El camino de 120 años de la empresa familiar porteña que ya suma cuatro generaciones
ECONOMÍA. Con más de un siglo afincada en Valparaíso, la firma Ansaldo ha tenido éxito en adaptarse a los cambios.
En 1902 arribó a la ciudad de Valparaíso, procedente del pueblo italiano de Ruta, Juan Ansaldo Peragallo. Contaba con 14 años y esperaba ganarse la vida en una ciudad que por aquel entonces era uno de los polos comerciales más importantes del continente.
Comenzó a trabajar en un emporio en la Plaza Echaurren y tras siete años, luego que su patrón decidiera regresar al país de la bota, tomó la oportunidad de comprar el negocio con sus ahorros y fue así como pasó de colaborador a propietario.
Hoy a 120 años de su llegada, la empresa Ansaldo sigue pujando en Valparaíso aunque ahora se trata de una juguetería. "Tener una visión conservadora y cautelosa nos ha permitido trabajar de manera relativamente segura y tranquila. Nos ha dado la tranquilidad de proyectar la empresa hasta ahora", comenta Luis Ansaldo, nieto del fundador y actual gerente general de la entidad.
"Uno se pone a pensar y ver el desarrollo que ha tenido la empresa, es bonito. Cuando tenía cinco o seis años iba a jugar a la empresa, hoy tengo 65, entonces de los 120 llevo la mitad y siempre estuve involucrado", agrega Luis que subraya el esfuerzo de su abuelo como el principal legado.
"Siempre me llamó la atención su coraje, valentía y emprendimiento por hacer las cosas y no rendirse en el camino. Eso se ha transmitido en las siguientes generaciones y eso nos da la fuerza para seguir adelante y enfrentar los desafíos que se han ido presentando en más de un siglo", remarca.
El negocio, a principios del siglo XX, era abastecer a los barcos que llegaban al puerto en búsqueda de víveres, y al ver que el negocio crecía cada vez más, Juan Ansaldo decidió traer de Italia a Chile a sus dos hermanos menores y, posteriormente, a sus sobrinos.
Al llegar los hermanos y sobrinos abrieron dos locales más en Valparaíso, pero por algunas diferencias que tuvieron en el camino decidieron separarse y Juan siguió con el emporio Ansaldo. A los 39 años se casó, tuvo 4 hijos varones y una mujer. Al tiempo, Atilio, el hijo mayor del matrimonio, se tuvo que hacer cargo del negocio familiar, porque su padre estaba muy enfermo. Así entró una nueva generación junto a Orlando y Armando.
Originalmente, en el Emporio Ansaldo se vendían abarrotes, especias, té, chocolates, conservas, loza, menaje, electrodomésticos, licores, e incluso, trajeron los primeros autos Toyota al país.
Luego operó como supermercado en la segunda mitad de la década de los 60, pero fue entre 1978 y 1980 que incursionaron en el rubro con el que lograrían el mayor reconocimiento: la juguetería, que se ubicó en el sector de Brasil hasta 1999 cuando se decidió el traslado a Placilla, donde funciona actualmente.
"La empresa estaba tomando volúmenes de negocios que hacía complejo operar en el centro de Valparaíso por las características propias de la ciudad. El costo operacional era muy alto y no teníamos espacios para recibir vehículos de carga. Todo era en la calle, aumentó el parque vehicular, luego el tema de seguridad, en fin", relata el gerente general.
Sigue en expansión
En la actualidad la empresa cuenta con cerca de 120 trabajadores y nueve tiendas presenciales en Valparaíso, Viña del Mar y Santiago; aunque en noviembre está proyectado abrir la décima en la comuna de Quilpué.
Asimismo la empresa ya sumó una nueva generación a sus labores. Además de Luis, en la actualidad trabajan María Gabriela Ansaldo, gerente de finanzas; Claudio Ansaldo, gerente de desarrollo y marketing y Sebastián Jerez Ansaldo. Este último está a cargo de control y gestión y tecnología, representando a la cuarta generación de la familia. "Se armó un protocolo familiar para darle proyección, porque en la medida que van creciendo las empresas familiares hay que darle un marco regulatorio y así evitar que desaparezcan".
A la hora de entregar las claves del éxito, además de la cautela para administrar el negocio, una importante ha sido la capacidad de adaptación del negocio.
"No somos una empresa rígida y eso nos ha ayudado, y contamos con un equipo de trabajo y colaboradores identificados con la empresa porque al final las personas son las que la hacen", subraya Luis, agregando que la pandemia los afectó, sin embargo, poco antes habían implementado una plataforma de ecommerce que "fue de gran utilidad durante la emergencia", cerró.
"Tener una visión conservadora nos ha permitido trabajar de manera relativamente segura y tranquila".
Luis Ansaldo, Gerente general