Correo
Desprolijidad
A propósito de la cancelación de los fuegos artificiales, resulta preocupante ver cómo se manejó un panorama que no contaba con la certeza de ser realizado y que alentó a la industria turística para ofrecer muchos eventos, donde lo atractivo era el Año Nuevo en el Mar.
Generar expectativas sin contar con los fundamentos adecuados es decepcionante, por decir lo menos. Un reconocimiento de la desprolijidad atenuaría la falta.
El proveedor y las autoridades regionales y comunales tienen la palabra.
Jorge Vidal Stuardo
Desastre
No convencen las explicaciones de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, respecto de que la responsabilidad de la suspensión de los fuegos artificiales estaría únicamente en el fallido adjudicatario. Se ve cero autocrítica frente a una adjudicación municipal que es de su exclusiva responsabilidad. Se entiende que el municipio no es un ente técnico como para establecer si la pólvora estaba en buen estado o no; sin embargo, sí pueden en las bases de licitación solicitar que los oferentes presenten la debida certificación de la calidad de la pólvora por parte de la DGMN.
Este desastre para el turismo y comercio viñamarino, que espera con ansias estas fechas, y para uno como una simple ciudadana de a pie, es una muestra más de la inexperiencia de las autoridades que, lamentablemente, la estamos padeciendo todos en una serie de ámbitos. La lista es larga.
Orietta Ramírez L.
Responsabilidad municipal
La suspensión de los fuegos artificiales es responsabilidad única y exclusiva de los alcaldes de Valparaíso y Viña del Mar. Ellos son los mandantes, quienes contratan el show pirotécnico. Son los primeros responsables del fiasco. Ellos sabían que los elementos pirotécnicos estaban vencidos, pero en vez de actuar oportunamente, esperaron que la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) hiciera una excepción, algo imposible, ilegal. Hubiese sido una irresponsabilidad no aceptable de una institución seria y profesional.
La negligencia, incompetencia, ineptitud, etc., de los citados alcaldes es inaceptable. La comunidad no debe aceptar que ellos intenten sacar las castañas con la mano del gato.
Valentín Daniels
Hubo tiempo para prevenir
Se ha roto una tradición al no autorizarse el espectáculo de fuegos artificiales para recibir el nuevo año en el mar. Hubo tiempo para prevenir, organizar y prever cualquier hecho que no estuviese en norma. Las autoridades alcaldicias están impactadas ante esta negligencia. Hay un claro incumplimiento del contrato. Los ciudadanos porteños y viñamarinos quedarán solo con el recuerdo de lo que pudo haber sido.
René A. Zapata Valiente
Afectación
Solo agradecer al Sr. Sharp y la Srta. Ripamonti por arruinar el Año Nuevo de millones de personas y con eso afectar directamente la economía local de incluso las personas que arriendan sus balcones. Una evidencia más de la pésima gestión de ambos. Esto es un papelón de talla mundial.
Francisco Javier Lizana Aylwin
Readecuación
Año Nuevo sin fuegos artificiales. Autoridades y gremios turísticos de la ciudad se lamentan por la no autorización de una actividad tradicional y atractiva, pero dañina para el medioambiente, para quienes padecen enfermedades crónicas y para las mascotas en general.
Valparaíso es mucho más que una noche de Año Nuevo, su atractivo como ciudad supera esta actividad que debemos ir dejando en el pasado. Cuidar nuestra ciudad con nuevas formas de celebración sin producir daños o molestar a sus habitantes se presenta como un desafío hacia el futuro, donde la creatividad, la belleza y seguridad será tarea de todos los porteños.
Así, se disfrutará de una noche de Año Nuevo y de múltiples actividades que la ciudad podrá desarrollar y ofrecer en una nueva y atractiva etapa.
Joaquín Ortiz G.
Indulto
Es inconcebible que el Presidente de la República planteara días atrás la necesidad de recobrar el sentido de la autoridad, pero acto seguido indulta a personas condenadas por el estallido social, sin olvidar al exfrentista también indultado. Estas son las señales que precisamente hacen que la violencia se siga naturalizando y que la autoridad no recobre su sentido. El mensaje que queda es que un Gobierno, cuyas ideas fueron afines a lo que ellos denominan "La Revuelta", va a "perdonar" a aquellos que saquearon, incendiaron y destruyeron bienes públicos y privados. Con esto, el discurso de días atrás solo queda en palabras que se las lleva el viento.
Pablo Aldunate Allegro Fundación para el Progreso
Egos
Llama la atención la reacción del alcalde Sharp y el gobernador Mundaca frente al anuncio de un muy necesario plan gubernamental de recuperación de la zona cero en Valparaíso.
En vez de alegrarse, ofrecer colaboración y complementar la propuesta de un modo concreto, simplemente se quejan porque no se los consideró.
Pareciera ser que el ego de las autoridades es un motor mayor que las necesidades de sus representados -en este caso los comerciantes, que ven dilatadas ayudas mientras se resisten a dejar un Valparaíso golpeado por la pandemia, el estallido social y la delincuencia-.
Además, sus declaraciones llaman la atención cuando se trata de diagnósticos ampliamente compartidos. De hecho, en un reciente estudio de Piensa (Valparaíso en arriendo: sobre la vacancia comercial) mostramos la relación existente entre violencia, inseguridad, crisis del comercio y la necesidad de intervención, el que está disponible en nuestra página web.
Puede ser que el plan requiera de mayor participación local; sin embargo, ello no debería significar que nuestras autoridades se distancien de éste a priori. ¿Acaso es justo que los comerciantes de la calle Condell deban pagar por rencillas políticas de quién lidera la recuperación?
Valparaíso requiere de todos trabajando en sintonía, pues, de lo contrario, será imposible recuperarlo. Los egos no tienen espacio.
Ignacio Aravena Investigador asociado Fundación Piensa. Ph.D (c) LSE y Ms. NYU