).

Una de las áreas más paralizantes ha sido la inequidad de reparto de las vacunas: mientras en los países de ingresos medios y altos el porcentaje de personas con al menos la primera pauta completa supera el 70%, en las naciones de bajos ingresos es de apenas el 12%.

"Año y medio después de lograr el asombroso descubrimiento de las vacunas contra la covid, 2.800 millones de personas en el planeta siguen esperando una primera dosis", alertó Joanne Liu, expresidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF).

El informe advierte que muchos países no alcanzarán la meta OMS de alcanzar 70% de personas vacunadas a mediados de este año, entre ellos naciones como México, Bolivia o Paraguay, todas las de África, gran parte del este europeo o gigantes como India y EEUU.

Los expertos piden además acortar que los países destinen anualmente entre 10.000 y 15.000 millones de dólares a programas de preparación para pandemias.

Los registros muestran que los árboles mueren el doble de rápido desde 1980

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Los árboles de los bosques tropicales de Australia están muriendo mucho más rápido desde la década de 1980, debido a los efectos del cambio climático. De hecho, su tasa de mortalidad se ha duplicado en los últimos 35 años, según un estudio internacional publicado en Nature.

Dirigido por el Smithsonian Envioronmental Reseach Center, la Universidad de Oxford, y el Instituto Nacional de Investigación para el Desarrollo Sostenible (IRD) de Francia, el estudio atribuye la mortalidad de los árboles al calentamiento global que incrementa el poder de desecación de la atmósfera.

Como consecuencia, los bosques se deterioran, pierden biomasa y parte de su capacidad para almacenar carbono, lo que, en conjunto, hace cada vez más difícil mantener las temperaturas máximas globales muy por debajo del objetivo de 2 °C, como establece el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Para hacer el estudio, los investigadores emplearon registros de datos excepcionalmente largos de toda la selva tropical de Australia y constataron que la tasa media de mortalidad de los árboles en estos bosques se ha duplicado en las últimas cuatro décadas.

También descubrieron que los árboles viven aproximadamente la mitad de tiempo y que esta circunstancia es un patrón consistente en todas las especies y lugares de la región.

Según el equipo, el impacto se remonta a la década de 1980.

"Fue un shock detectar un aumento tan marcado de la mortalidad de los árboles y, más aún, una tendencia consistente en toda la diversidad de especies y lugares que estudiamos", explica David Bauman, autor principal del estudio e investigador en Oxford.

"Un resultado notable de este estudio es que no solo detectamos un aumento de la mortalidad, sino también que este aumento parece haber comenzado en la década de 1980, lo que indica que los sistemas naturales de la Tierra pueden haber estado respondiendo al cambio climático durante décadas", apuntan los autores.

Para el profesor de Oxford Yadvinder Malhi, coautor de la investigación, tal como ha ocurrido con los corales de la Gran Barrera de Coral, el cambio climático está cambiando también los famosos bosques tropicales de Australia.

"El probable factor impulsor que identificamos, el creciente poder de desecación de la atmósfera causado por el calentamiento global, sugiere que pueden estar produciéndose aumentos similares en las tasas de mortalidad de los árboles en todos los bosques tropicales del mundo", añade.

De ser así, los bosques tropicales podrían convertirse pronto en fuentes de carbono.

Los bosques tropicales intactos son grandes almacenes de carbono y hasta ahora han sido "sumideros de carbono", que actúan como frenos moderados del ritmo del cambio climático al absorber alrededor del 12% de las emisiones de CO2 causadas por el ser humano.