Tenis de Viña, contra todo y contra todos
El gallito del gobernador Mundaca consiguió su objetivo: el Gobierno aceptó financiar el ATP que le negó la propia Corporación que él preside.
Finalmente, y lo más importante de todo, el tenis tendrá su fiesta entre el 11 y del 19 de marzo con el mil veces manoseado challenger del Club Unión de Viña del Mar, organizado por el idolatrado Hans Gildemeister y su adlátere, el productor Gabriel Apey, sobrino del no menos mítico Patricio Apey, entrenador de Gabriela Sabatini y de cuantas otras figuras del circuito.
El ganador de toda esta batalla es nada menos que el gobernador Rodrigo Mundaca, quien para conseguir el financiamiento logró convencer a la ministra de Deportes, Alexandra Benado, y a otros cargos altos en el Palacio de La Moneda, acaso los mismos que no tuvieron ningún inconveniente en invitar como salvadores para los incendios (avengers los llamaron en redes sociales) a los exministros de Piñera, Rodrigo Delgado -flamante candidato por el pacto Chile Seguro al Consejo Constitucional- y el exministro José Antonio Walker, quien tuvo demandado por injurias y calumnias, solicitud de desafuero de por medio, al propio Mundaca por un año.
En el camino quedarán el vicepresidente de la propia Corporación y también vicepresidente de la DC, Gianni Rivera, acusado de solicitar "incentivos" por Mundaca, Gildemeister y Apey, de acuerdo a la versión del presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar, Rodrigo Rozas. De lo anterior, entendiendo que Rivera efectivamente pidió la "mascada" para amañar la votación como dice Mundaca, cae toda la sospecha del mundo sobre el directorio integrado por Pier-Paolo Zaccarelli, Marco Brauchy, Verónica Castillo, Rafael Torres, Sandra Miranda, María Teresa Solís, Alejandro Bernales y el gerente Francisco Godoy, quienes -siempre según la denuncia de Mundaca y Rozas, avalada por Gildemeister, Apey y la core Tania Valenzuela- entonces estuvieron de acuerdo (o fueron cándidamente manejados) para votar en contra del traspaso de dineros al torneo de tenis propuesto por el gobernador.
Antes de que el primer tenista dé el primer bote de su bola amarilla para ejecutar el servicio inicial del torneo, cabe preguntarse si era necesario destruir la Corporación para sacar adelante el challenger de Viña. Si Gianni Rivera pidió "incentivos" y eso se puede probar debe ser castigado de la forma más categórica posible, al igual que al directorio eventualmente involucrado en una (como sugiere el gobernador en su denuncia al Ministerio Público, y el fiscal de la gobernación, Eric Zúñiga) votación que puede configurar ilícitos tan graves como tráfico de influencias o negociación incompatible.
Ahora, si no es así, si nadie consigue probar tal grave acusación contra Rivera y los siete restantes directores, el gobernador debe dar una buena explicación o atenerse a la consecuencias. Ya ayer acusó al nuevo "asesor" de La Moneda, el exministro de Agricultura Walker, de robar agua sin pruebas. Hoy hay una doble denuncia ante el Ministerio Público por actos impropios que involucran a Gianni Rivera y al directorio de la CRTV, la segunda amparada por el diputado de RN Andrés Celis. La sociedad exige responsables, caigan Rivera, Godoy, el directorio o quien sea. La Corporación de Turismo de la Región de Valparaíso tiene la palabra. Si calla, habrá que dar por ciertas las denuncias del gobernador y enterrarla para siempre. Sencillamente no estuvieron a la altura