Felipe Barros

Mario Campos entra en el local arrasado por la tormenta. Busca una mesa para tomar desayuno como todas las mañanas desde hace casi cuatro años, mas ninguna de las 56 que tenía el Club House tiene utilidad alguna. Todas han sido azotadas contra las paredes y destruidas por el mar que se introdujo por las ventanas durante el temporal, arruinándolo todo.

"La pérdida fue total, estamos hablando de harta plata. Está todo quebrado", relata Mario Campos. "Tengo piso de madera. Hay unas planchas, cuadradas grandes, esas que hay de 1.20 x 2.40, y encima de eso pura madera. Inutilizable. Las tablas se quebraron. Las cosas están como si alguien las hubiera amontonado. Tengo un comedor privado. Rompió las puertas, tiró las sillas para adentro. Las sillas quebradas. Quedó la escoba."

Otras pérdidas indicadas son los refrigeradores, los coolers (de bebidas y de postres), una vitrina de mariscos, los congeladores que quedaron dañados por el agua del mar, y el sistema eléctrico sufrió daños severos.

Pese a que un cálculo inicial pondera el valor de la pérdida entre los 100 y los 150 millones de pesos, Campos lamenta sobre todo la situación de sus empleados. "Una de las cosas que más me afectan es que tengo mucho personal, 16 trabajadores, y van a ser 16 personas que no van a trabajar, y de donde saco plata para pagar. Es complicado", explica.

"Estamos un poco decepcionados al ver aquí todo hecho tira... un sacrificio de años, de familia... mis hijos, aquí, ayudaron, mi esposa, mis amigos...", se aflige Campos, quien ya llevaba 11 años frente a la rosa de los vientos en el otro extremo del muelle.

EL bARANDAL DE HIERRO

En el año 2002, cuando el muelle pasó a ser un Bien de Uso Público, se instaló un barandal metálico que lo rodeaba por completo. El barandal resistió al temporal del 2015, pero esta mañana, los locatarios se sorprendieron con su desaparición.

"No pensamos que iba a ser tanto, que iba a ser tan fuerte el tema del viento, porque en realidad esto fue más culpa del viento que del agua, más aún con las marejadas", relata Daniela Feliú, presidenta de la Asociación Muelle Barón AG, destacando que "en años anteriores, en el 2015 pasó algo similar, con una ola que pasó por encima de la explanada, pero nosotros estamos todos en la explanada. Sobre todo el restaurant Club House".

"Nunca vamos a tener medidas de protección aquí contra los eventos naturales. Más con la fuerza que tiene el mar, no somos nada. Estamos claros que estamos sobre terreno que le pertenece a la mar", razona Daniela Feliú.

Otros daños que recibió el muelle se percibieron en las partes faltantes en la losa y en la pérdida de la conexión eléctrica e hídrica. "En estos momentos estamos sin acceso al muelle. Hace tres días estaba el paso bajo nivel con agua. La constructora le pidió al Minvu, al Serviu que hiciera funcionar rápidamente las motobombas y no han aparecido, tenemos que acceder a nuestros locales a pie", continúa Daniela Feliú, aludiendo a las dificultades que enfrenta este punto turístico ante un nuevo fin de semana largo. Franco Gandolfo, gerente general de EPV se hizo presente durante la jornada de ayer para cuantificar los daños y organizar el proceso de recuperación.

Que cumplan los plazos

"Los locales sobre la explanada están mal ubicados. Nosotros estamos en un proceso de transición, luego seremos incorporados en el parque Barón", explica Daniela. "No se cumplen las condiciones para estar sobre el mar. Conocemos su fuerza. Cuando el mar quiere, lleva. Lo que más queremos es que el parque salga en los plazos que se dijo. Las fechas están dadas, no se van a cumplir, eso nos preocupa. ¿Qué pasa si en un mes, en dos meses pase lo mismo? Queremos que se cumplan los plazos".

"No se cumplen las condiciones para estar sobre el mar. Conocemos su fuerza. Cuando el mar quiere, lleva".

Daniela Feliú, Presidenta de la Asociación Muelle Barón AG