"Me la juego por un proceso mixto que incorpore 4 etapas"
"Veo, mirando desde afuera, la misma tozudez y falta de autocrítica que veía de mis excompañeros constituyentes", asegura el abogado y exrepresentante del Distrito 6, Ruggero Cozzi (RN), refiriéndose a Apruebo Dignidad y Frente Amplio, sobre las conversaciones que se están realizando con el fin de acordar el mecanismo para generar una nueva propuesta constitucional. Aunque advierte "la nueva Constitución es necesaria, pero no suficiente. En paralelo es importante que gobierno y congreso se hagan cargo de las prioridades sociales".
Sobre rol de la centro derecha dice que tras el resultado del plebiscito "tenía que tomar decisiones difíciles, porque los números son tentadores". "Creo que hay algunos sectores que están apostando al corto plazo, tratando de capitalizar esa tendencia electoral, pero con una interpretación que, a mi juicio, es errada, creyendo que toda esa cifras no quieren una nueva Constitución; cuando en realidad, uno mira las encuestas y en general todas marcan que hay un 70% por lo menos de la ciudadanía que quiere una nueva Constitución, y la dificultad está en el mecanismo que vamos a elegir". "Lo que a mí me preocupa -continúa- es que la centro derecha se jugó todo su capital político y credibilidad con una promesa de campaña que era por una nueva y buena Constitución, y ese compromiso electoral tenemos que honrarlo como sector".
- ¿Por qué le preocupa?
- Si no cumpliéramos con esa promesa de campaña, la verdad es que los más contentos serían los mismos grupos radicales del interior de la Convención, algunos dentro del actual gobierno, que están torpedeando y buscando hacer fracasar estas negociaciones para que puedan decirle al país que la derecha les mintió y que en definitiva todos los problemas que este país siguen teniendo una causa en la Constitución vigente, y que por lo mismo van a retomar los esfuerzos por un proyecto constitucional bolivariano como el que ya fracasó. Creo que anticiparse a ese escenario político es una tarea ineludible para quienes están dirigiendo los partidos de Chile Vamos, y yo celebro el esfuerzo que están haciendo de pasar a la ofensiva, a una actitud propositiva y tratar de cerrar un acuerdo que sea razonable y que no repita los mismos errores de la Convención.
- O sea, ¿usted está de acuerdo con el rol que han ido tomando los tres presidentes de los partidos de Chile Vamos?
- Sí y apoyo especialmente las gestiones de mi partido, Renovación Nacional, en el sentido de, uno, cumplir con la palabra empeñada; dos, capitalizar también toda la fuerza que hubo detrás del Rechazo para que no se cometan los mismos errores de la Convención; que el Congreso Nacional no renuncie a sus facultades como poder constituyente derivado; y que al mismo tiempo seamos capaces de cumplir también con esa expectativa de la ciudadanía que sigue queriendo cambios, pero cambios con estabilidad, responsabilidad. Cambios, no experimentos constitucionales como lo que ofrecía la Convención ya fracasada. Y creo que ese equilibrio, que es difícil de lograr, lo están llevando adelante de manera muy ejemplar.
- ¿Cree que la centro derecha debería liderar este proceso?
- Creo que en definitiva cuando hay un resultado electoral como el del plebiscito, que nos ofrece una nueva oportunidad de hacer las cosas bien, tenemos que aprovecharla ahora. A mí, por ejemplo, la idea de tener un nuevo plebiscito no me gusta, porque destruiría el 62% del Rechazo. Esa es la verdad. Probablemente la centro derecha se dividiría nuevamente, tendríamos una nueva campaña en el plebiscito, le daría una nueva oportunidad al gobierno y a los sectores radicales de volver a sus eslóganes baratos y hacer mercadotecnia en campañas televisivas y redes sociales, que lo saben hacer muy bien. En definitiva, se perdería toda la cordura y sentido común que se recuperó con el plebiscito.
Errores a evitar y propuesta
- ¿Qué opina de las propuestas que hay actualmente?
- Esta idea de que el Congreso Nacional se haga cargo de redactar una nueva Constitución o las reformas a la actual Constitución, yo lo considero un problema práctico en un momento donde precisamente las urgencias sociales como delincuencia, inflación, reactivación económica han vuelto a ser un problema real del día a día de las personas. Creo que ahí hay una inconsistencia.
- ¿Cuál sería el mecanismo ideal?
- Claramente hay que descartar repetir una Convención Constitucional como la que ya fracasó, y una hoja en blanco. No podemos tener tampoco experimentos electorales como sucedió con las listas de independientes, tampoco sobre representación electoral como con los escaños reservados indígenas (...), tampoco dejar que sea el propio órgano político el que redacte su reglamento. En definitiva aprender de todos esos errores y no repetirlos. Y descartando las distintas opciones, yo me la juego por un proceso constituyente que sea mixto y que incorpore cuatro etapas. Una primera donde exista un comité de expertos que sea elegido por el Congreso Nacional, que sea un espejo de la representación política que hoy día hay en el Congreso y que ese comité tenga como principal tarea redactar un anteproyecto de nueva Constitución (...). Ahora, expertos que deben ser mandatados por los partidos políticos con representación en el Congreso, porque de lo contrario van a empezar a ponerse creativos, cuando en realidad lo que queremos es un proceso que sea de sentido común y lo más apegado a nuestra tradición constitucional.
- ¿Esos expertos sólo serían abogados constitucionalistas?
- Hay que abrirse a todas las esferas del conocimiento que sean útiles para redactar una constitución. Obviamente que el conocimiento jurídico en materia constitucional es un aporte, pero también lo pueden ser otras disciplinas del derecho o también de la economía o de las ciencias sociales (...). En una segunda etapa, creo que tiene que venir la etapa más política, en donde un órgano elegido democráticamente tome ese anteproyecto redactado por el Comité de Expertos y sin que éste sea vinculante, pueda hacerle modificaciones. (...) Ahora ese órgano político debe tener una composición, ojalá, lo más parecida al Senado. No hacer nuevos experimentos electorales (..). Creo que emular un órgano de 50 constituyentes electos democráticamente con circunscripciones más grandes y que por lo tanto lleguen a ese lugar personas que tengan una representación en votos importante puede facilitar que se llegue a acuerdo.
- ¿En este órgano debería haber escaños reservados para los pueblos originarios?
- Creo que el problema con nuestros pueblos indígenas no se va a solucionar porque los reconozcamos constitucionalmente en una nueva Constitución. Y quiero ser tajante en eso. En Chile tenemos un problema que tiene una dimensión estrictamente criminal y que raya en un cuasi conflicto armado que se está viviendo en la macrozona sur y que no se va a solucionar con una nueva Constitución. (...) Pero, por otro lado, también hay una población indígena en Chile que creo que se merece y espera ser reconocida en una nueva Constitución; y a ese grupo de personas, creo que sería una buena señal darles una representación mínima al menos asegurada en este órgano político, pero no del modo sobrerrepresentado que tuvo en la Convención Constitucional. Después de la etapa del comité de expertos y del órgano político, creo que debe haber una tercera etapa en la que el Congreso Nacional ratifique todo este trabajo (...). Y, por último, lo más importante, es que tiene que haber un plebiscito de salida con voto obligatorio.
- ¿Por qué?
- Es la mejor manera de legitimar, en el largo plazo, todo este proceso constituyente. Y también, por qué no, quién sabe, un salvavidas en caso de que nuevamente fracasemos. Mirando a los adversarios políticos, sobre todo, de Apruebo Dignidad, creo que ellos todavía no toman nota de la derrota electoral que sufrieron y van a seguir insistiendo en un proyecto constitucional más bien bolivariano, refundacional, alejado de nuestra tradición constitucional. Si fuese necesario volver a activar algún tipo de salvavidas o válvula de emergencia, el plebiscito de salida demostró ser una herramienta muy eficaz.
- ¿Cuándo cree usted que iba a estar lista la propuesta de cómo se va a ser el mecanismo?
- Creo que noviembre es un mes clave sobre todo por los tiempos que se manejan (...). El acuerdo no puede pasar más allá de este año, porque se topa con otros procesos electorales. Sería inconveniente tener un plebiscito de salida demasiado cerca de las elecciones municipales. 2
Creo que en definitiva cuando hay un resultado electoral como el del plebiscito, que nos ofrece una nueva oportunidad de hacer las cosas bien, tenemos que aprovecharla ahora. A mí, por ejemplo, la idea de tener un nuevo plebiscito no me gusta, porque destruiría el 62% del Rechazo".
Flor Arbulú Aguilera
flor.arbulu@mercurio valpo.cl
aprender de los errores y no repetirlos es algo que para el exconstituyente es clave de cara al nuevo proceso.
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