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"Valparaíso se instala como referente para el arte urbano"

La académica UPLA recibió el jueves pasado el premio de la Fundación Futuro por "Murales no albergados", texto sobre estas pinturas y que nació como su tesis de doctorado.
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Magdalena Dardel le ha dedicado más de una década de su vida al estudio del Museo a Cielo Abierto de Valparaíso. La historiadora del arte dice que es como su tercer hijo. Y en este año, su labor está siendo ampliamente reconocida.

En octubre fue elegida como una de las Mujeres Destacadas de Nuestra Tierra, iniciativa impulsada por el Ministerio de Ciencia para visibilizar y destacar a representantes de las ocho provincias de la región que se desempeñan en la ciencia, el arte y las humanidades, conectándose con los territorios, en su caso la Provincia de Valparaíso. Y el jueves pasado recibió uno de los Premios Ciudad Valparaíso 2022 de la Fundación Futuro por su libro "Murales no albergados", sobre el citado museo y su historia.

"Además de la satisfacción y el orgullo que implica recibir un premio de una fundación que ha estado reconociendo hace varios años el trabajo que se está haciendo en Valparaíso, es una validación a mi trabajo; y lo que a mí más me interesa es que este tipo de instancias permiten que se active la discusión sobre el tema que aborda el libro", plantea Dardel. En ese sentido, valora que "la investigación no queda ahí en un libro que está en la estantería, sino que da pie para discusiones, interés por, quizás, reconocer y recuperar son palabras mayores, pero al menos dar cuenta del proyecto Museo a Cielo Abierto que era el objetivo con el que yo escribí el libro".

La académica de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) menciona que el texto es su tesis de doctorado en la Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires, Argentina, que defendió en 2017, pero su vinculación parte de antes. "Yo había sido invitada a participar el año 2010 en un proyecto, en un Fondart, que en ese entonces quería recuperar el Museo a Cielo Abierto. Un proyecto muy pequeño que finalmente no se concretó, pero fue el punto de partida para que yo pudiera conocerlo, más allá como porteña, como conocemos todos el museo, un poco más en profundidad", cuenta.

Desde ese momento, se interesó por la iniciativa que impulsó el pintor Francisco Méndez entre 1991 y 1992, que fue el creador de los Talleres de Murales bajo el alero de la Universidad Católica de Valparaíso a finales de la década de los sesenta. Dardel reconoce que "no solamente son una serie de murales de artistas famosos, sino que hay una propuesta detrás, había objetivos pedagógicos, artísticos, urbanos, arquitectónicos y de reconocer toda esa riqueza que implicaba el Museo a Cielo Abierto. Pero también darme cuenta del abandono en el que estaba el proyecto".

Un síntoma del estado de valparaíso

Magdalena Dardel cuenta que el Museo a Cielo Abierto nace después de una conversación de Méndez con su amigo Nemesio Antúnez -quien, tras la vuelta de la democracia, fue nombrado director del Museo Nacional de Bellas Artes y que en Televisión Nacional conducía el programa "Ojo con el Arte"-, y a través de la cual buscaba reimpulsar lo hecho en el Taller de Murales.

"En esta nueva etapa la idea es de plantear ya no solamente los murales con autoría de Francisco Méndez, sino que también incorporando a otros artistas; y así se congrega ese universo de artistas que han destacado en el arte chileno contemporáneo", dice la autora, haciendo la salvedad de que "en realidad Taller de Murales y Museo a Cielo Abierto no podríamos entenderlos como una misma cosa. Sí hay una continuidad entre ambos, pero no son una misma cosa, sino que son dos momentos que están muy sujetos a sus circunstancias históricas, que tienen un hilo conductor evidente, pero son dos etapas".

Pero el paso del tiempo ha planteado un nuevo desafío para el Museo a Cielo Abierto: su conservación. "Siempre digo que es sintomático el abandono del Museo a Cielo Abierto, como síntoma de lo que está pasando en Valparaíso en general, o sea no es un caso aislado. De hecho, dadas las circunstancias actuales, sería muy raro que el Museo a Cielo Abierto estuviera en un estado de conservación óptimo, siendo que el resto de la ciudad está muy abandonada", dice.

Dardel sostiene que "se requiere un presupuesto, una atención especial. Actualmente no hay ninguna entidad ni pública ni privada destinada al cuidado del Museo a Cielo Abierto, o sea me refiero a que no existe una suerte de fundación o departamento Museo a Cielo Abierto, pero tampoco está a cargo de una institución. O sea, el Museo a Cielo Abierto está totalmente en tierra de nadie, no hay nadie en este momento preocupándose de él".

La académica asegura, al respecto, que debe haber una discusión previa para saber quién se encarga de su conservación: "Qué sentido tiene conservar los murales, si los vamos a conservar solo por motivos turísticos, patrimoniales o queremos proponer actualizar o analizar los relatos detrás del museo. Porque también hay que pensar que cuando se hizo el proyecto, los artistas y particularmente Francisco Méndez como líder de este grupo, jamás pensó en qué iba a pasar con los murales".

Los primeros debates sobre la conservación del Museo a Cielo Abierto partieron por los efectos del clima, no por las vandalizaciones de los últimos años. A juicio de Dardel, "tenemos que pensar entonces que si los artistas originalmente no plantearon una propuesta vinculada a la mantención de los murales, nosotros tenemos que actualizar esa discusión. No se trata simplemente de conservarlos porque son hechos por artistas famosos, porque son bonitos o porque son un hito de la ciudad, sino que hay que discutir qué pretendemos hacer al renovar esos murales, cuál va a ser el sentido y pensarlo como una política a largo plazo".

La convivencia del arte urbano

Un factor que también entra en juego se relaciona con las concepciones sobre el arte urbano o callejero, que va desde el mural clásico al grafiti e incluyendo el "tag", las marcas o firmas individuales que se hacen en las paredes. "Todo eso coexiste. Entonces, ¿cómo convivir? Yo diría que, si es que vamos a conservar estos murales, es el gran desafío que hay que tener presente como una realidad, más allá del juicio que podamos hacer respecto de la calidad de los murales, los rayados o de las expresiones artísticas urbanas, hay que tenerlos en cuenta de que es una realidad, que es algo que no va a desaparecer y que de hecho es incluso incontrolable", afirma Magdalena Dardel.

Por ello, agrega, "hay que pensar en cómo hacemos dialogar, en cómo insertamos y en qué lugares, en qué espacios, en qué formatos y qué vamos a hacer con eso. Es una discusión que yo creo que tiene que ver con el futuro más bien, y en ese sentido creo que hay que tener en cuenta cómo Valparaíso se instala como una ciudad referente hoy, a nivel mundial, para el arte urbano".

De hecho, continúa Dardel, que la Ciudad Puerto sea un referente para el muralismo urbano es gracias al Museo a Cielo Abierto. "Si llevamos el término más allá, hoy hablamos de museos a cielo abierto en distintas partes de Chile, quizás el más famoso es el de San Miguel, ese es un concepto que también proviene del museo de Valparaíso. Entonces, hay que tener en cuenta todo este panorama y toda la carga semántica y simbólica que implica el concepto de Museo a Cielo Abierto, que nace con el caso que estamos revisando en Valparaíso, pero que es mucho más amplio que eso", manifiesta.

Finalmente, la autora apunta a rescatar el valor social del muralismo, como un elemento de reunión y cohesión social en torno al arte. "Al llevar el mural a la calle, al llevar la obra de arte a la calle o llevar la visualidad a la calle, lo que estamos haciendo es tratar de relacionarnos de otra manera como sociedad y creo que esa es la esencia, y quizás esa es la idea que hay que fomentar y quizás es lo más interesante a rescatar del Museo a Cielo Abierto", sostiene. 2

Francisco Meneses Vera

francisco.meneses@mercuriovalpo.cl