"Espero que el nuevo proceso mejore nuestro desarrollo y convivencia"
"Cultura de la solidaridad en educación y responsabilidad universitaria" fue la charla impartida en la Universidad Viña del Mar (UVM) por el exdirector social del Hogar de Cristo y ex convencional constituyente por el Distrito 12 representando a Independientes No Neutrales, Benito Baranda. Del duro golpe que sufrió la Convención Constitucional, este activista social ya volvió a su trabajo en los territorios, dando charlas en universidades y participando en varios proyectos de la sociedad civil.
Si bien se ha mostrado reacio a intervenir sobre el futuro del proceso constituyente y las decisiones que se han tomado en la esfera política, Baranda confía en que, como país, nos encontramos en un momento crucial en el que debemos definir qué tipo de Estado queremos, para dar solución a algunas tensiones sociales que, a su juicio, son graves.
- En un contexto de demandas urgentes y que en la región se traducen en un importante déficit habitacional, la crisis hídrica o problemas en la educación pública, entre otras, ¿qué tan importante son las fundaciones para intentar dar solución a problemas donde el Estado no ha intervenido de manera oportuna?
- Pasa que la sociedad civil en general, no solamente las fundaciones, representa uno de los pilares fundamentales de los países democráticos, además del Estado y el mercado. La sociedad civil es sumamente importante para que las democracias funcionen. Eso sí, deben ser espacios de colaboración con los fines comunes de la sociedad y no de protagonismo asfixiante, ni donde primen los intereses particulares. Eso, en el Chile de hoy, sigue siendo extremadamente importante.
- ¿Por qué en el Chile de hoy es "extremadamente" importante?
- Porque también el Estado fuerte es muy necesario, así como es necesaria la sociedad civil fuerte y el mercado fuerte. Pero hoy día tenemos un Estado muy frágil en Chile, con un mercado muy fuerte y una sociedad civil relativamente fuerte. Cuando lo que tú necesitas es fortalecer estos tres pilares para que funcionen en equilibrio, no que uno sea más grande que el otro. Si no se avanza en garantizar los derechos por parte del Estado, es muy difícil que los otros dos actores funcionen. El mercado y la sociedad civil funcionan a partir del ordenamiento político que nos da el Estado. Lo que acordamos políticamente es el Estado y lo ordenamos para que efectivamente, garantice los derechos.
Proceso constituyente
- ¿Es el proceso constituyente ese momento de acuerdo y ordenamiento en que nos encontramos?
- Efectivamente, ese es el proceso que está viviendo Chile y creo que el proceso no se ha cortado. Todo eso sigue y va a seguir adelante. Me imagino, espero, que el nuevo proceso se va a cumplir bien y que tendrá un buen resultado que mejore el desarrollo y la convivencia en Chile.
- Tras el fracaso de la Convención, ¿cómo debe ser ese nuevo proceso?
- No voy a hablar sobre ese tema hasta que el nuevo proceso no concluya.
- ¿Qué sintió después de la derrota abrumadora del proyecto de la Convención?
- A ver, soy una persona que cree en la democracia y, cuando la democracia se manifiesta, hay que saber que un proceso va a continuar por otro camino. Todas las discusiones dadas por la Convención se tradujeron en un diálogo social muy importante y hay muchos aspectos que están bien instalados en la ciudadanía. Todo eso se irá convirtiendo en un nuevo proceso.
- ¿Y está convencido que continuará el proceso?
- Claro que va a seguir, los diálogos están, es lo que vemos en la prensa, pero no tengo porqué intervenir ya que creo que hoy día la responsabilidad le corresponde al mundo político, que la está asumiendo y la está asumiendo bien. Hay que dejar que eso llegue a su puerto y no hay que perturbar los diálogos que se están estableciendo. Es extremadamente importante que la conducción la haga el mundo político.
- ¿Esa conducción debe ir de la mano con un diálogo permanente con la sociedad civil?
- Insisto que todo dependerá de lo que decida el mundo político. Ahí se deberá decidir sobre qué espacios se van a brindar para que eso ocurra. Hoy día lo que requiere Chile, justamente, es que si la política asumió nuevamente la conducción del proceso, bueno, que lo haga y que defina cuáles deben ser los ámbitos de participación que se van a dar. En esos ámbitos de participación nos involucraremos los que nos podamos involucrar.
- ¿Qué le parece que grupos violentistas estén presionando a políticos para no seguir con la idea de una nueva Constitución?
- Es que toda la vida, históricamente, en Chile han existido los grupos extremos. Y en todo el mundo. Esa es la democracia y creo que las personas tienen que acostumbrarse a vivir con todas estas tensiones políticas, especialmente en momentos de cambios y de transformaciones.
- Tensiones que, en parte, tienen que ver con un diagnóstico de lo que pasó en 2019, la pandemia y el fallido proceso constituyente. Después de todo, ¿cuál es su propio diagnóstico?
- Creo que todo lo que se ha vivido desde 2019 para acá está demasiado vivo y encima como para analizarlo. Ninguna interpretación hasta ahora tiene la verdad absoluta, ninguna es unívoca. Eso sí, hay un mundo juvenil que está más marginado de la sociedad que, creo, todavía está pendiente de abordar. Que niños y jóvenes estén fuera del sistema escolar y de la institucionalidad pública sigue siendo una tensión grave en nuestra sociedad.
Déficit habitacional
- Otra tensión importante que se vive en la Región de Valparaíso tiene que ver con el acceso a la vivienda y el déficit habitacional. ¿Es otro de los desafíos que tiene el país y, particularmente, la política?
- El análisis de la Quinta Región es particular porque muchos de los lugares que se llaman campamentos son lugares no urbanizados y no radicados, pero donde la gente ya está radicada y tiene estructura habitacional. A diferencia de campamentos del norte donde la estructura habitacional es precaria y está ubicada en lugares donde no debería estar. Más allá de eso, el modo en que se enfrentó siempre el déficit habitacional en Chile no es el correcto ni dio resultado nunca. Una variación a ese modo equivocado de hacer políticas de vivienda es el plan de emergencia que se está planteando en este gobierno, pero, claro, con una resolución que va a tardar por lo menos unas dos décadas.
- ¿Cuáles son las claves para dar solución al problema habitacional en tanto se construye comunidad o se crean, por ejemplo, barrios seguros?
- Lo fundamental es enfrentar el déficit habitacional existente a la vez que se satisface la demanda anual de vivienda, por lo que se debe ampliar el abanico de oferta de soluciones habitaciones. Ese diseño de política es el que se está armando ahora con especialistas, incluyendo elementos como las cooperativas y la integración de las comunidades. La idea no es seguir enviando a la gente a barrios periféricos. Además, hay un tercer elemento que es cómo tú dispones del suelo, especialmente el público, que hoy está repartido en tantas instituciones del Estado que el Ministerio de Vivienda casi que no tiene control sobre este. Esa es otra de las razones por las cuales se siguen construyendo nuevos espacios en la periferia.
"Que niños y jóvenes estén fuera del sistema escolar y de la institucionalidad pública sigue siendo una tensión grave en nuestra sociedad".