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Rechazo también se impuso a nivel regional con amplia ventaja

PLEBISCITO. Opción ganó también en las comunas más importantes de la zona, a excepción de San Antonio.
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Francisco Meneses V.

Al igual que el resto del país, la contundencia del triunfo del Rechazo a la propuesta de nueva Constitución se replicó en la Región de Valparaíso.

Los ojos de los analistas y los comandos estaban puestos en la zona por ser uno de los bastiones electorales del oficialismo, en vista de la gran elección de Rodrigo Mundaca para la Gobernación Regional, la presencia de alcaldes de izquierda en las principales comunas de la región y la votación del Apruebo en el plebiscito el 25 de octubre de 2020, como la que recibió Gabriel Boric en la segunda vuelta de 2021.

Con el 99,97% de las mesas escrutadas a nivel regional, la opción Rechazo recibió 791.809 votos, que equivalen a un 57,63% del total. El Apruebo, por su parte, obtuvo 582.447preferencias, equivalentes al 42,38%. Respecto del plebiscito de entrada, la diferencia fue menos abismal, aunque en 2020 fue a favor del Apruebo (79,40% versus 20,60% para el Rechazo).

RECHAZO GANA EN LA COSTA

Al analizar los resultados de las comunas del Gran Valparaíso, en la ciudad de Valparaíso la victoria del Rechazo fue muy estrecha, a diferencia de lo ocurrido en otros territorios. Con el 100% de las mesas contabilizadas en la comuna, el Rechazo a la propuesta de Carta Magna tuvo 111.823 votos, el 50,34%; mientras que el Apruebo alcanzó 110.315 opciones, un 49,66%.

El ajustado resultado en tierras porteñas es la primera derrota electoral para el alcalde Jorge Sharp, desde su elección en 2016. El jefe comunal se la jugó completamente por el Apruebo, aunque en vez de alinearse con los comandos oficialistas, levantó su propia estructura junto a la exconvencional Tania Madriaga y otros representantes de la Lista del Pueblo: "Apruebo Transformar".

En su cierre de campaña se produjo un acto de connotación sexual en el que se ultrajó la bandera nacional, lo que generó amplio repudio y pudo haber impactado en las cifras.

En Viña del Mar, el Rechazo se impuso con 141.864 votos, un 57,28% de las preferencias; mientras que el Apruebo logró 105.822 opciones, un 42,72% del total, al escrutarse el 100% de los sufragios. Al parecer, el apoyo de la alcaldesa Macarena Ripamonti, que veía en la propuesta constitucional una extensión del "Municipio de Cuidados" que está impulsando en su gestión, no fue suficiente para replicar los números con los que el Apruebo se impuso en el referéndum de 2020.

En Concón, en tanto, el resultado fue de 24.393 preferencias para el Rechazo, con un 65,07% de las opciones; y 13.093 votos para el Apruebo, equivalentes al 34,93%, al escrutarse el 100% de las mesas. Las cifras del plebiscito de entrada, esta vez se invirtieron prácticamente (64,69% para el Apruebo y 35,31% para el Rechazo, en 2020).

Interior y san Antonio

En la provincia de Marga Marga, en su capital Quilpué el triunfo del Rechazo fue con 65.708 votos (56,33%), mientras que el Apruebo logró 50.936 sufragios (43,67%), al 100%. El resultado es un duro golpe en un bastión del Frente Amplio, especialmente de Convergencia Social, partido de la alcaldesa Valeria Melipillán y el diputado Diego Ibáñez.

En Villa Alemana, con el 100% de las mesas contabilizadas, el Rechazo obtuvo 51.546 votos (57,82%), mientras que el Apruebo logró 37.605 preferencias (42,18%). La alcaldesa Javiera Toledo, cercana a Jorge Sharp, integró el movimiento "Apruebo Transformar".

En la Provincia de Petorca, bastión de Rodrigo Mundaca y de Modatima, en todas sus comunas ganó el Rechazo: La Ligua (58,93%), Cabildo (60,25%), Petorca (56,11%), Papudo (60,93%) y Zapallar (65,76%).

Una de las únicas comunas donde ganó el Apruebo en la región y el país, aunque con un resultado muy estrecho, fue San Antonio. La opción recibió 34.195 votos (50,02%); mientras que el Rechazo recibió 34.167 sufragios (49,98%), con el 100% de las mesas escrutadas. Cabe recordar que la alcaldesa Constanza Lizana también integró el comando "Apruebo Transformar".

Resultados claros

Raúl Celis, exconvencional y presidente regional de Renovación Nacional, se mostró "conforme y diría hasta sorprendido", con la votación del Rechazo en la región.

"El resultado deja satisfecho a RN, porque creo que le va a servir al país. Ahora, esto hay que tomarlo con cautela y prudencia, porque se trata simplemente de una etapa dentro de un proceso más amplio, que todavía va a tomar probablemente algunos años", dijo.

La presidenta regional de Revolución Democrática (RD), Alejandra Toledo, por su parte manifestó que el resultado fue claro, aunque "los análisis ya más profundos en cuanto a la política y a la sociedad se harán con más calma".

"El pueblo se manifestó en contra de este texto, así que hay que ver cómo podemos entregar mayores derechos sociales y equidad social, con el nuevo camino que se nos abre", enfatizó.

El exdiputado Osvaldo Urrutia, timonel de la UDI en la zona, no ocultó su alegría por las cifras logradas por el Rechazo. "Muchas encuestas dieron como que en la Región de Valparaíso y Metropolitana se perdía el Rechazo, (también) en muchas comunas de la región, y la evidencia dice lo contrario. Hemos ganado en la mayoría de las comunas, incluso en comunas en que no pensábamos que teníamos posibilidades", dijo.

A su juicio, "viene un proceso de reflexión, de análisis, con el único propósito de tener una propuesta constitucional para el país que nos una. Nosotros queremos vivir en unidad, en paz y progreso, y eso se logra con un documento consensuado".

"Muchas encuestas dieron como que en la Región de Valparaíso y Metropolitana se perdía el Rechazo, (también) en muchas comunas de la región, y la evidencia dice lo contrario".

Osvaldo Urrutia Presidente regional de la UDI

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57,63% de los votos logró el Rechazo en la región, mientras que el Apruebo llegó al 42,38% de los sufragios

35 En 35 comunas de la región ganó el Rechazo. El Apruebo ganó solo en San Antonio, Rapa Nui y J. Fernández.

Enseñanzas de una farra histórica

Pedro Fierro Investigador Piensa y académico UAI
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Luego del acuerdo del 15 de noviembre, algunas voces sugerían interpretar el momento constituyente que se nos avecinaba como un verdadero proceso terapéutico. Eran tantas, las heridas, tantas las divisiones, que de alguna u otra forma debíamos hacer el esfuerzo de juntarnos, mirarnos y colaborar. Era un discurso con algo de predominancia, que a muchos interpretó. Lo que vino, sin embargo, hoy sabemos con certeza que estuvo lejos de eso. En ese sentido (y en muchos otros sentidos también), la Convención Constitucional representó una farra histórica. Los discursos con los que comenzamos el día de ayer se pueden interpretar desde esa lógica. Expresidentes, actuales ministros e incluso el actual mandatario reconociendo el desafío que, pasara lo que pasara, teníamos al frente: unirnos, reconocernos y empujar un (nuevo) camino en conjunto. El mismo desafío que la Convención no supo asumir.

Entonces, el contundente rechazo que tuvo la propuesta constitucional nos deja varias lecciones. Primero, que no habrá progreso social sin inclusión de todos y cada uno. Esta "obviedad" deberíamos tatuarla como una suerte de mantra. ¿Por qué? Porque en política las historias las suelen narrar los ganadores, lo que da espacio para discursos simplones que han sido incapaces de capturar las complejidades que enfrentamos. Hasta ahora, cada proceso eleccionario ha funcionado de manera bien similar a un "borrón y cuenta nueva", donde la mesura y responsabilidad quedan relegadas.

Lo anterior nos lleva necesariamente a un segundo aprendizaje: no habrá progreso social sin humildad. En estos últimos años se han cometido errores importantes, pero, más que eso, lo que llama profundamente la atención es la completa incapacidad para reconocerlos como propios. Las recientes entrevistas a Jaime Bassa, otrora vicepresidente de la Convención fallida, son una clara manifestación de este problema. Si seguimos pensando que fueron los "poderes fácticos" los que terminaron por dividir a Chile, difícilmente llegaremos a buen puerto. Quienes lideren los procesos que ahora se abren deberán reconocer que esa autocomplacencia admitida (a veces) en política, se vuelve derechamente improcedente cuando hablamos de un trabajo profundo que pretende realizar un cambio de paradigma.

Y el tercer aprendizaje ya parece estar haciéndose carne en distintos entornos: no habrá progreso social con violencia. Esta lección tiene, por cierto, distintas aristas. Por un lado, una ligada esencialmente al "octubrismo", el cual, a mi juicio, debería ser desafiado por sus propios defensores. Y por "octubrismo" no me refiero a las cerca de 2 millones de personas que salieron a las calles a reclamar por mayor justicia y dignidad, sino a aquellos que una y otra vez cedieron ante la destrucción y el grito. A ese egoísmo vulgar de los que se acostumbraron rápidamente a pasar por encima del resto. A esos que poco o nada les interesa la comunidad que podamos generar, que solo piensan en ellos. Pero, por otro lado, también me refiero a la intransigencia. A quienes renegaron sistemáticamente del diálogo en pos de atrincherarse en los insultos y la falta de respeto.

Lo que se nos viene no será menos difícil que lo ya vivido. Se deberá continuar un proceso con una ciudadanía menos interesada y optimista que hace un año-como lo demuestran los datos de la Encuesta de Piensa dada a conocer hace pocas semanas-. Por lo mismo, desde hoy deberemos ser capaces de sentarnos a la mesa con el aprendizaje asumido. Como varios han hecho notar, nunca nadie ha muerto por empezar de nuevo. Menos por empezar mejor.