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el espacio público con el fin de evitar situaciones que pongan en riesgo la vida de las personas" y generen miedo a realizar las actividades cotidianas, plantea el doctor en Historia Raúl Burgos, director ejecutivo del Observatorio de Historia y Política del Instituto del ramo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien hace ver también que la reforma tributaria es fundamental para la implementación de su agenda social.
La politóloga Pamela Figueroa, experta en Estudios Políticos y Sociales y académica de la Universidad de Santiago (USACH), apunta igualmente a la economía y la seguridad como los aspectos de mayor urgencia, y piensa que las medidas adoptadas en 2022 en la primera área para frenar la inflación y apoyar a las familias más afectadas por la crisis "ya están mostrando ciertos resultados, pero eso no es suficiente y se tienen que ir profundizando ahora; el Gobierno debe perseverar y seguir en esa línea, porque no solamente es una necesidad para la sociedad, sino que es algo en lo que ha ido mostrando avances".
También plantea que durante los últimos gobiernos ha crecido la sensación de inseguridad y ha cambiado el tipo de violencia y de criminalidad, hasta escalar como la principal preocupación ciudadana. "El Gobierno, a través de su ministra del Interior y también del Ministerio de Defensa, han adoptado algunas acciones en fronteras y políticas públicas que se están visualizando, sobre todo en las ciudades más grandes, como el eje Alameda-Providencia, en la Región Metropolitana. Son aspectos que van mostrando avances, pero hay mucho que hacer y debiera ser sin duda una de las principales preocupaciones para el Gobierno durante este año", sostiene.
Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, opina que es muy difícil para un gobierno elegir qué urgencia atender primero, "sobre todo cuando estas ya están en estado de crisis" y se van alternando en su prioridad. "Si uno piensa en migración, en el estado de la economía, la crisis de seguridad pública o de salud que vive nuestro país y en la necesidad de avanzar en las reformas, va a ser difícil priorizar alguna de ellas", agrega, y piensa que el mal momento económico va a golpear hasta mayo o junio, con sus componentes de desempleo y una inflación que, a pesar de que baja, aún se resiste a situarse en las cifras tradicionales del 3 ó 4 por ciento anual.
La cientista política Javiera Arce, académica en la Universidad Católica del Norte y quien se está doctorando en su especialidad en University College London, repara en las declaraciones de la ministra Tohá, en el sentido de que "es el momento de actualizar la promesa de este Gobierno ante el pueblo de Chile". Piensa que en esa actualización "hay que aplicar criterio de realidad respecto de lo que se puede hacer y priorizar, y yo creo que acá el tema uno es la seguridad pública", tanto por las cifras de delincuencia como por la percepción de las personas.
A ello agrega la economía, por los duros embates de la crisis global durante la pandemia y ahora por la guerra, con una espiral inflacionaria mundial -"el nivel de inflación que hay en Inglaterra es peor que en Chile"- que no da tregua. Asimismo, la reforma de pensiones, el tema del trabajo y los 50 mil niños y jóvenes que están fuera del sistema escolar.
El camino por delante
Múltiples necesidades y recursos escasos constituyen una parte del problema. La otra tiene que ver con la disposición de aliados y opositores a llegar a acuerdos e implementar soluciones.
Pamela Figueroa: "Hay un problema complejo, que es que el Gobierno no tiene mayoría en el Congreso. Y en materias claves, por ejemplo seguridad, la oposición de derecha no necesariamente ha apoyado las políticas, sino que se ha restado de la mesa instalada por el Ejecutivo" para la búsqueda de soluciones. "Construir mayorías legislativas para poder abordar esas problemáticas sociales es un desafío clave en términos políticos", agrega, y señala que también lo es asentar la alianza entre los partidos de la coalición del Presidente y los de centro izquierda, "con miras no solo a este año gubernamental, sino que probablemente a la proyección en las elecciones municipales del próximo año".
Gonzalo Müller: "Si el Gobierno, y así pareciera ser por las declaraciones de su ministra del Interior, jefa política, Carolina Tohá, está decidido en avanzar en las reformas, tanto en la tributaria como en la de pensiones, va a tener que asumir una dificultad política relevante, que es la de ser un gobierno con minoría parlamentaria. Y además con divisiones al interior de sus filas. La fragmentación política que afecta al Congreso es un campo difícil para cualquier gobierno, especialmente para uno de minoría".
Javiera Arce piensa que "lo primero es tratar de consolidar las dos coaliciones, ya que no hubo una sola"; que el Presidente se mantenga alejado del proceso constituyente para que no devenga en un plebiscito a su mandato; "y recordar que estamos ante outsiders a los que probablemente les vaya mejor, como el Partido de la Gente y el Partido Republicano, que van solos en apuestas bien fuertes", marcando el terreno de su propia acción e identidad política.
Lo segundo, indica, "es la construcción de mayorías para llegar a acuerdos en el Congreso", y eso pasa por lo que la ministra Tohá mencionó como actualizar las promesas del Gobierno, lo que implica en su mirada "bajar las expectativas ciudadanas" en el sentido de reconocer las actuales limitaciones a la propuesta de cambiarlo todo -"porque eso no va a pasar"- y actuar en consecuencia.
"Nos tenemos que olvidar de que todo va a ser distinto o perfecto, eso no va a ocurrir. Estos proyectos de ley van a estar muy matizados, van a ser lo más sobrios y acotados posible. Con eso se va a poder negociar con Chile Vamos por los votos que se necesitan para alguna reforma, algunas normas de quorum calificado y otras que requieren supra quorum o mayorías", argumenta.
Raúl Burgos: "El Gobierno tendrá varias dificultades para el logro de sus objetivos. Primero, requiere tener sintonía entre sus miembros respecto a las prioridades en las que se debe avanzar, cuestión que no se ha evidenciado en varios episodios de este primer año, como el tema de la seguridad", en que probablemente sectores del oficialismo no se sienten cómodos. En ese contexto "el Gobierno deberá asumir ese costo haciendo ajustes en sus equipos, elaborando un discurso coherente y homogéneo que reconozca que este tema es relevante para la ciudadanía y también para despejar dudas en la opinión pública".
En segundo término, añade, deberá tener un despliegue político que será fundamental para avanzar en su agenda durante este año, lo que supone capacidad de convencimiento, diálogo y negociación. "En el caso de la reforma tributaria, por ejemplo, debe cuidar su relación con los gremios en un contexto de crisis económica, y también requiere sumar apoyos de sectores de la oposición", para lo cual debe comunicar adecuadamente la relevancia de la reforma, cuya aprobación "dependerá mucho de su capacidad de convencer y llegar a acuerdos con los actores involucrados".
Entre pragmatismo y maduración
A la hora de definir la clave que marcará el segundo año del Presidente Gabriel Boric en La Moneda, Gonzalo Müller piensa que será "el pragmatismo necesario para tener en sus políticas y en sus políticas públicas, un impacto directo en la calidad de vida de los chilenos. El concentrarse solo en reformas políticas o en reformas que se alejan de la cotidianeidad y el día a día, de alguna manera demuestra que no hay un interés general o no hay un impacto real en lo que se pueda hacer".
Raúl Burgos recuerda que este es el único año del mandato, salvo por los comicios del consejo constitucional - un evento excepcional-, en que no habrá elecciones. Por eso, constituye "el momento en que el Gobierno puede llevar a cabo su agenda sin las presiones de un año electoral tradicional, donde debe respaldar a sus candidatos y tratar de dar respuesta inmediata a las demandas ciudadanas", ya que en 2024 habrá elecciones municipales, de gobernadores y consejeros regionales, y en 2025 parlamentarias y presidenciales. Este año, antonces, "debiese ser el de la maduración del Gobierno, donde debe dejar atrás el proceso de adaptación, y de ensayo y error. Ahora deberíamos ver una capacidad efectiva de gestión, donde fije el rumbo para el tiempo que le queda".
Javiera Arce definiría este periodo "como el año del pragmatismo y de la cruda realidad, así de corto. Ni siquiera como el periodo en que logre ampliar su base de apoyo, porque lo veo muy complejo. Es el año del pragmatismo: esto es lo que vamos a hacer, no se puede hacer más".
Pamela Figueroa, en tanto, cree que en su segundo año el Gobierno "tiene que asumir el desafío de consolidar una alianza política social más amplia, que abarque a la centroizquierda y que permita avanzar en un programa político y social que fue lo que le dio el triunfo al Presidente Gabriel Boric, y es lo que en estos últimos años ha demandado la ciudadanía: generar cambios con gradualidad, pero que sean cambios profundos que se proyecten hacia el futuro". 2
Construir mayorías legislativas para poder abordar problemáticas sociales como la seguridad es un desafío clave".
La fragmentación política que afecta al Congreso es difícil para cualquier gobierno, en especial para uno de minoría".
El Gobierno deberá tener un despliegue político que será fundamental para avanzar en su agenda este año".
Hay que aplicar criterio de realidad respecto de lo que se puede hacer y priorizar; el tema N° 1 es la seguridad".
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