Aunque parecía que Universidad de Chile repuntaría de la mano de Sebastián Miranda, la eliminación de Copa Chile en manos de Unión Española caló hondo y dejó a los azules sin opciones de entrar a un torneo internacional en 2023.

Así, el balance de la "U" se tornó negativo por completo y solo lograron el objetivo de zafar del descenso, con el que coquetearon toda la temporada.

Por eso, en la dirigencia ya están pensando en un 2023 donde no pasen los sustos de los últimos años.

La primera decisión que habrían tomado, según información de radio Cooperativa, es que por lo menos tres futbolistas del plantel no continuarán en el club: Martín Parra, Junior Fernandes y Álvaro Brun.

En el caso del portero, llegó para suplir el espacio entre los arqueros que dejó Hernán Galíndez, pero fue suplente de Cristóbal Campos.

Por otro lado, el delantero formado en Cobreloa se ganó a la hinchada por sus goles claves en los últimos minutos que le permitieron a los azules escapar del descenso, pero no es de interés de la dirigencia que continúe, así como el jugador también quiere regresar a Europa con su señora.

El mediocampista uruguayo nunca pudo afirmarse en el equipo y tuvo una discusión con el entrenador, por lo que no fue más considerado.

De esta forma, el técnico Sebastián Miranda también saldría luego de asumir como interino para salir de la compleja situación que vivían.

Lapidario informe

El árbitro del duelo entre Unión Española y Universidad de Chile, Julio Bascuñán, consignó los incidentes que retrasaron en media hora el inicio del partido.

Junto con señalar que ingresaron por accesos no autorizados, narró que en el primer tiempo la barra de la "U" "lanzó piedras al campo de juego, poniendo en riesgo la integridad física de los jugadores".

Agregó que tras el partido ingresó a la cancha un grupo de hinchas azules que puso en riesgo la integridad física de jugadores y árbitros.

Bascuñán detalló que expulsó a Emmanuel Ojeda porque "una vez terminado el partido, me encara de manera desafiante, diciendo ''güeones' mediocres' (sic). Posteriormente me golpea el brazo de la misma forma desafiante y agresiva".

Cuidando jugadores para enfrentar el clásico ante el Sevilla de Jorge Sampaoli el domingo, Real Betis no tuvo problemas para derrotar en casa al HJK Helsinki por 3-0 en la última fecha de la fase de grupos de la Europa League.

Manuel Pellegrini prefirió dejar a Claudio Bravo en la banca, en lo que podría ser una señal de que jugará el fin de semana, pero además afrontó el duelo con varios suplentes considerando que ya estaban clasificados primeros.

Alternar no fue un problema para los verdiblancos, que desde el inicio marcaron diferencias gracias a la gran actuación de Aitor Ruibal, que anotó dos goles.

Cuando el partido expiraba, Nabil Fekir puso la última cifra tras una buena asistencia de Borja Iglesias.

Con este resultado, el Betis sumó 16 puntos con cinco triunfos y un empate, quedando invicto en la fase de grupos y clasificando directo a octavos de final del certamen.

Tras ellos quedó la Roma, que le dio vuelta el partido al Ludogorets y ganó por 3-1 con dos anotaciones de penal de Lorenzo Pellegrini y otro gol de Nicoló Zaniolo. Para los búlgaros convirtió Rick, que por momentos les estuvo dando la clasificación a la próxima ronda.

Por otro lado, en el grupo H, el Mónaco de Guillermo Maripán, que jugó todo el partido, le ganó por 4-1 al Estrella Roja y clasificó a la ronda eliminatoria previa a los octavos de final, donde tendrán que enfrentarse a uno de los equipos que terminó tercero en la Champions League.

En otros partidos destacados de la jornada, el Manchester United le ganó por la cuenta mínima en su visita a la Real Sociedad, pero quedó a un gol de clasificar en primer lugar.

La única anotación del encuentro fue obra del joven argentino Alejandro Garnacho tras una asistencia de Cristiano Ronaldo.