Expertos dan claves para poder evitar futuros megaincendios
SINIESTROS. PUCV llama a reemplazar vegetación combustible, exdirector de Onemi pide un plan de prevención permanente y académico USM pone acento en las tomas.
En forma paralela a la tragedia en Viña del Mar, diversos especialistas en emergencias de este tipo plantearon las principales medidas a tomar de parte de las autoridades como también de los dueños de predios y personas que ocupan terrenos de manera irregular.
El despeje de las áreas de forestación inflamable, su reemplazo por otras especies que sean menos combustibles, la responsabilidad de los dueños de tierras de hacerse cargo de sus bienes en prevención de incendios, acelerar las soluciones habitacionales de las familias que se toman lugares en sitios peligrosos, un plan para prevenir no anualmente, sino de aquí a 10 años catástrofes similares, e institucionalizar la labor bomberil a fin de que la señal no siga siendo la de un heroico voluntariado, sino de una política de Estado, fueron los principales puntos que abordaron.
Ariel Navarro, ingeniero forestal, doctor en Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile y académico de la PUCV, señaló: "Muchos de los sitios donde han ocurrido estos focos ayer y hoy son lugares que ya estaban identificados como de alto riesgo, es información que tienen universidades como los municipios mismos. Hay muy poca posibilidad de que los municipios lleven adelante acciones preventivas eficientes para realmente reducir el riesgo. Necesitamos que sea abordado desde el nivel central, que el Estado genere una política distinta para llevar adelante planes preventivos para incendios", dijo.
Señaló que en estos sitios predomina "el eucalipto, pino, vegetación exótica y es la vegetación más inflamable que tenemos. Es la que cubre prácticamente toda la zona donde vive la población. Es vegetación que crece más rápido y ofrece sombra más rápido, pero también significa un riesgo más persistente. Un eucalipto puede estar 80 años en un lugar generando biomasa y no solo es inflamable por todos sus aceites, sino porque también se descorteza y genera combustible seco fino en la parte baja que aumenta mucho más la conectividad del fuego y su propagación, y un plan de sustitución de la vegetación podría disminuir significativamente el riesgo de incendio y dar otros beneficios como biodiversidad, regulación de régimen hídrico, regulación de las temperaturas".
"Es un polvorín"
En ese sentido, indicó que para reemplazar estas especies combustibles están el "boldo, quillay, peumo, espino, colliguay, hay muchísimas especies para elegir para cada sector, pero es un trabajo de restaurar el ecosistema, que hemos dejado casi que suceda aleatoriamente y se ha transformado sin querer, pero en base a la planificación cero, en un polvorín. Prácticamente todo lo que vemos en Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, etcétera, es vegetación exótica inflamable. Es información que tenemos hace muchos años y no hemos sido capaces de traspasar hacia la legislación urbana".
El exdirector de la Onemi, Guillermo de la Maza, recordó los últimos grandes siniestros en Valparaíso, con características similares, y llamó a concretar planes de prevención a largo plazo efectivos. "Julio de este año fue el más lluvioso de los últimos 16, 17 años, y permitió que los pastos dejen un combustible disponible en abundancia que es por donde se trasladan los incendios forestales. Eso es una condición y está dado en toda la Región de Valparaíso. Además, las condiciones climáticas han sido desfavorables, con 2 o 3 y hasta 4 grados sobre lo normal en la zona y han sido sostenidas. Y a eso se le suma la intervención humana", dijo De la Maza.
Zonas periféricas
En ese sentido, reconoció que los últimos grandes incendios han comenzado en zonas periféricas: Panguirosa, en Santo Domingo; Laguna Verde, en Valparaíso; Colliguay y Lo Orozco en Quilpué, "han sido los lugares más importantes donde se ha registrado esto últimamente y todo por intervención humana. Entonces, la toma Felipe Camiroaga, Las Palmas y la quebrada El Huaso que conecta Villa Monte con Forestal son lugares complejos por la cantidad de vegetación y casas".
Asimismo, recordó la complicación del crecimiento de los asentamientos irregulares. "Hemos perdido la memoria, hay puntos en la región donde antiguamente hay vegetación y hoy se comparte, como Ocoa, en Hijuelas; en Quillota también; en Concón, en el sector de Colmo que comparte zona con Quintero, Quillota y Limache, y esa zona también ha tenido un crecimiento bastante grande. Entiendo la necesidad... pero la condición de incendios forestales que tiene que ver con las malas conductas humanas potencia esto. Los programas de prevención de incendios deben ser todo el año, no podemos seguir siendo reactivos, hay experiencia de esto en la región y hoy no puede ser que estemos haciendo cortafuegos a partir de noviembre".
Andrés Fuentes, PhD. en Mecánica de Fluidos de la Université de Poitiers-ENSMA, Francia, experto y referente nacional en combustión y vicerrector académico y profesor de la Universidad Técnica Federico Santa María, señala que "la población se está acercando al bosque rápidamente, esto se visibiliza bien en las tomas de terreno". Añade que que "si esas viviendas se quedarán ahí definitivamente, entonces se deben disponer de una determinada manera para asegurarse que la vegetación que existe en el entorno urbano la tengamos que eliminar de manera juiciosa, no se hace un despeje al azar" y, por otro lado, "si me doy cuenta de que es una zona de riesgo muy vulnerable, lo que se hace es disponer las viviendas de manera que corran un riesgo menor en la propagación", mencionando que aquello ya lo están estudiando expertos en la universidad a fin de "evitar que los incendios pasen de la parte forestal a la parte urbana".
"Los programas de prevención deben ser todo el año, no podemos seguir siendo reactivos. No puede ser que estemos haciendo cortafuegos a partir de noviembre".
Guillermo de la Maza, Exdirector regional de la Onemi