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la persistencia en el tiempo de los problemas que la ciudadanía más resiente, como son el equipamiento urbano, el transporte, la salud y la seguridad pública, por tratarse de prestaciones o servicios vinculados directamente al bienestar y a los aspectos más cotidianos de la vida de las personas.
Ello sin desmedro de considerar que la encuesta se centra principalmente en las capitales provinciales, excluyendo otras ciudades con mejor calidad de vida -como Olmué, La Cruz, Algarrobo, Santo Domingo u otras- que podrían eventualmente modificar los valores al alza y de las cuales "hay que preocuparse, porque el crecimiento las va afectando, ya sea en términos de congestión o seguridad, y es necesario evitar que lleguen a situaciones más complejas como las que experimentan las ciudades grandes, donde por su dimensión resulta más difícil resolverlas".
El exjefe regional cree que hacen falta políticas municipales, con un componente de apoyo regional, "para mejorar aquella infraestructura que afecta al ciudadano", las cuales además deben ser permanentes y dinámicas con el objeto de ir resolviendo las carencias o reposiciones que corresponda, "y en equipamiento urbano uno no conoce esta clase de políticas locales ni tampoco regionales".
También observa falta de cobertura en la salud primaria, más allá de las ciudades grandes, en sus periferias o en los sectores rurales del interior, y estima por otra parte que "en el transporte público la situación es crítica, a lo que hay que agregarle los altos niveles de congestión que se están produciendo no solo en la conexión Valparaíso-Viña del Mar, sino también en otras comunas del interior, donde hay que hacer frente a síntomas que son preocupantes, porque cuando empieza a crecer la congestión es muy difícil detenerla, hay que realizar acciones antes".
En este punto considera fundamental que la Región incorpore el concepto en aplicación en la capital, que enfrenta la congestión a través del metro, desarrollando una red de transporte público que sea integradora y pertinente, porque los problemas de esta índole en la zona "no se puede resolver con las mismas metodologías utilizadas en Santiago puesto que hay otra realidad, que se expresa dramáticamente cuando el Ministerio de Transportes trae un bus eléctrico para mostrarlo en Valparaíso el cual no puede seguir avanzando porque no cabe en la calle".
"Yo no veo de parte de las autoridades una preocupación por hacer una propuesta que permita desarrollar los estudios, los diseños de ingeniería, buscar los financiamientos y presionar al gobierno central para que deje de seguir invirtiendo en líneas de metro solo en Santiago", plantea Aldoney, a la vez que recuerda que las soluciones deben incorporar a la Región como un todo, porque hoy existen sectores que ni siquiera están cubiertos. "El problema no se resuelve solo con la licitación de buses de Valparaíso, no puede haber un transporte desarrollado en el Gran Valparaíso y subdesarrollado en las otras provincias".
Las personas y la vida política
Independientemente de los indicadores específicos de este estudio de opinión, el investigador de la Fundación Piensa, Manuel Díaz, señala que "gracias a la constancia en el tiempo de la encuesta de calidad de vida tenemos la posibilidad de ver cómo ha variado la vida de los habitantes de nuestra Región".
Agrega que "poder conocer en números la vida de las personas es algo muy relevante para la vida política", ya que "es una teoría conocida en la Ciencia Política que las crisis institucionales muchas veces surgen porque el Estado y los políticos son incapaces de responder a las necesidades de los ciudadanos".
Para el filósofo y cientista político de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la presente encuesta regional conlleva noticias malas y preocupantes, entre las cuales llama la atención que ninguna comuna supera los 500 puntos, ubicándose en un índice promedio promedio de 432, lo que significa que "si esto fuera una prueba, toda la Región hubiera reprobado".
Al mismo tiempo, subraya, "mientras el alcalde Sharp sigue preocupado de la política nacional, Valparaíso es la ciudad peor evaluada por sus habitantes", mientras Viña del Mar es la cuarta peor calificada. "El rol que tienen ambas municipalidades para revertir esta tendencia a la baja de las dos ciudades más grandes de la región es crucial", señala Díaz.
El investigador indica también que debe llamar la atención la fuerte caída en la satisfacción con la vida de los habitantes de la zona, "lo que nos lleva a pensar que el patrón de años anteriores donde lo exterior se criticaba fuertemente mientras que lo interior estaba bien valorado ha cambiado".
Esta cuestión, enfatiza, "resulta de vital importancia puesto que nos presenta un malestar profundo que afecta nuestro sistema político; por lo mismo, no debería sorprendernos que las personas comiencen a cuestionar la democracia como lo vimos en nuestra encuesta de Opinión Política y hace unos días en la del CEP. Preguntarnos cómo subsanar los dolores de nuestra Región es un desafío que, si lo superamos, mejoraremos la vida de las personas y fortaleceremos la democracia que depende del bienestar de sus ciudadanos". 2