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Rectores del G9 y CUECh debaten sobre financiamiento para el 2023

EDUCACIÓN. Una de las propuestas realizadas por la Red de Universidades Públicas no Estatales es poder optar a un esquema de financiamiento específico.
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Camila Calderón Muñoz

El cuestionado presupuesto público para el financiamiento de las instituciones de educación superior para este 2023 ha dado que hablar entre los integrantes de la Red de Universidades Públicas no Estatales (G9) como también en los planteles del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECh).

Es así como una de las principales críticas y preocupaciones radica justamente en el impacto que tendría la alta inflación actual, sumado al recorte del aporte fiscal directo que reciben las instituciones, sobre todo del G9.

Por lo mismo, y en palabras del rector de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Juan Yuz Eissmann, "la reducción de fondos dificulta los planes de desarrollo de largo plazo de nuestras instituciones y el poder seguir entregando el aporte que por décadas hemos hecho al país".

"Hasta el momento, las universidades hemos ido explorando otras vías de financiamiento para garantizar la sostenibilidad de nuestras instituciones, pero manteniéndonos siempre fieles a nuestra misión", agregó.

Menos financiamiento

Por otro lado, el vicerrector de Administración y Finanzas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Álex Paz, fue enfático en explicar que los problemas de financiamiento por el presupuesto a las instituciones públicas no estatales se han agudizado con el paso de los años.

"El Fondo de Desarrollo Institucional, por ejemplo, ha venido disminuyendo, sobre todo cuando, hace tres años, éste se abrió a las universidades privadas, institutos profesionales y centros de formación técnica de carácter privado. Este era un fondo exclusivo para las universidades del G9", consignó.

Añadió que "por lo mismo, hemos solicitado, tanto al gobierno anterior como al actual, que las casas de estudio del G9 puedan optar a tener un esquema de financiamiento específico, particular, similar al de las universidades del Estado con su Fondo de Fortalecimiento y que nuestras instituciones no han recibido".

Además de los cambios sufridos en los fondos de financiamiento, la demora en la fijación y reajuste de los aranceles regulados ha presentado otro problema para las universidades que se adscriben al beneficio de la gratuidad.

"Desde el 2016 hemos estado en un período de transitoriedad. Se esperaba que en el 2022 quedaran resueltos algunos puntos de la ley de gratuidad y que ya estuvieran en ejecución, pero no ha sido así", detalló Paz.

"Por lo tanto, eso ha ido limitando los valores de aranceles que las universidades han ido recibiendo. En nuestro caso, un 70% de los alumnos financia sus estudios con algún beneficio del Estado y ese valor que paga el Estado ha ido, además, disminuyendo. A eso se suma que este beneficio cubre solo la duración nominal de la carrera, hecho que dista bastante de la realidad de los estudiantes", apuntó.

Transversalidad

Por otro lado, no solo las instituciones del G9 temen por las consecuencias de los reajustes presupuestarios. Así lo señaló también Osvaldo Corrales, rector de la Universidad de Valparaíso (UV): "Como Consorcio de Universidades del Estado (CUECh) solicitamos formalmente que se nos autorizara a utilizar hasta el 50% de los excedentes acumulados en dicho fondo, como una forma de compensar las pérdidas que nuestras instituciones han tenido producto de la aplicación tanto del artículo 108 como de los artículos transitorios 35 y 38 de la Ley 21.091 y que se relacionan con la implementación de la gratuidad universitaria, así como con ciertas limitaciones al cobro de aranceles en las carreras de pregrado".

Por último, autoridades universitarias reconocen que esta discusión es sumamente compleja, pues implica la aprobación de una iniciativa legal por parte del Congreso Nacional y no depende de la voluntad del Ejecutivo solamente.

"Hemos solicitado que las universidades del G9 puedan optar a tener un esquema de financiamiento específico".

Álex Paz, Vicerrector de Administración y Finanzas de la PUCV

"La reducción de fondos dificulta los planes de desarrollo de largo plazo de nuestras instituciones".

Juan Yuz Eissmann, Rector de la Universidad Técnica Federico Santa María

Alternativas para sostenibilidad de las instituciones educativas

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A pesar del complejo escenario al que se enfrentan en este 2023, el rector de la USM, Juan Yuz Eissmann, es objetivo y piensa en soluciones alternativas para el problema: "Creemos que una opción es potenciar los fondos de endowment, para comprometer a exalumnos a seguir conectados con el presente y futuro de su alma máter a través de donaciones. Asimismo, es fundamental seguir creciendo en oportunidades de transferencia tecnológica y de asesorías expertas hacia los distintos sectores industriales y la sociedad en general, desde nuestras actividades de investigación y desarrollo".

Esta práctica, sin embargo, no es nueva. El endowment o "fondo de dotación" en español, se originó hace más de 150 años. En Estados Unidos, más de 800 universidades cuentan con esta modalidad de financiamiento, seguido por Canadá, con 250, y Reino unido, con poco más de 100. El caso más conocido es el de Harvard, cuyos fondos recaudados logran financiar una tercera parte de su presupuesto anual.

ENTREVISTA. giulia Barattini, presidenta de la mesa ejecutiva FEPUCV:

"En el presente año queremos rearticular espacios de las bases en la universidad"

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Camila Calderón Muñoz

El movimiento estudiantil ha tenido que enfrentarse a diferentes escenarios y problemáticas a lo largo de los años.

Sin embargo, la llegada de la pandemia por covid-19 hizo que todo cambiara. Con las clases online y el teletrabajo como nueva rutina, las instancias de diálogo y encuentro se limitaron aún más para la vida política universitaria en las distintas instituciones de educación superior.

"La contigencia sanitaria dificultó mucho que pudiéramos discutir", reflexionó Giulia Barattini, actual presidenta de la mesa ejecutiva de la Federación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (FEPUCV) del período 2022-2023.

- Con la vuelta a la presencialidad se dieron instancias de cambios importantes a nivel interno en su universidad. ¿Cómo vivió la comunidad estudiantil este proceso?

- Exactamente, como tú lo señalas, coincidieron dos momentos importantes de forma paralela con la elección del nuevo rector, donde se presentaron nuevas caras después de 12 años de administración del exrector Claudio Elortegui y, al mismo tiempo, finalizó el trabajo de la comisión de reforma de estatutos de la universidad. A pesar de los cambios que se han visto con la llegada de Nelson Vásquez, la comunidad estudiantil vio con una mirada muy crítica el proceso de elecciones, porque nosotros, como estudiantes, no podemos hacer llegar nuestro voto en esta instancia y la mayor parte de la comunidad universitaria queda excluida.

- ¿Qué cambios ha podido observar en estos primeros meses de la administración de Nelson Vásquez?

- Se creó una Dirección de Equidad de Género, por ejemplo, y una Unidad de Inclusión, que anteriormente era la Unidad de Género e Inclusión y se renovaron algunos cargos, sobre todo en la vicerrectoría. Pero considerando que son los primeros meses de su administración y por causar ese revuelo de ser un equipo nuevo después de tener la misma por 12 años, es muy difícil poder proyectar lo que será este año.

- Como mesa ejecutiva, ¿se han reunido con las nuevas autoridades?

- Todavía no. Asumimos recién en noviembre nuestros cargos, después de haber pasado por todo un proceso de readaptación y volver a la presencialidad para votar por una mesa ejecutiva nueva, cosa que no pasaba desde el 2018. Sin embargo, las preocupaciones de los estudiantes siguen siendo las mismas: democratizar los espacios y contar con más participación en la toma de decisiones de nuestra comunidad.

Énfasis

- Sobre las preocupaciones del estudiantado, ¿qué sacan en limpio de este período de readaptación del año pasado?

- En los últimos años ha habido mucha desarticulación y hemos tenido problemas para llegar a todos los espacios más lejanos de la universidad. Por eso, este año pondremos énfasis en la necesidad de rearticularnos como orgánica y poder impulsar a que se articulen los espacios de las bases, de los centros de estudiantes de las distintas carreras y pensar en, por ejemplo, ayudar a la formación política de nuestros compañeros a través de la formación colectiva, que serían instancias muy importantes para la comunidad.

"Las preocupaciones de los estudiantes siguen siendo las mismas: democratizar los espacios y contar con más participación en la toma de decisiones de nuestra comunidad".