Luis Cabrera del Valle

Cuando los funcionarios de Santiago Wanderers llegaron ayer por la mañana hasta la sede del club en calle Independencia, se encontraron con una desagradable sorpresa. El edificio había sido rayado con consignas amedrentadoras, que estaban firmadas por la barra de Colo Colo.

"Van a morir" decía una de las frases pintadas en el frontis de la Casa Ballivián, Monumento Histórico Nacional que alberga a la institución porteña.

Estas amenazas se suman al episodio ocurrido el miércoles pasado, cuando un grupo de hinchas albos persiguió a fanáticos caturros que se terminaron refugiando en la sede wanderina.

La escalada de violencia se inicia con el asesinato de dos colocolinos el domingo pasado en el plan de Valparaíso, cuando celebraban el título de su equipo.

Según explica el gerente de la sociedad anónima porteña, Cristian Chahuán, el jefe de seguridad de la institución, Jaime Vargas, realizó la denuncia correspondiente ante Carabineros por los rayados amenazantes en la sede de calle Independencia.

"Esperamos que el Ministerio Público acoja la denuncia y se realice algún tipo de investigación", dice el funcionario de la institución porteña.

Además, dentro de los próximos días acudirán al edificio los técnicos encargados de instalar cámaras de televigilancia en el frontis del inmueble, para intentar prevenir este tipo de hechos y además aportar mayores medios de prueba a posibles nuevas denuncias.

Otra medida preventiva que ya se adoptó, revela el ejecutivo de la S.A. wanderina, fue gestionar ante la ANFP la suspensión de los partidos que las series juveniles porteñas debían disputar hoy ante Colo Colo en el estadio Monumental.

Reprogramación

Ayer, en tanto, la Delegación Presidencial de la Provincia de Quillota autorizó la disputa del partido entre Santiago Wanderers y Santa Cruz en el estadio Nicolás Chahuán el miércoles próximo, a partir de las 16.30 horas.

El encuentro, que debía realizarse ayer y no afecta deportivamente a ninguno de los dos equipos, fue suspendido por motivos de seguridad.

"La única forma de lograr el visto bueno fue jugándolo sin público", explica el gerente caturro.

Gustavo Quinteros no se cansa de repetirlo. Tras quedarse con el título del Campeonato Nacional, el entrenador argentino ha dicho una y otra vez que su continuidad en Colo Colo depende directamente de la "ambición" de los directores de Blanco y Negro.

Ayer, en conferencia de prensa, el nacionalizado boliviano fue aún más explícito al ser consultado al respecto, señalando que "la decisión también depende del directorio, deben ir a preguntarle a ellos".

"Yo tengo contrato vigente con Colo Colo y veremos al final de la temporada si hay algún ofrecimiento. (...) Yo he tenido varias ofertas, que en su momento no se hicieron públicas. Vinieron dos selecciones y mi respuesta fue siempre la misma: que iba a esperar el final de la temporada y después aspirar a cosas mayores", explicó.

Y esas "cosas mayores" tienen que ver directamente con la inversión y la calidad de refuerzos que los directivos quieran traer al "Cacique".

"Todos en el club queremos dar un paso más hacia adelante, todo en búsqueda de tener un mejor año la próxima temporada", agregó, apuntando claramente a la Copa Libertadores, en la que aseguró que "nos faltó muy poquito para avanzar".

En esa línea, Quinteros habló también de los posibles refuerzos del "Cacique", considerando que todos los cupos de extranjeros están tomados.

"Todos los chilenos en el extranjero están siendo revisados y analizados para ver a quiénes podremos sumar", continuó el DT albo.

Quinteros, eso sí, valoró el contacto permanente con el director deportivo de Colo Colo, Daniel Morón, con quien trabaja codo a codo en la conformación del plantel 2023.

Por último, de cara al duelo de mañana ante O'Higgins, el DT albo descartó darle rotación a su equipo habitual.