"Hay que considerar el sitio Patrimonio con otros ojos"
Hace más de medio siglo fue el creador de un afiche de Valparaíso que sigue vigente y que acaba de ser reeditado. Su teoría es que captó en su collage lo que es la ciudad.
Una pregunta que se hace el arquitecto, profesor emérito de la Escuela de Diseño UV, Ciudadano Ilustre de Valparaíso 2009 y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valparaíso, Allan Browne, es por qué al afiche que realizó de la Ciudad Puerto en 1971, durante el mandato del alcalde Sergio Vuskovic, aún sigue vigente. "Es una cosa que yo nunca pensé que iba a pasar cuando lo hice, es medio siglo ya", dice y su teoría es porque "captó algo esencial de Valparaíso, creo que ése es el punto", ya que tiene "un concepto de diseño que parte de un elemento esencial de la geología de Valparaíso que son las quebradas, las dos laderas que se están mirando. Eso es muy típico de nuestros cerros".
Junto con ello, desde la perspectiva de Browne, el collage también da cuenta de la época en que lo hizo, porque esas dos quebradas configuran el mapa América Latina, porque en esos tiempos el continente era "muy importante. Estamos hablando de 1971, se soñaba mucho con América Latina, sobre todo, la integración latinoamericana. Todo el mundo hablaba de eso y Valparaíso lo sentía muy especialmente. Ahora yo creo que los tiempos han cambiado", asegura.
- ¿En qué sentido?
- Porque ya no hablamos de integración. Se produce un fenómeno distinto hoy día, casi de desintegración, una cosa muy triste. En esa época, soñábamos todos con la integración y con el gran continente latinoamericano. Había movimientos poéticos literarios que eran del continente como el realismo mágico y otros.
Pero no es el único motivo, también es porque Valparaíso -a fines del siglo XIX y principios del XX- fue muy importante para la recalada de barcos que venían de Europa hacia América. "Era el puerto de recalada absolutamente necesario para todos estos viajes. Era muy importante", asegura. Junto con ellos a través de las ventanas asoman personajes que son relevantes en la historia de la ciudad, como son Pablo Neruda, Sara Vial y Juan Cameron, por nombrar algunos. Esto porque "es un Valparaíso habitado además".
Características que se podrán apreciar en la reedición que acaba de hacer la Editorial Universidad de Valparaíso -sello en cual trabajó junto a Ennio Moltedo-, que viene acompañado de un libro que cuenta la historia de cómo se gestó.
Remirar Valparaíso
El hecho de que en el afiche muestre una ciudad habitada tampoco es casual, y es porque para este "porteñista" -como se reconoce-, considera que los habitantes de la ciudad son fundamentales, sobre todo a la hora de analizar la arquitectura que embellecen los cerros de Valparaíso.
"Yo creo que está ligada la arquitectura con la gente", y destaca que la construcción en los cerros es "completamente espontánea, no hay grandes arquitectos ahí, sino que es el trabajo espontáneo de la gente, pero muy creativo". Rememora que al asistir un congreso de arquitectura hace unos 20 años, una delegación extranjera "reconoció el constructor espontáneo de Valparaíso de los cerros, el genio del lugar, o sea que tiene una capacidad de interpretar el lugar y construir justo ahí lo que necesitaba en ese lugar. Es una cosa que uno en la Universidad le enseñan desde el primer año (...), lo que a uno le enseñan, los autoconstructores de los cerros lo tienen intuitivamente".
De allí que considere que quienes hayan -o estén- estudiando arquitectura en la ciudad Puerto son especiales, puesto que "les ha tocado una ciudad muy rica. Con una geografía muy rica de tierra, cerro, mar. Una cosa muy hermosa, además, y muy sugestiva. Valparaíso tiene una cualidad que siempre se está mirando a sí mismo, nunca desaparece como en otras partes. De cerro a mar, de mar a cerro, de Barón hacia Playa Ancha, hacia el centro. Siempre se está contemplando", detalla, afirmando que debido a ello, la ciudad ha dado a luz a escritores, pintores y músicos.
- ¿Cómo ve usted ahora a Valparaíso?
- Lo veo más deprimido, pero yo no soy pesimista en ese sentido. Yo creo que está deprimido porque todo Chile, todo el mundo está deprimido. Por diferentes motivos. (...). Yo le daría ciertos consejos.
- ¿Cuáles serían?
- Tengo unas palabras: reanimación, reencantamiento, renovación, renacimiento.
Desde la perspectiva del profesor Browne esto es relevante sobre todo para el sitio Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, porque lo que se vio en 2003 "hay que considerarlo de nuevo con otros ojos". Para explicarlo recuerda a su profesor Alberto Cruz: "Dijo que la misión de Valparaíso es señalar a Chile que su destino es el mar. Ésta es una misión política, empresarial y cultural. Es importante que un país, con una costa tan larga, tenga una clara concepción de que su misión está en el mar. Y Valparaíso la lleva ahí, porque fue el gran Puerto de Chile, entonces, debería seguir dando direcciones en ese sentido a través de su historia y de sus planteamientos actuales: políticos, empresariales y culturales, porque es una misión conjunta".
Importante reconocimiento
Antes de la pandemia, Allan Browne tuvo que dejar de hacer clases por un problema a la próstata por la cual tuvo que ser operado. Y si bien seguía recibiendo estudiantes en su casa, que la tiene convertida en taller, con el covid-19 quedó totalmente encerrado.
De allí que además del relanzamiento del afiche tuvo otra alegría a principios de este año, cuando recibió el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valparaíso, la más alta distinción académica que entrega la casa de estudios.
"Yo tengo muchos amigos muy capaces que han tenido una trayectoria importante y que no lo han recibido. O sea, ¿por qué me toca a mí? Realmente no es falsa humildad, sino que no sé por qué, no tengo idea", se pregunta. "Yo he hecho cosas, no cabe duda, pero mucha gente también ha hecho cosas y no se lo saca", reflexiona.
Pero más allá de eso "lo acepto encantado". "Estoy feliz, estoy contentísimo que me lo hayan dado. Me elevaron el espíritu en estos tiempos tan difíciles". Además, considera que es importante el reconocimiento, "sobre todo cuando uno está viejo, ya que uno necesita... no halagos, sino que te reconozcan buenamente lo que hiciste. Nada más".
Quienes fueron sus alumnos aún lo recuerdan con cariño, que es otro reconocimiento a su trabajo. A él también le gustaba compartir con las nuevas generaciones, pero reconoce que "lo que me pilló un poco es el mundo digital, que yo me quedé fuera de eso y no voy a entrar ahí", sostiene. "Yo lo respeto mucho, pero yo no voy a entrar en eso ya, no es mi época (...) porque para mí es muy difícil. Yo tengo un computador, pero en este tiempo de pandemia ¿quién me iba a enseñar? Así que lo tengo ahí, guardado con un pañito encima no más", dice entre risas.
Pero nada de ello es obstáculo para él, pues "sigo dibujando y hago cosas de tipo analógico". Se trata de trabajos que "regalo generalmente". "Yo dibujo al pastel, son retratos de matrimonios, donde está la pareja junta; o sino cosas de Valparaíso", cuenta.
Y hay más, porque tiene en carpeta dos libros. Según adelanta, "hay una revisión de un libro mío que se llamaba 'Valparaíso a la vista' que lo editó la Universidad de Valparaíso y ahora lo va a editar Altazor. Y después viene un libro que escribió un amigo mío que es Luis Álvarez Figueroa, que se llama 'Café collage. Diálogos con Allan Browne'". Se trata, dice, de una continuación de los "Diálogos con Ennio Moltedo" que se llama "Café invierno". "Ésas son las cosas que sé que están en la lista de espera", concluye. 2
Flor Arbulú Aguilera
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