"No se trata de algo de vida o muerte, solo ver el mejor camino a una Constitución"
Desdramatiza los descuelgues de la centroizquierda en favor del Rechazo y confía en que tras el referéndum, exista un acuerdo amplio para continuar con el proceso. "Están dadas las condiciones para que las posiciones extremistas queden aisladas", afirma.
Luego de tres años sumamente intensos en los ámbitos social y político, la ciudadanía decidirá hoy si acepta o no la propuesta de nueva Constitución emanada de la Convención Constitucional. Y aunque las aguas no han estado tan calmas en las últimas semanas de campaña, con hechos que dejan en entredicho si el país dejará atrás este complejo momento, hay quienes prefieren ver el vaso medio lleno y confiar en que tras el referéndum se retomará el diálogo y debate constructivo, más allá de quién resulte victorioso.
Es el caso del exministro Secretario General de la Presidencia y exsenador de la Región del Biobío, José Antonio Viera-Gallo (PS), quien recientemente suscribió un documento junto a partidarios de ambas opciones donde señalaban que "el compromiso debiera ser, si gana el Apruebo, un consenso amplio para modificar parte de la propuesta e implementarla lealmente; y si triunfa el Rechazo, debiese existir este mismo consenso para dar origen a un nuevo proceso constituyente. Eso no significa que va a ser un tema fácil".
Pese a la relevancia de la votación y que él mismo admite que "en el fragor de la discusión para obtener votos, muchas veces se extreman los argumentos", el también expresidente de la Cámara de Diputados pone paños fríos y asegura que este Plebiscito "no se trata de algo de vida o muerte, sino que hay que ver el mejor camino para llegar a una nueva Constitución: partir desde cero con el Rechazo y una nueva Convención o corrigiendo e implementando el texto. Ahí cada uno tiene libertad de optar. No veo, reitero, que sea una cosa de vida o muerte, de moros contra cristianos o algo así".
Asimismo y pese a que manifiesta aprensiones con varios puntos de la propuesta, Viera-Gallo sostiene que "son cosas importantes, pero muy fáciles de corregir", y por lo mismo defiende su posición pro Apruebo. "Como persona que se dedica al tema, el análisis del texto constitucional es satisfactorio en su eje central. Luego, me parece muy bien que los partidos de Gobierno se hayan comprometido a introducir algunos cambios, rectificaciones, aclaraciones o complementos, a lo que tendría otras sugerencias que hacer. Así que me parece bien", detalla.
En esta misma línea, el también exembajador en Argentina transparenta que su principal preocupación con el Rechazo es que "suponiendo que los partidos que lo plantean van a llegar a un acuerdo con las fuerzas de Gobierno para dar origen a una nueva Convención, nadie asegura que dicho órgano va a ser mejor que el que terminó y tampoco me asegura que no habrá los mismos chascarros. Partir de cero, volver a hacer toda la discusión de nuevo, no considero que sea conducente a un buen propósito, sino que puede prolongar una cierta incertidumbre y podría cansar a la opinión pública".
"En cambio, el Apruebo tiene la ventaja que se trataría de implementar y corregir un texto que ya existe y las modificaciones que se están planteando, son bastante razonables. No veo que hay mucha dificultad", agrega y sostiene que con la implementación del nuevo texto "se va a dar un debate sobre cambios, correcciones o modificaciones que haya que introducir a la propuesta constitucional; algunos de esos cambios han sido propuestos por las fuerzas de Gobierno, otros vendrán de la oposición o la sociedad civil y se discutirán en un Parlamento, como en cualquier régimen democrático".
Importante, pero fácil de corregir
- En una entrevista reciente con radio Futuro señaló que a su juicio "el texto fue mucho mejor de lo esperado". ¿Por qué cree que fue más mal que bien evaluado en las encuestas?
- Las opiniones de las personas no están muy influidas por el texto, sino por la campaña electoral que se avecina. Ahora, yo digo sinceramente, como persona que se dedica al tema, el análisis del texto constitucional es satisfactorio en su eje central. Luego, me parece muy bien que los partidos de Gobierno se hayan comprometido a introducir algunos cambios, rectificaciones, aclaraciones o complementos, a lo que tendría otras sugerencias que hacer. Así que me parece bien.
- Pese a su posición por el Apruebo, en otra entrevista ha señalado que en el texto hay "errores evidentes", como la posibilidad que el veto parcial del Presidente sea revertido en el Congreso o el nombramiento de fiscales regionales por parte de las Asambleas Regionales. ¿Son falencias menores entonces?
- Son cosas importantes, pero muy fáciles de corregir. En el caso del veto, creo que es un error, porque nadie puede pretender que haya un veto, si al mismo tiempo se le da la facultad al organismo que aprobó la norma, para insistir e imponer su criterio, con la misma votación que despachó la ley. Entonces, pienso que esas cosas se pueden corregir fácilmente. Es casi de lógica, sentido común.
- Como exintegrante del Tribunal Constitucional, ¿el reemplazo de este órgano por una Corte Constitucional, es un cambio que va en la dirección correcta o lo incluiría entre los puntos deficientes?
- Hay una serie de cambios de nombres a los organismos, que me parece que son cosas que no tienen mayor trascendencia. Yo no le habría cambiado el nombre, porque la nueva Corte Constitucional es lo mismo que el Tribunal Constitucional. ¿Por qué lo hicieron? Porque fue una forma de terminar con los actuales miembros del órgano, que cayó en desprestigio por una serie de conflictos internos. Entonces, se buscó esta fórmula para resolver el problema, pero al final, la Corte viene a ser el Tribunal. Ahora bien, tiene algunas facultades menos, pero también es algo que se puede corregir.
Implementar y corregir lo que existe
- Tomando en cuenta estas aprensiones, ¿por qué de todas formas se ha decantado por el Apruebo? ¿No sería más factible rehacer una propuesta sin esos errores?
- Lo que me preocupa del Rechazo es que, suponiendo que los partidos que lo plantean van a llegar a un acuerdo con las fuerzas de Gobierno para dar origen a una nueva Convención, nadie asegura que dicho órgano va a ser mejor que el que terminó y tampoco me asegura que no habrá los mismos chascarros. Partir de cero, volver a hacer toda la discusión de nuevo, no considero que sea conducente a un buen propósito, sino que puede prolongar una cierta incertidumbre y podría cansar a la opinión pública. En cambio, el Apruebo tiene la ventaja que se trataría de implementar y corregir un texto que ya existe y las modificaciones que se están planteando, son bastante razonables. No veo que hay mucha dificultad.
- En ese sentido, ¿considera que el acuerdo alcanzado por el oficialismo hace unas semanas se hace cargo de los eventuales puntos críticos de la propuesta constitucional?
- De mucho de ellos y lo que importa, es que se abre un proceso de debate, en un Parlamento donde, además, el Gobierno no tiene mayoría. Para implementar la vigencia de una parte sustantiva de la Constitución, se requiere dictar un montón de leyes, las cuales deben ser visadas por un Congreso donde la centroderecha controla casi la mitad. Eso quiere decir que se tiene que llegar a un pacto con Chile Vamos para implementar y poner en vigencia el texto y obviamente, ahí se va a dar un debate sobre cambios, correcciones o modificaciones que haya que introducir a la propuesta constitucional; algunos de esos cambios han sido propuestos por las fuerzas de gobierno, otros vendrán de la oposición o la sociedad civil y se discutirán en un Parlamento, como en cualquier régimen democrático.
"no es moros contra cristianos"
- ¿Le llama la atención que varios exaliados en los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría hayan optado por alejarse de la opción mayoritaria de la centroizquierda y cuadrarse por el Rechazo?
- No. Yo comprendo muchas de las razones que ellos tienen y las han expresado bien. No las comparto, pero las comprendo perfectamente. Aquí la verdad es que no se trata de algo de vida o muerte, sino que hay que ver el mejor camino para llegar a una nueva Constitución: partir desde cero con el Rechazo y una nueva Convención o corrigiendo e implementando el texto. Ahí cada uno tiene libertad de optar. No veo, reitero, que sea una cosa de vida o muerte, de moros contra cristianos o algo así, sino que cada uno tiene que decidir libremente. Lo que pasa es que en el fragor de la discusión para obtener votos, muchas veces se extreman los argumentos y aparece como que si se aprueba o rechaza algo, es una amenaza muy grave para el país. No lo veo así.
Para implementar la vigencia de una parte sustantiva de la Constitución, se requiere dictar un montón de leyes, las cuales deben ser visadas por un Congreso donde la centroderecha controla casi la mitad, es decir que se tiene que llegar a un pacto con Chile Vamos para implementar el texto".
Hubo algunos planteamientos radicales en la Convención, pero la mayoría de ellos fueron desechados por el pleno (...) y lo que resultó fue un texto que en lo sustancial, se pone a tono con los desafíos que tiene Chile para el futuro, con el constitucionalismo democrático moderno".
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