Pamela Boltei
El terreno de 16 hectáreas que es propiedad de la Inmobiliaria Las Salinas, en Viña del Mar, ha estado durante décadas a la espera de un destino definitivo tras su uso como parte de la petrolera Copec. Hoy, y hace varios años ya, la empresa busca limpiar y solucionar el problema de contaminación por hidrocarburos en el lugar, pero ha encontrado oposición de distintos lados, y últimamente, también del mismo municipio viñamarino.
Germán Monge, ingeniero y Contaminated Soils and Sustainable Remediation Technical Manager de IDOM Consulting, la empresa que asesora a I. Las Salinas en la biorremediación que intentan hacer en el predio, hizo una charla en algunas universidades del país respecto su experiencia en España, específicamente en Bilbao, donde convirtió un lugar contaminado en habitable y que actualmente es polo turístico.
"Presentamos los avances en relación con la protección, investigación y recuperación de pasivos ambientales afectados por contaminación de origen industrial y pusimos como referencia el País Vasco, donde hay un desarrollo en materia de pasivos y suelos contaminados hace más de 30 años. De alguna manera la idea era presentar esa experiencia, cómo había evolucionado toda esa temática desde sus inicios, hace 30 años, y la actualidad, y hacer un análisis de las lecciones aprendidas y cómo ese modelo pudiera trasladarse o tener similitudes con las necesidades que ahora se están generando en Chile, y en concreto, donde presentábamos esta ponencia, en Viña del Mar", contó.
- ¿Cómo ha visto la resistencia que tiene el proyecto, incluso de remediación, en Viña del Mar por parte de algunos vecinos y ahora, incluso, del municipio?
- Esas cuestiones surgen, un poco, desde el desconocimiento de estas políticas, dinámicas y tecnologías que en otros países están muy desarrolladas e implantadas, como en Europa o USA, a través de programas de financiación y desarrollo. En el caso de España y Europa es a través de la estrategia de protección del suelo que recientemente ha aprobado la Unión Europea, y las políticas en conservación y recuperación de pasivos ambientales que se han desarrollado en muchos países europeos, como es el caso de España, Francia, Alemania, Países Bajos, Reino Unido. En definitiva, creo que esa distancia viene del desconocimiento. En el seminario intentamos visibilizar esto y cómo han sido nuestras experiencias para ver si en Chile puede servir como referente.
- ¿Cómo ha sido su experiencia en Bilbao?
- En IDOM llevamos más de 30 años trabajando en la problemática asociada a la remediación de suelos. Como anécdota, nuestra primera experiencia fue en el año 1992, en el suelo donde actualmente se implanta el museo Guggenheim, en Bilbao. Nos encontramos con suelo que había soportado una intensa actividad contaminante, es un suelo que se encuentra muy próximo a la ría de Bilbao, una ría muy contaminada, y donde se desarrollaba una actividad de tratamiento de la madera mediante compuestos peligrosos. Esa fue nuestra primera experiencia y a partir de ahí hemos desarrollado una multitud de proyectos, desde investigación y caracterización de suelos contaminados y aguas subterráneas, hemos elaborado proyectos de remediación aplicando tecnologías diversas del tipo físico, químico y biológico, unas más verdes o más amigables con el medioambiente y el entorno, y otras, quizás, más industriales o menos verdes. En cualquier caso, cada alternativa ha sido aplicada en cuanto a la problemática encontrada, un suelo contaminado es todo un universo.
- ¿Cómo fue la experiencia en Bilbao respecto a lo que ocurre en Viña?
- Bueno, si comparamos el proyecto de Las Salinas con lo que fue el desarrollo en Bilbao, este último fue un desarrollo mucho más complejo y global. No únicamente se tenía en cuenta un emplazamiento concreto, sino que era un objetivo de desarrollo de ciudad, que en los años '80, '90 sufrió una grave crisis de reconversión de industrial a servicios. En aquel momento en el ayuntamiento de Bilbao, el gobierno estaba compuesto por cinco partidos diversos, de izquierda, derecha, centro, y en aquel momento se pusieron de acuerdo por un interés común que era el desarrollo. Había una grave crisis económica que hizo alinearse a todos para esta transformación de la ciudad. Esto, junto a una participación público privada con intereses compartidos, hizo que se alinearan los astros y se comenzara la remediación. Yo siempre presento dos fotografías en mis conferencias, una en que se ve un Bilbao gris, oscuro, decadente, con actividad cesante, predios cerrados por su alta carga contaminante, y 30 años después nos encontramos con una ciudadanía que vive de cara a la ría, que integra la ría día a día, y espacios portuarios que habían quedado sumamente degradado, ahora son espacio urbano no sólo de condominios, sino que de espacios públicos, servicios, escuelas, centros comerciales, parques, una transformación de la ciudad que vino motivada por una componente medioambiental que fue la recuperación del suelo.
"En aquel momento se pusieron de acuerdo por un interés común que era el desarrollo. Había una grave crisis económica que hizo alinearse a todos para esta transformación de la ciudad".
"Si comparamos el proyecto de Las Salinas con lo que fue el desarrollo en Bilbao, este último fue un desarrollo mucho más complejo y global".