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Fábrica de espuma con 73 años de historia destaca en Valparaíso

EMPRESA. Familia Garibaldi consolidó su liderazgo en el reciclaje, donde fue una pionera, pese a las dificultades.
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Katherine Escalona M.

En 1949, el porteño Agustín Garibaldi Cademartori, hijo de italianos, creó en Valparaíso "Industrias Aconcagua", fábrica que fue pionera en el reciclaje de algodón en la región y que actualmente se mantiene con 73 años de historia, periodo en el cual ha tenido que apostar por la reconversión para seguir vigente.

Los inicios estuvieron en el centro de la ciudad, pero luego Garibaldi compró un galpón en el cerro Esperanza, en Lastarria 155, donde aún se mantienen vigente la fábrica -que ha sido ampliada-, pese a todo tipo de adversidades. La industria del algodón cambió, incursionaron en la espuma, hubo un incendio, pero siguieron adelante, siendo la ciudad elegida Valparaíso como centro de la actividad comercial.

Los Garibaldi son una de las pocas familias de empresarios que pese a toda adversidad se quedaron en el Puerto y crearon productos nuevos. Y si bien reconocen que estar en Valparaíso ha sido "difícil", no es imposible, apostando con ello a la descentralización e incluso a lanzar nuevos productos en deporte, colchones, área clínica y juegos infantiles.

La gerente de la empresa, María Eugenia Garibaldi, precisó que "partimos haciendo colchones de lana, colchones de material reciclado, y ahí fue variando de a poco a un producto de una napa de unos 3 centímetros aproximadamente, que se obtenía de recortes de empresas que hacían confección. Se reciclaba algodón con diferentes empresas, esa era la materia prima, y se reconvertía en tapicería y en confección de las hombreras. Mi papá gestó todo e hizo las gestiones con diversas empresas entre los 50 y 60".

Explicó que "primero se trabajó con cuatro cardas y luego se redujo a una que se trajo de exportación desde España, en el año 1971. Mi papá siempre trabajó y tenía 30 años cuando comenzó a funcionar la empresa, él eligió Valparaíso y nunca se quiso ir de acá. Comenzó en un tercer piso de un inmueble en Tomás Ramos, luego se cambió al cerro Esperanza, donde construyó galpones".

En el cerro Esperanza partió la reconversión con la espuma, producto que aún se mantiene y que se "ha diversificado en diversos elementos. Siempre hemos vivido en Valparaíso y mi papá nunca se quiso ir, es una empresa familiar y hoy tenemos varios productos e incluso estamos sacando unos nuevos productos en deporte, área clínica y juegos didácticos. Hay muchas cosas que se hacer, tenemos almohadas e incluso vendemos espuma para acústica y aglomerado".

Agregó que Valparaíso como polo comercial "es difícil, pero la verdad es que Santiago se traga a todo el mundo. El transporte es lo que más perjudica porque acá es caro, y el mandar cosas para otro lado se encarece muchísimo y en la Región Metropolitana hay más oferta. Acá es muy complicado, por ejemplo, mandar algo para el norte y allá es muy complicado exportar porque el costo es muy alto. En Valparaíso se está lejos de todo y no hay descentralización, hay pocas industrias en la zona y es poco el transporte que llevan cosas. Sabemos que se puede estar en Valparaíso como empresa familiar, pero ha sido con mucho sacrificio, sobre todo porque ha costado incluso para tener mano de obra y poder llegar a diferentes sectores, nosotros tenemos trabajadores por más de 30 años".

"Sabemos que se puede estar en Valparaíso como empresa familiar, pero ha sido con mucho sacrificio".

María Eugenia Garibaldi, Gerenta Industrias Aconcagua