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ENTREVISTA. Ana Lya Uriarte, ministra Secretaria General de la Presidencia:

"Nunca un ministro Segpres debe decir tenemos los votos; eso no se sabe hasta el último minuto"

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Mauricio Ávila Cárdenas

Todos los ministerios son importantes, pero el de Secretaría General de la Presidencia (Segpres) es clave, ya que es la cartera que debe sacar adelante la agenda legislativa del Gobierno, priorizando y procurando convertir en leyes las políticas públicas que el Mandatario de turno comprometió en campaña. Es, además, el encargado de llevar la relación entre el Ejecutivo y el Congreso.

Ése es el trabajo de Ana Lya Uriarte (PS), la exjefa de gabinete de Michelle Bachelet en su segundo Gobierno y que llegó en mayo pasado a ocupar el mismo cargo, pero en el Ministerio del Interior que lideraba Izkia Siches.

Dos días después del triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida del 4 de septiembre, el Presidente Gabriel Boric la nombró en la Segpres para reemplazar a Giorgio Jackson y para integrarse, junto a Carolina Tohá, a un gabinete aturdido aún por la derrota inapelable del Apruebo en las urnas.

Hoy Uriarte cumple dos meses en el cargo y ha tenido que llevar adelante la discusión de las llamadas "grandes transformaciones" a la sociedad chilena que busca implementar la actual administración, entre ellas, las reformas de pensiones y la tributaria.

- Su trabajo es conversar, dialogar, negociar, convencer. ¿Es muy difícil conseguir acuerdos en el Congreso con la polarización que muchos reconocen?

- No es tan complejo. Uno parte primero de una base que es conocer a las distintas bancadas de todos los partidos. Eso es central, porque una va a hacer un trabajo con el Congreso Nacional. El conocimiento personal hace que uno pueda ir configurando más o menos los temas de interés de cada parlamentario, sus sensibilidades, estilos, etcétera, y que los proyectos que el Gobierno presente se entiendan, que se asimilen. Ahora, igual puede ser más o menos complejo dependiendo del tipo de proyecto, pero, además, para nosotros como Gobierno, esto tiene una complejidad adicional y es que tenemos minoría tanto en el Senado como en la Cámara.

- Pero habrá algunos con los cuales ni siquiera vale la pena gastar energía, porque uno sabe que no están dispuestos a conversar.

- Le digo sinceramente que desde luego que se puede conversar con todos. Es efectivo que hay un ánimo distinto en ocasiones por la contingencia política, pero siempre se puede conversar. Yo siempre trato de ir generando una relación, diría que de cercanía, de empatía, independientemente de las orientaciones ideológicas o políticas que existan. Porque yo he conversado con el senador Rojo Edwards. No me une nada a él en lo ideológico y en lo político, pero tenemos un trato donde en ocasiones incluso hacemos alguna broma; pero convivimos trabajando y ambos trabajamos para Chile. El punto es que lo hacemos desde miradas y visiones distintas. Así que no veo la razón por la que no podríamos conversar.

- Al ser minoría, para avanzar, necesita de los votos del centro y de la oposición. Pero asegurar los votos de los mismos socios del Gobierno ya es complejo, porque hay posiciones muy distintas que han sido evidentes y públicas en varios temas.

- Hay un espacio de conversación generado entre ambas coaliciones, Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad. Pero yo rescato por sobre todo el hecho de que, en el inicio de las conversaciones, en este espacio formal que se construyó para conversar lo del acuerdo administrativo, el primer acuerdo que se tomó fue que las dos coaliciones iban a actuar juntas. Pasara lo que pasara, cualquiera fuera el resultado de las conversaciones o de los acuerdos, toda decisión se iba a tomar de acuerdo y unidas. Eso fortalece la convivencia de las coaliciones que son el sustento del Gobierno. Así que para nosotros como Gobierno es muy importante, y lo valoramos tremendamente, porque hubo una señal muy poderosa respecto de que, independientemente de que sean partidos políticos distintos los que las integran, hay un propósito y un bien mayor común que es el apoyo al Gobierno. Entonces, en esta circunstancia que llevó a que el Partido Comunista (PC) finalmente decidiera que no siguiera adelante el acuerdo administrativo de la diputada (Karol) Cariola para asumir la presidencia de la Cámara. Hay una decisión de que el PC siga integrando el acuerdo administrativo en que concurran las dos coaliciones, y eso me parece muy importante y ordena a todos aquellos que quieran conversar con ambos. Tienen que entender que están conversando con un bloque de partidos políticos. Ahora bien, en el caso en concreto del acuerdo administrativo, lo que sabemos en este instante es que la presidencia de la Cámara no va a estar en las manos de un militante comunista, pero sí va a estar el Partido Comunista en el acuerdo que se logre ahora.

- Pero inevitablemente el PC sale dolido de esto.

- El PC ha hecho un tremendo sacrificio y lo valoramos enormemente, porque renunciar a la presidencia de la Cámara y que una militante destacada haya tenido que abandonar sus legítimas expectativas y haber renunciado a ella en pos de un bien mayor, como es el sostener la posibilidad de que la presidencia de la Cámara esté en manos de un diputado o diputada del oficialismo es un gran sacrificio y es tremendamente doloroso.

-Y, en su análisis, qué pesó más: ¿que sea comunista o que sea Karol Cariola, el rostro del Apruebo?

-Fíjese que la DC planteó en una reunión que ellos establecieron una condición para permanecer y apoyar el acuerdo administrativo que existía, sobre la base de un hecho político que era que ellos estimaban que el Partido Comunista debía presentar una declaración en orden a que no compartían la querella en contra de Sergio Micco. Y no hubo acuerdo en tal declaración y esto derivó en los hechos y circunstancias que conocemos. En consecuencia, creo que hay una situación política que evaluar y que el Partido Comunista dice que en los hechos se constituyó en un veto, porque no cumplida la condición no podía asumir la presidencia. Pero la calificación de si se trata de un veto o no, creo que no es lo relevante sino que estamos frente a una situación política, una circunstancia política que se ha dado muchas veces en la historia política del país y que en este caso particular ha sido resuelta de la forma que conocemos, con el gesto y el sacrificio que el Partido Comunista asumió. Pero, dicho eso, yo quisiera decirle que no me cabe duda de que en nuestro país habita fuertemente un anticomunismo, pero no lo ligo en esta situación en particular, sino que lo digo como una percepción de carácter general. En muchas ocasiones se pregunta de una persona en su condición de comunista antes que sus méritos o trayectoria. Karol Cariola tiene una trayectoria impecable. Sin embargo, en las redes sociales han aparecido imágenes y comentarios que solo confirman que hay mucho, mucho anticomunismo.

- Esta semana el Presidente presentó la reforma previsional. ¿Cuánto camino ya hay avanzado para que este proyecto no se quede en proyecto y se materialice?

- Un punto bien importante de señalar es que esta reforma de pensiones llega al Congreso después de un trabajo prelegislativo que han realizado el ministro Marcel (Hacienda), la ministra Jara (Trabajo y Previsión Social), y otros más en un equipo técnico muy bien cohesionado y afiatado que ha tenido conversaciones con distintos sectores de todo tipo. En consecuencia, valoro eso en el sentido de que no es que todo el mundo esté de acuerdo con la reforma, pero todos los actores incumbentes conocen la estructura de la reforma. El detalle puede que no lo conozcan, porque el proyecto ingresa la próxima semana, pero ya lo conocen. Esta reforma supera la ideología política y se sitúa en el plano de realismo político porque la OCDE, que es un referente para nosotros respecto de buenas prácticas, tiene al 83% de los países que la conforman con sistemas de seguridad social donde hay una parte privada y una pública de seguridad social propiamente tal. Nosotros no la teníamos y esto es lo que estamos llevando al Congreso hoy, y creo que es perfectamente posible lograr explicar en qué consiste esta reforma, que no pretende crear un cataclismo en el país a propósito de una cuestión que signifique riesgos en términos económicos o de seguridad de las personas, sino que, por el contrario, es una reforma que yo llamaría hecha en total consideración a nuestra realidad. Es un modelo chileno que se inspira en modelos que están en la OCDE y que admite, o más bien dicho, ha previsto gradualidad que permita el acomodo de todo el sistema a esta nueva propuesta que hacemos. Entonces se habla del 6 por ciento.

"Esta reforma (la de pensiones) no pretende crear un cataclismo en el país a propósito de una cuestión que signifique riesgos en términos económicos o de seguridad de las personas, sino que, por el contrario, es una reforma que yo llamaría hecha en total consideración a nuestra realidad".

"El proceso de reflexión (sobre el plebiscito del 4 de septiembre) está en marcha aún (...) El cónclave (de hoy) es un espacio de encuentro político-político y es altísimamente probable que esté como tema analizar el momento político, que tiene muchísimo que ver con el 4 de septiembre".